AD Mérida - Córdoba CF | La crónica

El Córdoba CF tira en Mérida su último objetivo (0-0)

José Alonso salta para despejar un balón con Chuma a su espalda, en el Mérida - Córdoba CF. José Alonso salta para despejar un balón con Chuma a su espalda, en el Mérida - Córdoba CF.

José Alonso salta para despejar un balón con Chuma a su espalda, en el Mérida - Córdoba CF. / LOF

Escrito por

· Rafael Cano

Redactor

El último objetivo, también a la basura. El Córdoba CF se dejó en Mérida las opciones que le quedaban para disputar la próxima Copa del Rey con un empate sin goles que resulta más de lo mismo para un equipo sin ambición e inoperante en ataque, que incluso puede dar por bueno el punto en el Romano José Fouto, donde nunca mereció ganar. En la última salida del curso, los blanquiverdes no sorprendieron a nadie y sumaron una semana más a su estrepitosa segunda vuelta, alargando hasta las 12 semanas la ausencia de triunfos.

Poco cabía esperar de un equipo que hace semanas que dimitió de cualquier reto serio. Y esa impresión se confirmó ante un Mérida algo mejor que los blanquiverdes, pero incapaz igualmente de hacerse con un partido que, aunque animado por las ocasiones de gol, careció de la tensión competitiva que se le presupone a estas últimas jornadas de liga. Y es que el premio de disputar esa próxima Copa del Rey pareció importar poco a ambos conjuntos. Pese a todo, si alguien mereció ganar fue el cuadro local, que tuvo las mejores ocasiones de un partido que no quedará precisamente grabado a fuego en la mente de los aficionados.

Por primera vez desde que ocupa el banquillo del Córdoba, Manuel Mosquera dio continuidad a un once inicial. Pese a la lamentable imagen que su equipo dio ante el San Fernando, el técnico optó por mantener su apuesta ante el Mérida, con la esperanza de una mejoría colectiva que les acercarse al triunfo.

Pero esa versión que el técnico esperaba de sus jugadores no terminó de aparecer, al menos en el primer tiempo. El Mérida fue mejor en un primer acto en el que los locales tuvieron más el balón y gozaron de la ocasión más clara para haberse ido al descanso en ventaja, un penalti que desperdició Bonaque. Los blanquiverdes, por su parte, mostraron algo más de actitud que el pasado domingo, pero protagonizaron otros 45 minutos de imprecisiones y fútbol pobre, apenas salvados por dos o tres tímidos acercamientos que acabaron siempre bien resuelto por el cuadro emeritense.

La iniciativa en el arranque fue para un Mérida más enchufado al partido, por aquello de dar una buena imagen en la despedida en casa y por la mayor ilusión de luchar por alcanzar la plaza en la Copa del Rey que mostraron. Los locales se apoyaron en el talento entre líneas de Larrubia para crear inquietud en los primeros compases. Tanto fue así que al cuarto de hora ya pudieron adelantarse. Una salida rápida del equipo de Juanma Barrero la resolvió Larrubia con un pase profundo que Chuma envió a gol al primer toque, pero en posición adelantada que marcó rápidamente el colegiado.

Ese zarpazo fue el primer aviso de un Mérida voluntarioso, aunque impreciso en campo propio, lo que facilitó que el Córdoba también dispusiera de algún acercamiento al área de Palomares. Los blanquiverdes asomaron por primera vez por los dominios del rival en el minuto 21, con un disparo de De las Cuevas que atrapó el meta local sin problemas. Poco después, ya pasada la media hora de juego, un robo del alicantino en campo rival le permitió conectar con Kike Márquez, que habilitó a Caballero para que el jiennense finalizase jugada topándose con la mano salvadora de Palomares.

Carlos Marín detiene el penalti lanzado por Bonaque en el Mérida - Córdoba CF. Carlos Marín detiene el penalti lanzado por Bonaque en el Mérida - Córdoba CF.

Carlos Marín detiene el penalti lanzado por Bonaque en el Mérida - Córdoba CF. / LOF

Esa buena ocasión, la mejor de los blanquiverdes en el primer acto, no encontró continuidad. El balón volvió a ser del Mérida, que sin llegar a golpear jugó muchos más minutos en campo rival. Fruto de ese dominio territorial, una internada de Dani Lorenzo en el área la paró en falta Alberto Jiménez, provocando un penalti que Carlos Marín le sacó a Bonaque con una brillante estirada. Una acción de mérito que pareció animar a los de Mosquera, que acabaron el primer tiempo con un chut lejano de Kike Márquez que no cogió portería por muy poco.

En la segunda parte, algo más liberado y aprovechando que el rival también buscaba con más descaro la meta de Carlos Marín, el Córdoba pareció estirarse sin ese corsé con el que hace meses que viene jugando. Los de Mosquera cuajaron sus mejores minutos en el partido y pudieron adelantarse tras una transición rápida que José Ruiz finalizó con un centro raso que Nacho González despejó hacia su portería, obligando a Palomares a despejar el esférico con mil apuros.

En esos compases, de más dominio de los blanquiverdes, llegó un disparo de Diarra lejano que no cogió portería y un posterior cabezazo del volante de origen maliense que Palomares salvo a bocajarro, después de un buen centro de Alberto Jiménez, que se había quedado descolgado tras subir a rematar un saque de esquina. Pero, de nuevo, la mejoría no tuvo continuidad más allá de un par de fogonazos.

En la media hora final, los cambios desdibujaron al Córdoba, en lugar de mejorarlo, y dieron al Mérida algo más de impulso para intentar buscar ese gol que les mantuviese vivos en la pelea por la Copa del Rey. Los de Juanma Barrero, sin embargo, se mostraron precipitados y faltos de esa paciencia para dar un buen último pase o elegir mejor en los disparos.

De las Cuevas lanza a portería en el Mérida - Córdoba CF. De las Cuevas lanza a portería en el Mérida - Córdoba CF.

De las Cuevas lanza a portería en el Mérida - Córdoba CF. / LOF

La mejor ocasión de ese tramo final la tuvo Dani Lorenzo, que buscó el palo largo de Carlos Marín, obligando al almeriense a hacer una parada de mucho mérito. El arreón final, por llamarlo de alguna manera, no dejó ni una mísera ocasión para un Córdoba CF sin alma que se dejó en Mérida su última opción de terminar el curso de manera digna. Lo bueno es que ya solo queda una semana para poner fin al sainete.

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