El Cádiz no se olvida de Aurelio Suárez. El conjunto amarillo está decidido a reforzar su defensa de cara al asalto del ascenso y ha pensado en el central sevillano del Córdoba. No es el primer contacto entre ambos clubes, que iniciaron las conversaciones hace un par de meses. En un primer lugar, la respuesta blanquiverde fue un "no" tajante. Ahora, la negativa tiene matices. Y éstos son, fundamentalmente, que la dirección deportiva cordobesista encuentre en el inminente mercado invernal un central de garantías que pueda aportar desde ya.

De hecho, Emilio Vega no sólo trabaja en encontrar un recambio a Rubén en el lateral izquierdo, ubicación para la que ya han sonado nombres tan dispares como los de David Castedo (sin equipo tras rescindir con el Levante el pasado verano), Koikili Lertxundi (Athletic), Joan Oriol (Villarreal B) o el portugués Mario Silva (Boavista).

La sangría de goles que viene lastrando al Córdoba en este primer tramo liguero, a pesar del buen momento de forma demostrado por Raúl Navas, ha hecho al club plantearse una segunda contratación en la parcela defensiva. Y esa pasa por un central rápido y expeditivo al corte que supla las carencias de Pierini, Gaspar o Pablo Ruiz, contundentes por arriba, pero lentos a la hora de replegar posiciones.

Un problema que se traduce en que el equipo que ahora dirige Luna Eslava es el séptimo que más tantos encaja de toda la categoría, con 24 en 17 partidos (los peores en este apartado son el Alavés y el Alicante, con 28). Todo un lastre que se une a la más que preocupante capacidad de los cordobesistas para perforar la portería rival. Los 15 goles que han anotado hasta la fecha Asen, Yordi y compañía dejan al Córdoba como el quinto peor ataque de la Liga Adelante, sólo por delante del Sevilla Atlético (9), el Alicante (12), el Eibar (13) y el Murcia (14).

Aurelio, en principio, podría ser una alternativa para tapar el agujero defensivo. Pero su año de inactividad -disputó sus últimos 83 minutos el 23 de diciembre de 2007 en Soria, ante el Numancia (2-1)- invita a dudar de su rendimiento inminente. Como el sevillano ya dijo en sala de prensa la pasada semana, "igual de poco ritmo voy a tener ahora que dentro de un mes, porque éste se coge jugando partidos". Pero a ver quién se atreve a darle una oportunidad en plena recesión, con el equipo hundido en puestos de descenso y a cuatro puntos de la permanencia tras encadenar cuatro derrotas consecutivas.

Sin embargo, ninguna de esas dudas frena el interés del Cádiz en hacerse con los servicios del central hispalense. Julio Peguero, director deportivo amarillo y perfecto conocedor del mercado de Segunda División B en sus años al frente de la parcela técnica del Recreativo, sabe cuál puede ser el rendimiento de Aurelio -ya lo siguió en su etapa en el Alcalá-, que acaba contrato el próximo 30 de junio. De hecho, la oferta cadista al jugador pasaría por los seis meses que restan de temporada y una prórroga de un año más en caso de que el equipo acabara logrando el ascenso. Toda una tentación para un futbolista que lleva un calvario de más de 365 días y no acaba de ver la luz al final del túnel.

Pero, claro, para que la salida se produzca, antes tiene que llegar alguien al vestuario cordobesista. Y en eso anda Emilio Vega, instalado por unos días en su León natal. Una de las alternativas que ofrece el mercado es Iñaki Bea (Valladolid), que ya sonó el pasado verano y que no cuenta para Mendilibar. Además, están los casos del espanyolista David García (lateral izquierdo que puede actuar en el centro de la zaga), el bético Lima, el getafense Signorino o el racinguista Moratón. Nombres que, a buen seguro, han llegado ya a la mesa del director deportivo blanquiverde, que se toma con calma la situación para tratar de borrar los fallos en la planificación deportiva cometidos en verano.