Tamaraceite - Córdoba CF | La Crónica

Becerra evita el drama (0-1)

Bernardo Cruz celebra el gol del triunfo blanquiverde en Tamaraceite. Bernardo Cruz celebra el gol del triunfo blanquiverde en Tamaraceite.

Bernardo Cruz celebra el gol del triunfo blanquiverde en Tamaraceite. / Córdoba CF

Escrito por

· Rafael Cano

Redactor

Sufriendo hasta el último segundo. Así logró el Córdoba CF amarrar la victoria en su arranque de la segunda fase ante el Tamaraceite. Un guion esperado, pero que se acrecentó sobre el césped del Juan Guedes, en un partido extraño que los blanquiverdes pusieron de su lado casi desde la caseta, para terminar siendo salvados por la providencia de su guardameta, un Isaac Becerra que evitó el drama y la cara de tonto de más de uno desviando un penalti que lanzó Quintero en la última jugada.

La falta de ambición para finiquitar el partido pese a todos los elementos que se pusieron de cara para el Córdoba pudo costar muy caro a los blanquiverdes, que fueron claramente de más a menos, algo habitual ya en el presente curso, para terminar ganando de milagro a un rival que jugó más de una hora en inferioridad numérica y que casi empata cuando menos lo buscaba ya.

Ni siquiera un buen planteamiento de Pablo Alfaro, el gol tempranero de Bernardo Cruz y la expulsión de Jordan antes de la media hora de juego allanaron el camino para el Córdoba, que tuvo que sufrir hasta el final porque un día más fue incapaz de resolver un partido con esa pegada y solvencia que se le presumía al principio del curso y que a estas alturas ya nadie se molesta ni siquiera en buscar. Sencillamente no la tiene y, aunque sea de manera agónica como en Tamaraceite, con sacar los partidos adelante debe bastarle a un equipo que no está para floritura alguna.

Alfaro, fiel a su filosofía, volvió a agitar el equipo inicial con hasta cinco cambios respecto al once titular que dispuso contra el Betis Deportivo. Becerra regresó a la portería, decisión lógica en un momento tan delicado del curso, mientras que Farrando recuperó su sitio en el carril diestro de la defensa. En la medular, Xavi Molina cogió el sitio de Djak Traoré y con Mario Ortiz en el doble pivote, Javi Flores relevó al lesionado Del Moral. La última permuta fue algo más sorprenden, pues por vez primera Sidibé partió de inicio, dejando relegado al banquillo a Moutinho.

Si en la previa se había hablado por activa y por pasiva de la dureza del partido que esperaba al Córdoba, apenas hicieron falta diez segundos para confirmarlo. El saque de centro adelantado de los blanquiverdes lo intentó recepcionar en la banda derecha Farrando, que recibió un tremendo golpe de Jordan en la porfía. El resultado fue una amarilla y una falta lateral que iba a marcar el partido.

Porque el servicio de Javi Flores, templado al corazón del área, lo rechazó de manera blandita hasta dos veces la zaga del Tamaraceite, de manera que el balón llegó a Nahuel en el borde del área grande. El catalán ni se lo pensó para sacar un zurdazo que Nauzet García amortiguó con dificultades, tantas que Bernardo Cruz acudió al rechazo para adelantarse al meta y abrir el marcador. En dos minutos, el escenario era idílico para los blanquiverdes.

Bernardo remata a gol ante Nauzet García. Bernardo remata a gol ante Nauzet García.

Bernardo remata a gol ante Nauzet García. / LOF

Sin aparente conmoción por el golpe recibido, el Tamaraceite reinició el juego tratando de manejar el ritmo del partido y buscando el daño por bandas, especialmente por la derecha. Pero el Córdoba se plantó bien en el campo, con un adecuado plan de partido y el refuerzo moral de la ventaja nada más arrancar a sudar. Los hombres de Alfaro recuperaron ese guion con el que el técnico aterrizó en El Arcángel, haciendo un uso exquisito de la táctica, con la intención de ir a robar al campo contrario y dificultar su animosa salida de balón.

Fruto de esa ambición por recuperar la pelota en el campo del Tamaraceite, el Córdoba se encontró mucho más cómodo que su rival sin necesidad de tener la pelota. Antes del cuarto de hora, Sidibé resolvió un contragolpe con un disparo flojo que atajó Nauzet y Bernardo repelió poderoso por alto un centro de Jordan. Los canarios tenían la bola, pero el partido era del Córdoba, que pudo encarrilarlo pronto a los 17 minutos.

Javi Flores robó el balón a Aythami en la salida del balón del cuadro local y la bola le llegó a Willy, que habilitó al capitán para dejarlo solo ante Nauzet. El de Fátima llegó forzado a la acción y trató de resolver con una vaselina con la pierna derecha que se estrelló en el larguero de la portería canaria.

Un fallo que no descompuso a los blanquiverdes, que vieron como el partido se ponía un poquito más de cara antes de la media hora. Era el minuto 27 cuando Jordan chocó con Farrando en una pugna por un balón dividido. El lateral izquierdo del Tamaraceite golpeó al jugador cordobesista de manera infantil tras la porfía y García Verdura no dudó en mostrarle la segunda amarilla, tan clara como evitable.

