El Ángel Ximénez hizo todo lo que estuvo a su alcance para intentar dar continuidad a su reciente buena racha de resultados, y lo logró superando a base de trabajo, esfuerzo y sacrificio a un potente Bidasoa que tuvo que hincar la rodilla ante el buen hacer de los pontanenses. Con esta alegría, los de Paco Bustos encadenan tres victorias consecutivas.

Con las importantes bajas de Ribeiro y Luisfe, que mermaban la primera línea local, el partido arrancó parejo, con los dos equipos manteniendo un buen tono defensivo. En ese escenario de igualdad y de pocos goles, los ataques largos y pacientes del Ángel Ximénez contrarrestaban la propuesta de partido con ritmo rápido que propuso el Bidasoa.

Las buenas intervenciones de los porteros eran una constante fija en las tablas del marcador, pero un gol de Tincho Jung puso por primera vez por delante a los pontanenses (5-4, 12'), ventaja que amplió Boskos a dos, algo que no gustó al técnico visitante, Jacobo Cuétara, quien paró el partido para reactivar a los suyos, circunstancia que logró, ya que, de inmediato, Tito Díaz, con dos tantos consecutivos, igualó el duelo.

Aizen estiró de nuevo la ventaja local, Jánosi, de contraataque, anotó un ilusionante 10-8 y, acto seguido, Keita el 11-8, que reflejaba en el marcador el buen partido de los de Puente Genil. Ello obligó nuevamente a Cuétara a pedir tiempo muerto. Sin embargo, fue ahí cuando el Ángel Ximénez activó el modo vendaval, desde una defensa sin fisuras y un ataque demoledor para horadar a un Bidasoa incómodo que no encontraba su sitio en la pista.

El brazo del húngaro Jánosi machacaba sin piedad la portería vasca hasta llevar la renta local a un máximo de cinco tantos favorables con el 14-9, un margen que los visitantes pudieron reducir ligeramente en los últimos instantes merced a las exclusiones del lateral magiar y del argentino Jung, aunque un gol de Boskos, a pocos segundos del final, puso un concluyente 15-11 que hablaba, a las claras, de la gran primera mitad pontanesa.

Tras el paso por los vestuarios, el Bidasoa, con superioridad numérica, mejoró sus prestaciones defensivas y ofensivas. Cavero, Zabala y Nieto tiraron de un conjunto vasco más reconocible, pero los de Puente Genil demostraron estar dispuestos a defender su ventaja con uñas y dientes. Un golazo de Bernabéu de espaldas, tras un contraataque, levantó al público de sus asientos, viendo como los suyos recobraban los cinco goles de ventaja frente a los irundarras (19-14).

Pacheco, con su acierto, y la defensa abierta guipuzcoana, empezaron a ser un problema para los locales, pero Jánosi, Jung y De Hita, con alguna parada providencial, mantuvieron la diferencia favorable. Quedaba un mundo, el esfuerzo de los locales era titánico, algunas decisiones arbitrales frente a la contundente defensa vasca se protestaban muchísimo y las exclusiones pasaban factura.

Bidasoa limaba la desventaja, pero Puente Genil resistía, entrando con dos goles de ventaja en los últimos diez minutos (24-22). Un gol de Tao Gey acercó más a los visitantes y De Hita, con dos paradones, evitó primero el empate de Furundarena y el posterior de Cavero desde los siete metros. Sin embargo, las imprecisiones locales en ataque dieron alas al Bidasoa.

Nieto puso el 24-24, aunque un gol de Jung y una buena acción defensiva de Arsenashvili dieron oxígeno al Ximénez. Los de Puente Genil se defendieron como gato panza arriba, pero los de Irún volvieron a empatar (26-26) a falta de tres minutos para la conclusión. Keita anotó el 27-26 y los guipuzcoanos desperdiciaron su siguiente ataque.

Bustos pidió tiempo muerto cuando Keita se disponía a lanzar en seis metros en lo que pudo haber sido la sentencia, dando más emoción al final. Boskos falló y luego fue excluido tras cometer un siete metros sobre Gey, pero Nieto lo envió al poste a falta de 40 segundos dando oportunidad a la sentencia que llegó por medio de Aizen, dejando ya en nada el postrero gol irundarra para certificar el enorme triunfo pontanés.