Combate nulo, dos "ceros"

Córdoba | nàstic · informe técnico

El Córdoba, que quizá ganó a los puntos, intentó llevar la iniciativa; el Nàstic, muy técnico, la lleva casi sin querer · Otra jornada -tres de cuatro- con la portería virgen

Raúl Díaz / Córdoba

13 de octubre 2008 - 05:02

El Córdoba y el Nàstic libraron un duelo parejo en El Arcángel. Las defensas se impusieron, pero ambos equipos utilizaron sus armas para ganar: los chispazos de Javi Flores y la estrategia que ejecuta Cristian Álvarez frente al juego de salón del conjunto tarraconense. 4-2-3-1 contra 4-2-3-1 y reparto.

DEFENSA

El tridente Campano-Jandro-Redondo llevó peligro con su calidad. El Nàstic llegó primero por la izquierda, donde Redondo ganó la espalda a Ceballos un par de veces -Mingo se animó en el segundo acto-. Luego lo intentó por la derecha, a través de un Campano empeñado en retratar a Rubén. En ocasiones concretas, Cristian Álvarez y Arteaga cubrieron la zona de los laterales, evidenciando el carácter solidario de este Córdoba. Pablo Ruiz y Pierini sujetaron a Víctor Casadesús, al tiempo que Jandro trató de hacer diabluras, con su ritmo pausado, como enganche.

El Córdoba juntó las líneas para obstaculizar el juego fluido del cuadro catalán, con una presión constante pero no excesivamente intensa. Si el rival toca muy bien -y eso que le faltaban Medina y David Bauzá y Diop estaba en el banquillo-, no cabe otro remedio que guardar la posición y economizar energías. Carpintero estuvo imperial, siempre bien colocado.

El Nàstic fue sumando minutos de posesión sin hacer daño. Hasta que, en el 67', Campano arrancó al borde del fuera de juego y se plantó solo ante Raúl Navas tras recibir un pase al hueco de Jandro. El meta salió rápido y el volante pifió.

Ferrando afrontó el último cuarto de hora con dos delanteros nuevos, N'Gal y Moisés. No hubo más noticias que un atípico ejemplo de fair play del ex blanquiverde.

ATAQUE

Desde el saque inicial, Pablo Ruiz y Pierini no rifaron el esférico. El pelotazo ha dejado de ser una costumbre; ahora, los centrales templan sus envíos. Es lo que tiene apostar por Javi Flores como mediapunta: mientras le duraron las fuerzas, el canterano se mostró lúcido, regateó y abrió a los costados. Incluso le anularon un gol, llegando desde atrás, por fuera de juego de Asen. La consistencia del doble pivote (Ito-Carpintero) es otra gran noticia en un equipo que está aprendiendo a llevar la iniciativa. Sin embargo, errores en entregas fáciles obstaculizaron la creación en el arranque del choque.

Por las bandas, Cristian Álvarez estuvo errático en el golpeo y el Gimnàstic enfatizó la vigilancia a Arteaga: Izquierdo más Campano. Cristian sí llevó peligro con los saques de banda: los hay variopintos, por supuesto ensayados. El argentino afinó tras el descanso y colocó sendas roscas de las buenas para Pablo Ruiz -falta lateral- y Asen. Por el otro carril, el zurdo no terminaba de desbordar -solucionó mal dos transiciones propicias- y fue suplido por José Vega.

Se marcharon fuera por poco dos tiros desde la frontal de Rubén y Javi Flores. Al retirar al de Fátima para meter a Gastón Casas, José apostó por la contundencia en detrimento de la fantasía.

Carpintero se percató de que José Vega estaba fresco y el juego se orientó hacia la izquierda. La ofensiva final debía correr a cargo de Katxorro, el revulsivo de Castalia. No obstante, el Córdoba se basó en ese matrimonio de conveniencia: Cristian Álvarez y la pizarra.

VIRTUDES

El Córdoba ya suma cinco semanas sin perder y ha dejado la puerta a cero en tres de los cuatro últimos compromisos. Es un bloque fiable.

TALÓN DE AQUILES

No hubo pegada y el Nàstic tocó y tocó, aunque sin mucho peligro.

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