El Córdoba CF pagó caros dos errores flagrantes en defensa y vio como el Mérida le empataba un partido que había dominado en la primera parte con mucha solvencia en ataque.

Los blanquiverdes vieron el triunfo hecho mucho antes del pitido final y se llevaron un susto importante y una notoria decepción final ante un rival que, con orgullo y casta, se rehízo de su mala primera parte para equilibrar la contienda.

Así jugaron, uno por uno, los blanquiverdes, en Mérida:

CARLOS MARÍN. Día negro. El almeriense, que habitualmente es un seguro de vida para su equipo, tuvo un día negro en el Romano. Regaló el 2-2 al ser incapaz de parar un disparo lejanísimo de Sandoval y transmitió mucha inseguridad cuando jugó con los pies.

ALBARRÁN. De más a menos. Buena primera parte del lateral catalán, con muchas subidas y solvencia defensiva. En la segunda parte, la entrada de Sandoval le complicó la vida y eso hizo que ya no apareciese más en campo rival.

LAPEÑA. Luces y sombras. Muy buenos primeros 45 minutos que dejaron paso a algunos errores de bulto en el segundo tiempo. Aún así, fue el mejor de los zagueros del Córdoba en una tarde para olvidar en esa faceta.

MATI BARBOZA. Nervioso. Quizás por primera vez desde que dio el salto al primer equipo se le vio algo nervioso en la segunda parte, cuando su equipo acusó el doble golpe de los goles del rival. Hasta ese momento estaba cuajando un buen partido.

CALDERÓN. Descolgado. Muy buena primera parte del sevillano, con constantes subidas por la izquierda que desarbolaron a la zaga del Mérida. Estuvo algo peor en los duelos individuales, en los que le costó imponerse, y en la segunda parte sufrió en defensa.

ÁLEX SALA. Lento. Partido de muy poco brillo del catalán, que en la primera parte mostró algo más de criterio a la hora de repartir el juego pero que cuajó una mala segunda parte, tanto en las entregas como a la hora de finalizar jugadas.

DIARRA. Irreconocible. El que venía siendo el mejor jugador del equipo en las últimas semanas estuvo muy lejos de su mejor versión. Apareció poco en ataque y, aunque en la primera parte estuvo bien en el trabajo defensivo, bajó mucho en la segunda.

CARRACEDO. Fundido. Muy buena primera parte del extremo derecho, que estiró al equipo por su carril desde el primer minuto y fue un dolor de cabeza para la zaga del Mérida. El esfuerzo físico le pasó pronto factura y su rendimiento cayó en picado.

KIKE MÁRQUEZ. En su línea. Sigue muy lejos de ser el jugador diferencial que de él se espera que esa, a pesar de ese golpe de brillantez que puso con su asistencia a Kuki Zalazar en el 0-2. Sumó muchas más acciones negativas que positivas en Mérida.

ADILSON MENDES. Brillante. Una primera parte para enmarcar del luso, que hizo muchísimo daño con su verticalidad y habilidad para el recorte. Hizo el primer gol y generó mucho peligro por la izquierda. Más discreto en la segunda parte.

KUKI ZALAZAR. Enchufado. Junto a Adilson Mendes, de los mejores del equipo en Mérida. Hizo un buen gol y participó en casi todas las ocasiones de peligro de su equipo. Su movilidad y apariciones desde segunda línea castigaron al rival.

ISMA RUIZ. Impreciso. Entró con la misión de recomponer a su equipo tras el varapalo del 2-2 pero, lejos de poner calma y criterio con el balón, se equivocó constantemente con los pases y contribuyó al desorden de los suyos.

TORIL. Sin ritmo. Sus minutos en el Romano José Fouto de Mérida justifican por completo el hecho de que Iván Ania no esté contando con él de titular. Se le vio fuera de ritmo y con trabajo por hacer para recuperar una buena versión.

ÁLVARO LEIVA. Indolente. Tuvo solo un par de apariciones en el partido y no pareció ser muy consciente de lo que su equipo se estaba jugando en esos minutos finales. Sigue sin aportar, ni de lejos, lo que de él se esperaba en enero.

SIMO. Voluntarioso. No tuvo excesivo tiempo para incidir en el juego de su equipo aunque lo intentó en un par de acciones por la banda izquierda en las que terminó decidiendo mal en el momento de dar el último pase.