AD Ceuta - Córdoba CF | La Crónica

El Córdoba CF se aferra a la épica en Ceuta (1-1)

Los jugadores del Córdoba CF celebran su gol en Ceuta ante la desolación de los caballas. Los jugadores del Córdoba CF celebran su gol en Ceuta ante la desolación de los caballas.

Los jugadores del Córdoba CF celebran su gol en Ceuta ante la desolación de los caballas. / LOF

Escrito por

· Rafael Cano

Redactor

Un punto que sabe a gloria, por la manera en que llegó. El Córdoba CF salvó los muebles en el Alfonso Murube en la última jugada de un partido gris que los hombres de Iván Ania logran sortear sin hincar la rodilla. Cuando ya se mascaba el final de la dinámica positiva del conjunto cordobesista, después de uno de sus encuentros más grises de los últimos meses, un gol salvador de Adrián Lapeña segundos antes del final del duelo ante el Ceuta hizo justicia en una contienda en la que ninguno de los dos equipos mereció más que el otro, pero que los ceutíes tuvieron de su lado hasta el último suspiro.

Ese gol del central riojano permite al conjunto cordobesista mantenerse vivo en la pelea por alcanzar a los dos primeros clasificados, que volvieron a tropezar y animan la pugna por el ascenso directo. Pero sobre todo, el tanto es importante por lo que representa en lo anímico el salvar un mal partido sin perder. De paso, los blanquiverdes frenan a un Ceuta que quería recuperar terreno en la pelea por la quinta plaza, pero que pagó cara su racanería, aunque bien es cierto que estuvo a punto de encontrar el premio que buscó empleando todas las artes que van más allá del mero juego desde el momento en que se vio por delante en el marcador.

Y eso que el Córdoba no arrancó nada mal el partido, a pesar de que el primer susto se lo llevó cuando no se había cumplido el primer minuto de juego. Una presión fallida de Isma Ruiz a Meléndez posibilitó el primer contragolpe del Ceuta, con Aisar ganándole la partida a Calderón y el lateral recuperando después para evitar el centro del extremo caballa. Una acción que fue toda una declaración de intenciones del planteamiento del cuadro ceutí, que esperó al Córdoba replegado en campo propio pero con el colmillo afilado para salir al contragolpe con rapidez cada vez que era capaz de robar.

Con el rival bien pertrechado, el Córdoba tuvo el balón y pudo marcar el ritmo del partido jugando desde atrás, como acostumbra, aunque sin encontrar una fluidez adecuada en los metros finales. La tela de araña del Ceuta en la medular provocaba que lo que siempre arrancaba como una jugada prometedora en campo de los blanquiverdes muriese con centros defectuosos o pérdidas de balón ya en campo de los caballas.

Kike Márquez fue el primero en intentarlo por los blanquiverdes, con un disparo lejano que no cogió portería por poco. Era el minuto 10 de partido y el duelo estaba equilibrado, con el conjunto cordobesista marcando los tiempos pero el Ceuta cómodo en su rol, sabedor de que su momento iba a llegar. Fue en el ecuador de ese primer acto cuando los hombres de José Juan Romero empezaron a equilibrar la contienda con peligrosas llegadas.

Adilson Mendes sale rebotado tras la entrada de un rival en el Ceuta - Córdoba CF. Adilson Mendes sale rebotado tras la entrada de un rival en el Ceuta - Córdoba CF.

Adilson Mendes sale rebotado tras la entrada de un rival en el Ceuta - Córdoba CF. / CCF

La falta de precisión del Córdoba provocó algunas pérdidas en campo rival que el Ceuta convirtió en rápidas transiciones. En esas lides se activó Cedric Teguia, quien primero lo intentó en jugada personal con un disparo defectuoso y luego forzó una falta de Albarrán que acabó por ser importante, después de una pérdida de Diarra en zona delicada. El libre directo lo convirtió en gol Cristian Rodríguez con un gran lanzamiento ante el que Carlos Marín respondió con la mirada.

El escenario no podía ser peor para el Córdoba, que además de verse por detrás en el marcador supo pronto que el partido iba a entrar en otra dimensión. Y es que de sobra es conocido que el Ceuta es un equipo que, con el partido de cara, lleva la contienda a todos esos intangibles que poco tienen que ver con el juego pero que también importan, y mucho, en el fútbol. Tanto fue así que poco se jugó ya hasta el descanso, con los ceutíes con graves problemas -entiéndase la ironía- para mantener la verticalidad, exagerando cada choque con la connivencia arbitral y sacando del partido al Córdoba, incómodo e incapaz de asomarse al área de Pedro López. De esa monotonía solo salió el equipo de Iván Ania con una internada de Albarrán, que ganó la línea de fondo tras una rápida combinación de su equipo de izquierda a derecha y sacó un centro raso que ni Toril -al que agarraron claramente- ni Adilson Mendes lograron embocar en línea de gol. Una ocasión clarísima para haber devuelto el partido a las tablas que no tuvo continuidad.

Cabía esperar un cambio de guion en el segundo tiempo, pero lo cierto es que la apuesta de ambos equipos se acentuó. El Córdoba compareció con la misma idea de dominar el ritmo del partido a través del balón y el Ceuta, si en la primera parte había esperado su oportunidad al contragolpe, reafirmó esa convicción hasta el extremo.

Con ese planteamiento por ambos bandos, el choque discurrió por los mismos derroteros de la primera parte, con un Córdoba dominador del balón pero sin capacidad de sorprender al Ceuta, cada vez más asentado en campo propio y sin verse realmente agobiado por los blanquiverdes, que adolecieron de movilidad y claridad de ideas en los metros finales del terreno de juego.

Tras 20 minutos de monotonía en el juego, Iván Ania trató de agitar el partido dando entrada a Kuki Zalazar por Isma Ruiz, para dibujar un 4-1-4-1 y acentuar la presencia de su equipo entre líneas. El cambio dio sus frutos a medias, pues el Córdoba apareció más en los metros finales, pero con el mismo acierto mostrado hasta ese momento, es decir, ninguno. Ante la falta de efectividad de esa primera variante, el técnico introdujo una segunda apostando por Simo en la izquierda y Adilson Mendes en la derecha, después de un partido gris de Carracedo.

Tampoco así pudo Iván Ania sacar el partido del guion por el que discurría, con los blanquiverdes cada vez más volcados y el Ceuta más atrincherado, pero también más peligroso al encontrar vías libres en sus intentos de contragolpe. José Juan Romero refrescó a su equipo con cambio de cromos sin variar su esquema para pertrechar a los suyos de manera adecuada ante el previsible arreón final del Córdoba.

Los blanquiverdes quemaron sus naves instalándose en campo rival prácticamente con todos sus hombres, pero con dificultades para desbordar y cargar el área con claridad. Los seis minutos de añadido que decretó Campos Salinas eran la última oportunidad para evitar la derrota y ni siquiera ahí fue el Córdoba capaz de crear peligro con claridad. Fue ya sobre la bocina, en un saque de banda de Albarrán que peinó Toril, cuando Adrián Lapeña conectó un derechazo para batir a Pedro López y hacer enmudecer al Alfonso Murube. Un gol salvador que vale un punto y que hizo justicia en un mal partido del que ninguno de los dos contendientes mereció salir victorioso, pero que deja muchas mejores sensaciones del lado del Córdoba CF, que hasta en una mala tarde fue capaz de seguir sumando.

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