El Córdoba CF sale del Alfonso Murube de Ceuta con una gran sensación tras arañar un punto en el último suspiro del duelo ante el conjunto caballa. Un gol de Adrián Lapeña segundos antes del final del encuentro permite a los blanquiverdes salvar con un buen punto un mal partido en tierras ceutíes.

Los blanquiverdes se vieron por debajo en el primer tiempo y no tuvieron la fluidez de otras tardes, hasta el punto de que en la segunda parte solo tiraron entre los tres palos de la portería de Pedro López en la jugada que abrochó el duelo, la del gol del empate.

Así jugaron, uno por uno, los hombres de Iván Ania en el Alfonso Murube:

CARLOS MARÍN. Paralizado. Dio la sensación de haber podido hacer más en el gol de Cristian Rodríguez, jugada en la que el almeriense ni siquiera intentó llegar al balón. Poco trabajo más tuvo desde ese momento en el Alfonso Murube.

ALBARRÁN. Profundo. De los hombres más destacados del Córdoba en Ceuta. El lateral fue una de las opciones más clarividentes en ataque para su equipo y de sus botas nació la gran ocasión para haber empatado que tuvo el CCF en el primer tiempo.

LAPEÑA. Salvador. Partido complicado para el riojano, que tuvo que lidiar con una tarjeta amarilla que le condicionó en exceso y le restó contundencia a la hora de ir al corte. No estuvo nada acertado con los desplazamientos de balón en largo. Se vistió de héroe en la última jugada con su gol.

MATI BARBOZA. Asentado. El golpe que le sacó del partido ante el Atlético de Madrid B no impidió al joven central mantenerse en el once inicial y con buenas prestaciones. Ania sigue apostando por darle continuidad tras su gran irrupción en el equipo.

CALDERÓN. Superado. Aisar le amargó la tarde al carrilero zurdo del Córdoba, que desde la primera acción del partido sufrió de lo lindo para parar al rápido extremo de los caballas. En ataque apareció mucho pero falto de precisión a la hora de poner el balón en el área.

ISMA RUIZ. Altibajos. Regresó el granadino al once inicial con un partido de luces y sombras, pues alternó acciones brillantes en el repliegue defensivo con despistes y pérdidas en la medular que complicaron a su equipo. Poco a poco debe ir recuperando su nivel.

DIARRA. Exigido. El Ceuta planteó una batalla muy dura en la medular que hizo que el maliense no luciera todo lo que acostumbra, pues de él dependió buena parte del trabajo de presión de su equipo. Aunque estuvo fuerte y ganador en los duelos, tuvo poca precisión en las entregas y apareció poco en ataque.

CARRACEDO. Vigilado. El Ceuta se mostró hábil a la hora de conseguir que el extremo blanquiverde no lograra enchufarse en el partido. Con constantes coberturas a su par, los caballas sacaron de quicio al diestro, que no aportó prácticamente nada en ataque.

KIKE MÁRQUEZ. Discreto. Demasiado gris el partido del capitán blanquiverde, que se vio envuelto en demasiadas acciones de contacto y que tuvo poco el balón en las zonas en las que más peligroso. Ania confió en él hasta el final pero no terminó de aparecer.

ADILSON MENDES. Frenado. Discreto regreso al once inicial del portugués, al que el Ceuta controló muy bien con las ayudas del extremo a su lateral y, en ocasiones, hasta con tres marcadores. Ni en la izquierda ni, ya en el tramo final, en la derecha, encontró su juego.

TORIL. Desesperado. Se perdió en batallas con los centrales del Ceuta, tuvo pocas ocasiones y en la más clara fue claramente agarrado e ignorado por Campos Salinas, que no decretó la pena máxima. Un partido muy gris del ariete balear.

KUKI ZALAZAR. Poca aportación. Fue la primera ficha que movió Iván Ania en busca de la reacción de su equipo, aunque el hispano-uruguayo hizo otro de esos partidos en los que pasa sin dejar demasiada huella. Se movió bien entre líneas pero nunca conectó bien el último pase.

SIMO. Sin peso. El hispano-marroquí, que venía de un buen partido pero perdió la titularidad por el regreso de Adilson Mendes, gozó de minutos en el segundo tiempo pero no logró aparecer con continuidad en el juego para ser importante.

ÁLEX SALA. Sin tiempo. El técnico blanquiverde tiró del mediocentro barcelonés en los minutos finales del encuentro y Sala no tuvo excesivo tiempo de aparecer, si bien cuando lo hizo dio al balón dinamismo para los ataques finales de su equipo.