Córdoba, escuela de árbitros
Fútbol
En la actualidad hay 260 colegiados en Córdoba entre fútbol y fútbol sala, y tan solo 14 son mujeres
Miguel Peris, árbitro debutante, ante los comentarios de la grada: "Trato de estar concentrado y de los padres, me olvido"
Dos hermanas en la cima del arbitraje cordobés
En esto del fútbol, como en casi todo, las cosas han cambiado mucho de aquí a unos años atrás, y no solo en la adopción del tiki-taka como estilo de juego predominante o en la desaparición de esos delanteros de metro noventa que remataban de cabeza hasta las piedras. También ha evolucionado -para mejor, se supone- en la profesionalización del deporte, es decir, en la táctica, la preparación física y, por supuesto, en la tecnología. En esto último, se podría decir que los árbitros, un colectivo que siempre ha estado en el punto de mira, se han llevado la mejor parte ya que ahora tienen la oportunidad de apoyarse en ella para corregir sus errores durante el transcurso del partido.
Pero la implantación del vídeo arbitraje (VAR), supone un espejismo si nos adentramos en las categorías inferiores y en el fútbol local. Aquí los niños y niñas, hombres y mujeres, que se uniforman de referí cada fin de semana no tienen más que su silbato, sus tarjetas y el conocimiento del reglamento "que estudian una vez a la semana", añade Pedro Benítez, delegado territorial del Comité de Árbitros de la Real Federación Andaluza de Fútbol (RFAF). Desde que aceptó el cargo, hace siete años, su misión no ha sido otra que la de "rejuvenecer y modernizar" el colectivo arbitral en la provincia, a base de captación de jóvenes, permanentes clases de formación y pruebas de evaluación "mediante sistemas tecnológicos". Actualmente, en la provincia hay 260 colegiados entre fútbol y fútbol sala, y tan solo 14 son mujeres.
La edad mínima para colegiarse es de 12 años y la máxima para convertirse en árbitro es de 24 en fútbol y de 28 en fútbol sala. Desde hace dos años, "conseguimos que los jugadores de fútbol también se pudieran inscribir al comité", compaginando ambas funciones sin tener que renunciar a una u otra, bajo un único requisito: "No poder pitar a su propio club ni en su misma categoría". Uno de ellos es Miguel Peris (15), que alterna sus funciones de jugador en el Granadal Figueroa con su labor de árbitro novel en la federación, tras su debut del pasado mes de octubre en un Paco Pradas - El Carpio de categoría prebenjamín.
Cuando le preguntan a Miguel por qué quiere ser árbitro, responde: "Me gusta ayudar y enseñar a los demás". Su vocación parece que se centra más en la pedagogía que en impartir justicia, pero quizás sea lo más necesario en este tipo de categorías en las que los jugadores aún son niños. "En un partido, el portero de un equipo cogió la pelota con la mano fuera del área, porque no conocía las reglas", relata. En esas situaciones es donde aparece Miguel para divulgar ante los más pequeños los viejos estatutos del fútbol. Ante los posibles comentarios que puedan llegar dirigidos desde la grada trata de "estar concentrado, y de los padres, me olvido", y ¿si le dieran la oportunidad de echar mano al VAR? "Yo creo que a cualquier árbitro le gustaría poder ver las jugadas repetidas", pero eso prefiere dejarlo para más adelante, ya que su intención es "seguir muchos años" y quién sabe si, el día de mañana, alcanzar la misma categoría que su referente, José Luis Munuera Montero, árbitro jiennense afincado hace años en Córdoba.
Entre los beneficios que se incluyen en la campaña de captación de árbitros de la RFAF para la temporada 2021/2022, se encuentran el equipamiento deportivo y los ingresos económicos. Un árbitro que empieza en categorías de fútbol 7, gana en torno a los 18 euros por partido, una suma que puede alcanzar hasta los 90 euros en categoría sénior, teniendo en cuenta el cobro por kilometraje. "En este sentido no somos hipócritas", afirma Benítez. El dinero es un reclamo para muchos jóvenes que empiezan su andadura en el arbitraje y que quieren ganar sus primeros sueldos, y aunque en la federación saben que "algunos no duran aquí más de un año", al final, "se quedan los que se enganchan".
"La cantidad de solicitudes de inscripción es tremenda" afirma Benítez tras salir de la última charla, en el instituto López Neyra, correspondiente a la campaña de captación, Hazte árbitro de fútbol y fútbol sala, que ha impulsado recientemente la delegación de la RFAF en Córdoba, en conjunción con las delegaciones de Educación y Deportes del Ayuntamiento de Córdoba y de la Junta de Andalucía. Esta iniciativa ha llevado la profesión de árbitro a seis centros de compensatoria de la capital, contando con la presencia del actual colegiado de Primera División José Luis Munuera Montero. La lucha de Pedro Benítez por impartir valores que ayuden a superar el miedo al fracaso, a equivocarse, y por conseguir "que los árbitros sean tratados como deportistas".
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