Descarriados en terreno de La Alcarria
guadalajara | córdoba · el otro partido
Falete, Rubén Cuesta o Pepe Díaz sudaron para los alcarreños, que viven días de gloria
El Córdoba se apartó de su camino en el Pedro Escartín; no en el Pedro Escatín, como se puede leer en un letrero que se supone que debe orientarte en una ciudad de 83.000 habitantes que este año está descubriendo la Segunda División. Parece mentira que el Guadalajara, fundado en 1947, ni siquiera supiera lo que era la Segunda B hasta 2007. El Córdoba, mientras, va a cumplir cuatro décadas sin catar la Primera. Hermanos pobres del fútbol, proletarios en un mundo donde los ricos, como el Real Madrid y el Atlético, deparan enfrentamientos de dimensión mundial. El consejero cordobesista Sergio Medina, colchonero confeso, lo tenía claro después de presenciar el 3-1 en el palco: "Durante dos horas me iré de tiendas". Hombre de poca fe…
En la última victoria del conjunto rojiblanco en los derbis fue titular Gaspar, que ayer renovó su contrato por un año más. Ayer, como correspondía a un duelo inédito, se intercambió un banderín con el capitán del Guadalajara, Javi Soria. En los prolegómenos del choque, a un miembro de la seguridad privada del estadio se le escuchó lo siguiente: "A ver cómo sale la cosa, porque el Córdoba es mucho Córdoba". A eso de las seis menos diez, un aficionado no salía de su asombro: "A ver quién se esperaba este resultado".
La presión y el brío del Guadalajara marcaron la diferencia en un partido trabajado a conciencia por Carlos Terrazas, el artífice del ascenso a la Liga Adelante el verano pasado. El heredero del trabajo que antes hicieron allí entrenadores como Falete, hoy técnico del Lucena con Rubén Cuesta a sus órdenes. El hijo de Manolín Cuesta, pichichi de Segunda -con 17 goles, los mismos que un Santillana que por entonces aún militaba en el Racing- en el último ascenso del Córdoba a Primera, vistió de morado durante cuatro campañas antes de regresar a casa con su querida Marta Mansilla. Sí, la hija de Mariano, otro consumado artillero, y la hermana de uno de los fisioterapeutas del equipo blanquiverde.
Al margen de parentescos, el fútbol traza filias y fobias. Así, no hace mucho se veía a Terrazas en la grada de la Ciudad Deportiva Rafael Gómez en compañía del por entonces director deportivo del CCF, Javier Zubillaga. El responsable de que Lucas Alcaraz sucediera en el banquillo a Juan Luna Eslava, a quien no le sirvieron los 32 puntos cosechados en la segunda vuelta de la Liga 08-09. Ahora, el de Fernán Núñez es el arquitecto de un proyecto que funciona a pesar de la soga económica. No obstante, siempre estás expuesto a decepciones como la de ayer, que impidió que el equipo se colocara en ascenso directo después de los tropiezos del Almería y el Valladolid.
Uno de los que mantuvo el tipo fue López Garai. El mediocentro de Baracaldo no aprecia, precisamente, a Terrazas, "uno de los entrenadores que por desgracia marca mi carrera, porque me lo encontré en el filial del Athletic, cortó mi carrera y tuve que salir de allí. Es el único entrenador que me ha marcado negativamente".
A Pepe Díaz, que sudó para el Guadalajara en Tercera en el curso 04-05, también le ha marcado una cosa: el fallecimiento de su padre. Pero el fútbol da revancha y, a veces, es justo. Una semana después, el de Almodóvar agarró la pelota e inauguró su cuenta esta temporada, haciendo bueno el cántico de la resignada hinchada desplazada a Castilla-La Mancha: "¡Dejadnos marcar, dejadnos marcar!". Fue el premio de consolación para los miembros de las peñas Cordobamanía, Villafranca de las Agujas o Cruz Carrascosa, que se apiñaron al lado de un córner, junto a un Fondo inexistente (¿les suena?), y dieron otro ejemplo. Como dice Alberto García, "es de agradecer que la gente se vuelque y ver una esquina entera de aficionados defendiendo a su equipo. Lo necesitamos". El domingo, en El Arcángel, más y seguramente mejor.
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