Mérida - Córdoba | La Crónica

El sello de un equipo campeón (0-1)

Simo y Gudelj agarran a Casas en la celebración del gol del Córdoba CF en Mérida.

Simo y Gudelj agarran a Casas en la celebración del gol del Córdoba CF en Mérida. / Miguel Ángel Salas

Con el sello de los campeones. El Córdoba CF se dio el gustazo de celebrar su ascenso a Primera RFEF derrotando al Mérida a domicilio, para seguir engordando unos números estratosféricos que han llevado a los blanquiverdes a conseguir su objetivo cuatro jornadas antes del final del campeonato.

La ambición de los blanquiverdes en la segunda parte, cuando el ascenso ya era un hecho, habla de lo que es este equipo. No se desconcentraron, buscaron el triunfo para que la fiesta fuera completa, y lo lograron con un gol de Antonio Casas que quedará en la historia del club. Un derroche de casta, orgullo y ambición para hinchar la moral de una afición que disfrutó de lo lindo en las gradas del Romano José Fouto.

Antes de que la fiesta se desatara y el partido entrara en una nueva dimensión, al Córdoba le tocó apretar los dientes antes un Mérida duro e intenso, al borde del reglamento, que quiso marcar territorio a sabiendas de que al CCF igual le valía hasta la derrota. Los locales apretaron en el inicio y encontraron carriles para atacar con facilidad, sobre todo en una banda derecha en la que José Ruiz no encontró excesiva ayuda, lo que le hizo sufrir.

A falta de claridad para dirimir sus internadas, el Mérida amenazó al Córdoba a balón parado, con varios saques de esquina y una falta lateral que sus centrales tocaron en el área, aunque sin encontrar el camino del gol. Esa buena salida del conjunto emeritense quedó frenada cuando Nacho González vio la roja por una patada desde el suelo a José Ruiz. Ahí los locales tuvieron que replantear su dibujo y frenar su ímpetu.

El choque se igualó entonces y el CCF fue poco a poco entrando en el partido, después de dejar atrás el ambiente embriagador que su afición había dibujado desde el masivo recibimiento al autocar del equipo. De hecho, la primera parte la acabó mejor el equipo de Germán Crespo, que encontró a De las Cuevas entre líneas y forzó un par de saques de esquina. En el primero, Bernardo estuvo a punto de remachar un balón suelto en el área. En el segundo, Adrián Fuentes remató en el segundo palo sin acierto. Incluso Simo, a centro de José Ruiz, pudo abrir el marcador antes de enfilar el camino a vestuarios.

Javi Flores intenta regatear a Emilio Cubo, capitán del Mérida. Javi Flores intenta regatear a Emilio Cubo, capitán del Mérida.

Javi Flores intenta regatear a Emilio Cubo, capitán del Mérida. / Miguel Ángel Salas

Tras volver de vestuarios anticipadamente para celebrar el ascenso con sus aficionados, los blanquiverdes comparecieron al segundo tiempo liberados. Germán Crespo dio entrada a Casas para ganar presencia en el área rival y relevó a Bernardo, que tuvo muchos problemas en la salida de balón, por Visus. La apuesta, de inicio, le salió bien al granadino, que vio a su equipo mejorar en ataque. Adrián Fuentes empezó a hacer daño por la derecha a la hora de juego. Un primer centro suyo no lo remató de milagro Casas en boca de gol. Poco después, otro servicio hacia el rambleño lo desvió al poste Mario Robles.

Crespo, ambicioso y con ganas de celebrar el ascenso ganando el partido, redobló su apuesta retirando a José Cruz para dar entrada a Luismi. Con el Mérida ya muy cansado, el CCF logró embotellar a su rival y acumular ocasiones en boca de gol. Casas y Luismi tuvieron el tanto de la victoria en un tramo de muy buen juego de los blanquiverdes, pero en el remate final no estuvieron finos.

Tanta insistencia acabó encontrando el premio del gol. Un centro de Luismi desde la derecha, en la enésima intentona del Córdoba, lo empaló Casas en el segundo palo para que el balón entrara llorando en la portería de Javi Montoya. Si faltaba un detalle para la celebración, lo puso el de La Rambla.

En los minutos finales, el Mérida se fue al ataque a la desesperada en busca de un empate, pero el Córdoba aguantó firme, apretó de nuevo los dientes y brindó un triunfo a su gente para que la fiesta fuera ya incontenible. Celebren, porque este equipo lo merece todo.

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