Farrando es golpeado por Jordan, en la acción de la expulsión del canario. Farrando es golpeado por Jordan, en la acción de la expulsión del canario.

Farrando es golpeado por Jordan, en la acción de la expulsión del canario. / LOF

Al estar atrás en el marcador, Chus Trujillo optó por mantener su esquema sin variaciones, haciendo que López Silva partiera desde más atrás para explotar toda la banda izquierda. Un recurso que dejaba un hueco enorme de campo en manos de un veterano cuyo fuelle es el que es, pero que el Córdoba no supo aprovechar para ampliar su ventaja.

Porque tras la expulsión, los blanquiverdes no dieron el paso adelante necesario para adueñarse del balón. Nada más lejos de eso, el equipo de Pablo Alfaro se pertrechó bien y no sufrió para defender su portería, siempre con la sensación de que faltaba un punto de valentía para asestar otro golpe.

La sorprendente buena adaptación al terreno de juego permitió a los blanquiverdes solventar la papeleta en defensa sin excesivos apuros, gracias en parte al trabajo del doble pivote, en el que Xavi Molina nunca perdió el sitio y Mario Ortiz dio un recital táctico y de esfuerzo, apareciendo en todos los sitios del campo para las coberturas y dando salida al balón de la manera más pragmática posible y sin alardes.

Esa buena aplicación defensiva del Córdoba hizo que el Tamaraceite se marchara impotente al descanso, apenas con un intento lejano de Asdrúbal que se marchó alto, tras una pérdida absurda de Sidibé, y otra internada de López Silva que se quedó sin campo, ya cuando el asueto llamaba a la puerta.

La superioridad numérica, la buena disposición táctica del equipo y la ventaja en el marcador dibujaban una segunda parte propicia para que el CCF resolviera por la vía rápida. Pero de nuevo apareció la versión menos ambiciosa de los blanquiverdes. Y eso que la modificación táctica del Tamaraceite, que vació la zona del mediapunta para reconstruir su defensa, permitió al cuadro de Alfaro dominar el balón en los primeros minutos del segundo acto prácticamente a placer. En ese tramo del encuentro, el Córdoba tuvo una de sus pocas ocasiones del segundo tiempo, con un disparo alto de Sidibé para culminar una buena jugada colectiva.

Los canarios, sin embargo, tardaron poco en hacerse con el mando del partido, sin que el Córdoba objetara demasiado al respecto. Bastó con acumular hombres en ataque, con la entrada de Isma Fajir a la hora de juego, para que los de Alfaro dieran el paso atrás que tantas veces les ha condenado este año. Bernardo y Djetei seguían firmes, pero el trabajo se les empezaba a acumular, mientras David González y López Silva, los hombres de talento del Tamaraceite, ganaban un preocupante protagonismo.

Visus sujeta a López Silva en el tramo final del partido. Visus sujeta a López Silva en el tramo final del partido.

Visus sujeta a López Silva en el tramo final del partido. / LOF

En la encrucijada entre ambición o conservadurismo, Alfaro no dudó un instante y el equipo perdió la ambición por presionar arriba con la entrada de Moutinho y Piovaccari, que para colmo tampoco aportaron mucho en ataque. Sin ocasiones claras, los canarios no dejaban de rondar el área visitante y eso tenía intranquilo a Alfaro, que agotó los cambios cuando restaba un cuarto de hora.

La entrada de Visus y De las Cuevas, y sobre todo la salida del equipo de Mario Ortiz, confirmó que tocaba dar otro paso atrás y sufrir hasta el final, con el riesgo que eso conlleva. Del otro lado, Chus Trujillo por fin dio con la tecla, al dejar defensa de tres y dar entrada a un Toni Segura que hizo que el Tamaraceite recuperara el aliento para atacar, buscando a Quintero y Fajir en el área blanquiverde.

El Córdoba solo se acercó por el área rival en una acción que Piovaccari estrelló contra David García pasado el minuto 80 y tampoco fue capaz de serenar el juego lejos de su área. El Tamaraceite, severamente castigado ya por el paso de los minutos, recurrió a lo más fácil, que era buscar balones por alto, a lo que también ayudó el conjunto blanquiverde de manera desesperante, forzando faltas innecesarias que hicieron temer lo peor.

En un córner forzado por Toni Segura pudo llegar el empate, pero Alberto no encontró puerta tras ganar por alto a los centrales cordobesistas. La indolencia de Moutinho hizo que el Córdoba no se hiciera dueño del balón y para colmo una falta absurda del suizo sobre López Silva le dio al onubense la opción perfecta para colgar un balón al área que desencadenó el agitado final de partido.

Xavi Molina arrolló a Quintero de manera inexplicable y García Verdura señaló un penalti con el tiempo casi cumplido tan absurdo como claro. El drama estaba servido y el Córdoba se disponía a pagar su racanería con dos puntos. Pero apareció Becerra, denostado hasta en dos ocasiones durante la temporada, para rechazar el intento del propio Quintero y salvar los tres puntos. Un botín de valor incalculable para el Córdoba, que sin convencer lo más mínimo sacó adelante un compromiso muy delicado. Es la única lectura positiva que se puede hacer del partido en clave blanquiverde, pero también la más importante.

Becerra detiene el penalti a Quintero. Becerra detiene el penalti a Quintero.

Becerra detiene el penalti a Quintero. / LOF

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