Como todo un gran campeón. Alfonso Cabello fue recibido con los honores que se merecía tras sus grandes éxitos cosechados en los Juegos Paralímpicos de Tokio. Con sus medallas de oro y bronce colgadas del pecho, el ciclista rambleño, que batió también el récord del mundo en suelo japonés, recibió a su llegada a la estación de trenes de Córdoba el cariño de sus familiares y amigos.

Con todo organizado para sorprender a Alfonso Cabello, los familiares y amigos esperaban la llegada del ciclista cordobés. Lo hicieron vistiendo todos una camiseta en la que estaba el rostro del campeón paralímpico en Tokio. Antes de llegar a Córdoba, la expedición nacional recibió el cariño a su llegada a Madrid. Fue el primer paso de lo que se le venía encima al cordobés.

A su llegada a la estación de trenes de Córdoba, el rambleño subió las escaleras mecánicas con unas sonrisa dibujada en su rostro. Lo hizo con sus medallas en el pecho y a escasos metros de familiares y amigos que vitorearon al campeón paralímpico de Tokio. El ciclista cordobés volvió a colgarse el oro en la prueba del kilómetro, como ya lo hice nueve años antes en Londres 2012. 

Pero no sólo se colgó el oro en su prueba fetiche, dejando atrás meses de incertidumbre al no poder competir por la pandemia del coronavirus. Alfonso Cabello lo hizo a la grande, con una gesta sobresaliente tras batir el récord del mundo en el velódromo de Izu. Su tiempazo hizo pulverizar el registro cosechado por él mismo en 2014 en el Mundial de Aguascalientes. Todo un mérito enorme.

Alfonso Cabello saluda durante su recibimiento en Córdoba.

Con su primer puesto ya en el bolsillo, Cabello participó también en la prueba por equipos, donde lideró a España para alzarse con el bronce, repitiendo así el éxito logrado en Río de Janeiro hace cinco años. Además, el rambleño fue clave, al realizar un relevo de una clase extraordinaria. Fue vital para conquistar ese tercer puesto y superar a Francia.

Tras decir adiós a Tokio, el de La Rambla regresó a casa y su familia y amigos no quisieron dejarlo solo. Además, todos los presentes lo recibieron a la salida de la estación como se merece un campeón, con un gran pasillo. Cabello regresa feliz tras volar alto en los Juegos Paralímpicos. Ahora toca descansar, desconectar y disfrutar, pero la mirada ya la tiene puesta en París 2024.