Puede que la afición del Córdoba haya sido a menudo demasiado exigente, que se haya dejado llevar por la tentación de comparar el progreso de su club con el de algunos de su entorno regional, que se haya mostrado tendente al pesimismo o que en ciertos momentos mostrara una actitud desdeñosa hacia los suyos. Ha tenido sus razones. Pero no se podrá decir que la afición del Córdoba vuelve la cara cuando el equipo le ofrece razones para enamorarse. Ahí se entrega de modo incondicional, conmovedor y exagerado. A la vista de los datos, se puede decir que si esta ciudad no fuera en estos momentos uno de los más crudos exponentes de la crisis económica, las gradas de El Arcángel serían insuficientes para acoger a los aficionados que quieren ver al mejor Córdoba de los últimos tiempos. Habituado a contar con promedios superiores a los diez mil seguidores en temporadas cochambrosas, en las que tres pases seguidos, un córner decentemente ejecutado o una carrera baldía en pos de un balón perdido eran motivo sobrado para levantar ovaciones, el Córdoba ha sido arropado por audiencias muy inferiores cuando sobre el césped se veía lo nunca visto. Paradojas.

El club ha librado desde la primera jornada una ardua batalla por lograr que la asistencia al estadio se elevara. Después de lanzar el programa Objetivo 10.000, movilizar al mundo peñístico y promocionar desde los canales oficiales las bondades del juego blanquiverde, la entidad llegó a una conclusión. Hay que adaptar el precio a los tiempos que corren. El partido de Copa del Rey ante el Espanyol dio su veredicto inapelable: con un fútbol que gusta ver y unas entradas que se pueden pagar, El Arcángel llegó a los veinte mil y batió todos los récords.

Este sábado, ante el Valladolid, se confía en que el graderío alcance unos notables niveles de ocupación y, por supuesto, de apasionamiento. Los propios protagonistas y los foros más activos del cordobesismo se han encargado de resaltar, con sorprendente unanimidad, que el duelo ante el Valladolid es hoy por hoy el mejor partido que se puede presenciar en la categoría. Por la situación clasificatoria y las características del juego de ambos, se presume una confrontación intensa y vistosa. Ya lo fue en Zorrilla, donde el Córdoba protagonizó una excelsa primera parte y terminó cayendo derrotado por 2-0 ante los de Pucela, que van a por todas con una plantilla excelente. El atractivo deportivo es innegable.

Las redes sociales han hervido durante el postpartido de Almería, un pleito en el que los cordobesistas recibieron uno de los peores mazazos del curso: derrota tras un rebote en el último segundo del descuento y ante un rival directo, lo que supuso la salida de la zona de play off. Y a pesar del revés, el tono de los mensajes en la red está revestido de un rebelde optimismo. Ante la trascendencia del momento, la peña Brigadas Blanquiverdes ha decidido reeditar una iniciativa que ha calado ya entre los seguidores. El grupo de animación ha hecho un llamamiento para que los seguidores se den cita en Las Tendillas, dos horas antes del partido, para acudir juntos a El Arcángel. Para ellos, el partido empezará en ese momento. Será la quinta vez que se produce una marcha de cordobesistas desde 2005. La primera vez fue en el curso del cincuentenario, aquel en el que se construyó una plantilla para subir a Primera y se terminó bajando a Segunda B. Eran las vísperas de un partido ante el Ciudad de Murcia que deparó una dolorosa derrota por 0-1. En la 2008-09 se hizo ante la visita del Zaragoza (1-0), en la 2010-11 ante el Castellón (0-0) y en la 2011-12 contra el Salamanca (2-0). Como se puede comprobar, resultados hubo de todos los colores. Pero colores sólo hubo dos: blanco y verde.