Destituir no es sinónimo de éxito

Sólo la mitad de los seis equipos que han cambiado de técnico este curso han mejorado sus prestaciones, aunque siguen en peligro El CCF, sin Villa, busca una reacción como la firmada por el Castilla tras la salida de Toril

Julio Álvarez y Gaffoor.
Cisco López Córdoba / C. L. Córdoba

13 de febrero 2014 - 05:02

Aunque la crisis ha hecho que las directivas se piensen más de tres veces las cosas, la cuerda cuando las faenas vienen mal dadas siempre se rompen por el lado del entrenador. Es un riesgo que la mayor parte de las veces es obligado tomar porque la situación es insostenible o la afición pide con insistencia la cabeza del que manda. Algo que, por raro que parezca de puertas hacia afuera, no se ha producido en este CCF que sigue a la caza y captura de un sustituto para Pablo Villa, al que la derrota ante el Eibar del domingo pasado le costó el puesto de manera fulminante. Porque virar el timón con la competición en marcha no suele ser sinónimo de éxito. No lo ha sido en la historia reciente de la entidad blanquiverde y no lo es hasta la fecha en los otros seis clubes de la Liga Adelante que activaron la guillotina antes que Carlos González. De hecho, sólo los tres que antes variaron de rumbo han mejorado algo sus prestaciones, aunque siguen metidos de lleno en el lío. Porque, salvo el cuadro blanquiverde, todos los demás vivían en una situación delicada, cerca de una zona de descenso que sólo se ha visto de lejos en El Arcángel.

Cuando uno decide virar, lo que deparará el futuro no se sabe. Todo el mundo piensa en positivo, pero hay veces que las cosas no salen como uno desea. Ahí está el ejemplo de los otros seis equipos de la Segunda que anticiparon el futuro a Pablo Villa. De ellos, tres han mejorado con el cambio en el banquillo y los otros tres han quedado igual... o peor. Todos coincidían en que estaban obligados a mirar hacia el sótano de la tabla, pero cada cual tenía unos condicionantes particulares que obligan a separarlos en el análisis.

El primero en mirar al banquillo para tratar de mejorar sus resultados fue el Real Madrid Castilla, en la jornada 14 y tras caer goleado en Ipurua con el Eibar (6-0). José Alberto Toril se fue con un balance de 7 puntos en 14 partidos (0,5 de media), con el equipo colista y la salvación a 9 puntos. Su sustituto, José Manuel Díaz, ha multiplicado las prestaciones del filial sumando 20 puntos en 11 citas ligueras (1,81), lo que no le ha servido más que para acercar la permanencia a 3 puntos, aunque aún la ve desde el farolillo rojo.

Una semana más tarde, el Sabadell despidió a Javi Salamero tras tres derrotas consecutivas (la serie era de 3 puntos de 18) que metieron a los catalanes en descenso por un punto. Miquel Olmo en sólo diez duelos ya ha superado los 15 puntos de su predecesor (16) y tiene al equipo con un leve colchón de dos tantos con el pozo.

También ha logrado respirar el Alavés tras despedir a Natxo González. El héroe del ascenso babazorro se fue también con una media de un punto en cada uno de los 16 encuentros que dirigió, lo que tenía a los vitorianos penúltimos y a una victoria de la permanencia después de siete semanas sin ganar (4 de 21). Juan Carlos Mandiá, en nueve jornadas, acumula 14 tantos (1,55) y ha sacado del peligro a un equipo que disfruta de un punto de margen con el peligro.

El cambio fue a peor para el resto, que por otra parte han sido los últimos en actuar. El Mirandés estuvo hasta liderando la clasificación y, tras verse metido de lleno en la pelea por la permanencia al acumular una serie de 4 puntos de 18, optó por cortar el cuello a Gonzalo Arconada (1,22 de media). El elegido para relevarlo fue Carlos Terrazas, que ha empeorado en los 7 choque que ya ha dirigido a los burgaleses las cifras del donostiarra. Con apenas 8 puntos, el cuadro rojillo ha perdido dos puestos -ahora es 18º-, pero sigue con un punto de colchón con los de abajo.

Todavía peor le están yendo las cosas al Girona, que destituyó a Ricardo Rodríguez cuando se equilibró al equipo que marcaba la zona de descenso en la jornada 18 con 21 puntos. Todo tras una serie de cinco partidos sin ganar (2 de 15) que hicieron saltar las alarmas. Pero el aterrizaje de Javi López no sólo no ha calmado los ánimos por Montilivi, sino que ha alargado la mala racha. Los catalanes han sumado seis empates en siete partidos con el nuevo técnico y son ahora penúltimos, teniendo la salvación a tiro de un triunfo.

El último equipo en cambiar de rumbo ha sido el Alcorcón, si bien no hay tiempo suficiente para valorar aún el efecto Bordalás. El entrenador era el elegido por el CCF llegado el caso de tener que prescindir de Villa, pero aceptó regresar a Madrid para relevar a Miguel Álvarez tras una serie de 5 de 21 que tenían a los alfareros un punto por delante del descenso gracias a sus 28 tantos; ahora están ya entre los cuatro últimos y con un déficit de uno. Y es que nunca se sabe lo que puede pasar cuando uno decide el cambio de entrenador en mitad del camino.

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