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Mérida - Córdoba CF | El otro partido

El Córdoba CF repite su historia: otro ascenso lejos de El Arcángel

  • Los blanquiverdes conquistan su noveno salto de categoría, de los que solo uno llegó ante su afición

Los aficionados del Córdoba CF celebran el ascenso en Mérida.

Los aficionados del Córdoba CF celebran el ascenso en Mérida. / Miguel Ángel Salas

La temporada perfecta del Córdoba CF solo encontrará un pequeño matiz cuando se recuerde pasados los años: el ascenso no llegó en El Arcángel. El Romano José Fouto de Mérida quedará en la memoria colectiva como el feudo donde los blanquiverdes abandonaron la Segunda RFEF. Un campo con solera, en una ciudad patrimonial como la cordobesa, pero a más de 200 kilómetros de El Arcángel. En realidad, el conjunto cordobesista no hizo en esta ocasión algo que no haya sido la constante en sus más de 60 años de historia. Y es que de los nueve ascensos que suma el club con este último, solo uno se produjo en casa.

En Mérida fueron unos 1.200 cordobesistas los que quisieron vivir el momento histórico con sus jugadores. Un salto de categoría desde Segunda RFEF mucho menos llamativo que otros, pero también más importante para el futuro de la entidad. Ellos, los que estuvieron en las gradas del Romano José Fouto de la localidad emeritense, podrán contar dentro de unos años que fueron testigos del primer paso de regreso hacia el fútbol profesional del Córdoba CF. Hay quien pueda pensar que fueron pocos. Seguramente en otra fecha hubieran sido muchos más, pero los presentes se hicieron escuchar de lo lindo en otro día para el recuerdo del club de sus amores.

Un paso que, una vez más, llegó a domicilio. Córdoba solo ha podido ver a sus jugadores celebrar ese éxito una vez y fue en 1971, cuando los blanquiverdes ascendieron a Primera División tras ganar al Hércules (2-1) en la penúltima jornada de liga. El equipo entrenado por José Juncosa finalizó aquel curso en cuarta posición y logró el salto a la élite.

Pero la historia del CCF con los ascensos había empezado décadas antes. En 1956, el Córdoba logró una plaza en Segunda División pese a ser derrotado en el feudo del Almería. Una serie de resultados favorecieron los intereses de un CCF que días más tarde se reencontró con su gente, ya con el objetivo hecho, para celebrarlo recibiendo al Ceuta.

Sin embargo, el ascenso por antonomasia para el club blanquiverde es el conseguido en 1962 en Huelva. De aquel equipo perduran nombres de leyenda como Benegas, Navarro, Simonet, Ricardo Costa, Miralles o Juanín. El equipo entrenado por Roque Olsen situaba por primera vez en su historia al cordobesismo en la élite del fútbol nacional y lo hacía con un brillante 0-4 ante el Recreativo de Huelva, el 1 de abril de 1962.

Ahí comenzó el idilio del club con los ascensos lejos de casa, porque desde entonces todos han llegado así. En 1981, el Córdoba tuvo que viajar hasta Ibiza para regresar con una plaza en Segunda División. Cuatro años más tarde, llegó la hora de retornar a la Segunda B en Valdepeñas. Y ya en el imaginario colectivo de las generaciones más jóvenes quedan los últimos hitos que logró el club. El 1999 llegó el ascenso de Cartagena para hacerse un sitio en Segunda División, algo que el club repitió ocho años después en Huesca, en aquella mágica tarde en El Alcoraz en el que la afición blanquiverde se dejó sentir al grito socarrón de 175, ven y cuéntanos.

Especial también fue el último ascenso del CCF hasta este de Mérida. Llegó en 2014, en Las Palmas, y fue a Primera División. Por la importancia de regresar a la élite y por la manera en que se dio, con una agonía tremenda y en medio de una invasión de campo por parte de la afición de Las Palmas, esa alegría perdurará por siempre en todos los que la vivieron. Lástima que el paso por la mejor liga del mundo solo fuera de unos meses de duración, aunque en aquel momento en que Uli Dávila firmó el gol del empate y del ascenso del Córdoba, aquella amargura de meses después era emoción y desenfreno.

Repiten Javi Flores y Bernardo

De la plantilla actual del Córdoba, solo dos jugadores han vivido una alegría similar a la lograda en Mérida. No es casualidad que ambos sean dos de los referentes del vestuario actual: Javi Flores y Bernardo Cruz. El mediapunta de Fátima guarda como uno de los momentos más felices de su trayectoria profesional aquel ascenso en Huesca, después de una temporada en la que fue muy protagonista, cuando asomaba ya como una gran realidad en el primer equipo blanquiverde.

Bernardo, por su parte, se llevó la gran alegría de su vida al participar en el ascenso a Primera de Las Palmas. En aquel equipo, además, estaba su hermano Fran Cruz, lo que convirtió el hito conseguido en algo directamente inigualable.

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