Diego Caro regresó triunfalmente al Estadio Manuel Polinario ya que su Córdoba B se llevó los tres puntos ante un Salerm Puente Genil que, si bien mejoró su imagen respecto a encuentros anteriores, adoleció de pegada en la primera mitad y pecó de falta de contundencia atrás en la segunda. Circunstancias que, a la postre, acabaron condenándolo en exceso, ya que el 0-3 definitivo quizás fue poco acorde a lo que ofrecieron unos y otros sobre el césped.

En el debut de Juanmi Puentenueva en el banquillo para iniciar su tercera etapa como técnico rojinegro, los primeros compases de juego resultaron equilibrados y con los dos equipos tratando de llevar la iniciativa desde la retaguardia a base de buen trato de balón. El orden táctico predominó en esa primera fase, lo que se tradujo en escasas oportunidades de gol. El primero que lo probó fue el Córdoba B, con una buena internada por la izquierda de Ale Marín que desbarató Cristian Agredano para enviar a córner. Un saque de esquina con nuevo rechace para la posición del 10 cordobesista, quien en la frontal del área volvió a chutar con intención saliendo su disparo fuera por poco.

No obstante, la jugada espoleó a un Salerm Puente Genil que a partir de ahí fue ganando en posesión, adelantando líneas y metiendo a su rival en su campo. Joaquín lo intentó antes de la media hora con un derechazo que obligó a Lluis Tarrés a meter la manopla abajo para evitar el 1-0, y poco después, de nuevo el cancerbero gerundense repelió un potente disparo con intención de Gianluca Lorenzini.

Los de Puentenueva ganaban metros y tuvieron su mejor oportunidad en el minuto 34. Tras un córner botado por Pedro Morillo, la zaga blanquiverde despejó el balón y Joaquín, desde la frontal, chutó ajustado al palo encontrando otra fantástica mano de Tarrés evitando el 1-0. El recital del meta blanquiverde culminó antes del descanso, cuando Adri Tellado, tras una fenomenal galopada driblando contrarios, vio como Tarrés se erigía en muro insalvable deteniendo el esférico, en prácticamente la última ocasión del primer acto.

El Salerm había sido superior en el tramo final de la primera parte, y de no ser por el portero del Córdoba B podría haber ido perfectamente con ventaja en el electrónico, pero la decoración del partido cambió por completo tras el descanso. El filial se mostró más ambicioso de salida, dio un paso al frente, y encontró a Ale Marín como generador de peligro por la banda izquierda, algo que animó a los cordobesistas.

Migue Gómez rompe el partido

El primer aviso lo dio Joaquín con un zurdazo cruzado que salió fuera por poco. Después lo intentó Ale Marín con otro remate centrado desde el vértice del área bien repelido por Cristian, pero al tercer aviso llegó el gol. El Salerm no fue capaz de sacar un balón jugado dentro de su propio campo y Migue Gómez, tras ver la posición ligeramente adelantada del meta del Salerm, conectó un soberbio disparo con la derecha ajustado a la escuadra para convertirlo en el 0-1.

El gol hizo daño a los de Puente Genil, a los que no les quedó más remedio que exponer más. Puentenueva se la jugó con un triple cambio metiendo a Yimi, Chenkam y Popi, y aunque el equipo ganó en mordiente ofensiva, tampoco inquietó en demasía a la retaguardia visitante. El camerunés, con un remate desviado con la zurda, y Salva Vegas con un testarazo arriba, buscaron el empate, pero la ocasión más clara para nivelar la tuvo en sus botas Popi, quien a falta de un cuarto de hora desaprovechó un centro de Morillo por la izquierda, echando el balón fuera.

La jugada pudo cambiar el signo del partido, ya que en la siguiente acción el Salerm se desajustó en defensa y eso lo aprovechó Rober para adentrarse en el área y batir por bajo a Cristian dejando el partido visto para sentencia. Los pontanenses ya apenas tuvieron margen de maniobra para ni tan siquiera recortar diferencias, y en el tiempo de prolongación, prácticamente en la última jugada del partido, Durán calcó la jugada del 0-2 para anotar el tercer y definitivo gol, en un recital de efectividad de los blanquiverdes que, con muy poquito, agrandaron la sangría de los rojinegros.