Diego Bri rescata al Córdoba CF en un derbi de locura ante el Málaga (2-2)

El partido más loco del curso para el Córdoba CF tuvo que llegar en el derbi andaluz ante el Málaga, una de las citas más esperadas. Un gol de Diego Bri en el último suspiro de un añadido eterno silenció La Rosaleda y salvó la dinámica positiva del conjunto blanquiverde, que sale indemne de una actuación muy mediocre ante el Málaga en un partido marcado por la surrealista actuación arbitral de Orellana Cid en el campo y Milla Alvéndiz en el VAR.

El derbi andaluz en La Rosaleda tuvo de todo, y quizás lo que menos fue fútbol de quilates. Por lo demás, el partido quedará marcado como uno de los más extraños de la temporada, con emoción en la grada y dos aficiones dando un colorido espectacular, una lucha pareja sobre el césped y un puñado de decisiones arbitrales que agitaron el partido y sacaron de quicio a ambos equipos.

Por cuarta semana consecutiva, y como cabía esperar, Iván Ania repitió el once inicial que ha consolidado ya de manera clara. Un elemento más para reforzar la teoría del técnico asturiano de que el conocimiento mutuo que se tienen ambos equipos depararía un partido nivelado en el que serían las individualidades las encargadas de desequilibrarlo.

Y lo cierto es que ese fue el guion del partido desde el comienzo, con dos equipos bastante comedidos a la hora de asumir riesgos, tratando de inducir al error al rival mediante la presión alta. De hecho, solo así se pisaron las áreas en los primeros 45 minutos. La primera pifia corrió a cargo de Alfonso Herrero, que a los seis minutos entregó el balón a Jacobo, cuyo intento de vaselina se quedó a medio camino.

Con un Málaga bien plantado y tratando de imponerse en el plano físico, al Córdoba CF le costó encontrar clarividencia en ataque, sobre todo en el último pase. Porque los blanquiverdes tuvieron algún amago interesante, sin llegar a materializar ocasiones con claridad. Ejemplo perfecto fue una triangulación entre Carracedo y Requena, al minuto 10 de partido, que se quedó en nada al no encontrar el granadino línea de pase con Adri Fuentes o Jacobo.

El Málaga, por su parte, creció en el partido con la lesión de Juanpe y la entrada de Brasanac, que le dio poderío para imponerse en la medular y pisar más el área del CCF. Los de Pellicer, ganadores en varias acciones de juego directo, crearon peligro en base a las segundas jugadas, aunque los blanquiverdes se las ingeniaron para conjurar el peligro sin que Iker Álvarez tuviera que manchar los guantes.

A la media hora de partido, la sensación era de un duelo muy nivelado y una batalla de desgaste en la que el Córdoba CF empezaba a tener más el balón, pero sin progresos palpables. Los blanquiverdes pecaron de paciencia a la hora de acumular pases y limpiar las jugadas. Así, apenas una aparición de Adri Fuentes por la izquierda que cabeceó Isma Ruiz alto mereció reseña en un tramo final del primer acto bastante gris. Eso sí, justo antes del descanso, y con el Málaga lamentando la lesión de Brasanac y tratando de perder tiempo para alcanzar el descanso sin gastar otra ventana de cambios, el CCF tuvo su oportunidad más clara. Jacobo lanzó a Adri Fuentes con un balón preciso que el madrileño recepcionó bien pero, tras encarar a Alfonso Herrero, su remate ni siquiera cogió portería.

Una segunda parte de locura

El fútbol control de ambos equipos en la primera parte dejó paso a una segunda que reservaba mucha agitación. Fue el Córdoba CF el que mejor entró al partido tras la reanudación, dando sensación de haber perdido el respeto al rival y buscando decididamente la portería de Alfonso Serrano. En esas, Carracedo desperdició la enésima transición con un disparo sin sentido, pero Pellicer ya se revolvía en su banquillo ante el paso adelante de los blanquiverdes.

Pero el partido no lo cambió ningún futbolista, el primer gran protagonista fue Orellana Cid, que decidió expulsar con roja directa a Albarrán por una supuesta falta sobre Larrubia que, de manera sorprendente, Milla Alvéndiz validó desde el VAR. La repetición dejó en evidencia a la pareja arbitral, que todavía se reservaba una buena dosis de protagonismo en La Rosaleda.

Al mazazo de la expulsión de su capitán, el Córdoba CF sumó pronto el gol con el que Rafa Rodríguez abrió el marcador, aprovechando una pérdida absurda entre Fomeyem y Álex Martín para clavar una volea en la escuadra. El tanto pudo hacer mucho daño a los blanquiverdes que, sin embargo, se levantaron casi sin pestañear. Álex Martín aprovechó el furor del Málaga para ganar línea de fondo y sacar un centro tímido que Adri Fuentes convirtió en oro puro con un toque de espuela para sorprender a Alfonso Herrero. Un golpe directo a la mandíbula del Málaga, que no tuvo tiempo ni de asentar su ventaja.

Con media hora por delante, el partido volvía a empezar, pero con desventaja para el CCF de la inferioridad numérica. Pellicer se la jugó metiendo dos delanteros como Lobete y Niño en el campo y Ania respondió reforzando la medular con Théo Zidane y renunciando a los costados en ataque.

Con el Málaga tratando de explotar su superioridad, otra vez los árbitros a escena. Un mal despeje de Carlos Isaac lo aprovechó Jauregi para batir a Iker Álvarez, pero la acción quedó anulada por un fuera de juego milimétrico del punta malaguista que el VAR consideró al interpretar que el defensa del CCF había despejado mal forzado por un rival. La acción crispó el ambiente de La Rosaleda.

Agitación en el tramo final

Sin capacidad ya de agarrarse a sus principios futbolísticos, el Córdoba buscó coraje y Ania rectificó su planteamiento para reforzar las bandas con Kevin Medina y Diego Bri, buscando sellar los costados en defensa y esperando tener profundidad para sorprender al contragolpe. Sin embargo, su equipo no fue capaz de pisar campo contrario y Rafa Rodríguez volvió a adelantar al Málaga con un golazo tras sentar a Fomeyem.

El gol fue un mazazo muy duro para el Córdoba CF, al que el largo añadido (12 minutos) dio una vida extra. Pero a los blanquiverdes les costaba un mundo estirar líneas, ante un Málaga de nuevo atenazado por el miedo a perder lo que tanto le había costado ganar. Casi sin fuerzas, el CCF se jugó el todo por el todo en una falta lateral que Rubén Alves recepcionó en el área para, al segundo intento, sacar un centro-chut raso y tenso que Diego Bri cazó en el área para hacer el gol del 2-2 y desatar la locura en el sector visitante de La Rosaleda. Fue la última pirueta de un derbi trepidante, con más emoción que fútbol, del que el Córdoba CF sale bien parado vistas las circunstancias.