Sporting-Córcoba CF |La Crónica

Sin dentadura es más difícil morder (0-0)

  • El Córdoba suma el primer punto de la temporada a domilicio, pero deja pasar la oportunidad para ganar  ante un rival horrendo

  • Los blanquiverdes fueron superiores, aunque no supieron  hacer daño en el área

El Córdoba ya sabe sumar a domicilio (0-0)

El Córdoba ya sabe sumar a domicilio (0-0) / LOF

Pocas oportunidades tan claras como en El Molinón se le presentarán al Córdoba esta campaña para ganar de visitante. En el mejor partido de los blanquiverdes, tanto en casa como sobre todo fuera, donde acumulaba ridículo tras ridículo dejando a un lado el oasis copero de Elche, el botín se redujo a un único punto que al menos sirve para estrenar también ese casillero. El problema es que el déficit acumulado en el negro inicio liguero obliga a sumar de tres y minimiza cualquier atisbo de mejora mientras no se traduzca en victorias. El CCF seguirá una semana más ocupando plaza en la zona de descenso, con mejores sensaciones, pero entre los cuatro últimos, y con sólo una alegría completa después de once jornadas. Unas veces fue por la fragilidad atrás, otros por la flata de actitud sobre el verde, y ya que se han corregido ambas, en Gijón el principal hándicap estuvo en una falta alarmante de hambre en el área, sobre todo en un primer periodo en el que el cuadro cordobesista fue muy superior, aunque incapaz de morder a un enemigo horrendo, maniatado por los nervios y que tuvo que convivir con los pitos de su gente. Escenario idílico para salir a hombros que acabó con un simple apretón de manos.

Ya fuera por superstición o no, lo cierto es que las cuatro novedades introducidas por Sandoval en el once dibujaron la misma defensa que hace diez días fue parte activa de la única victoria a domicilio, en Elche, en la Copa del Rey, y un once con siete de aquellos elegidos. Quizás fue la fórmula, tirando de psicología, diseñada por el técnico madrileño para enterrar la mala trayectoria en las salidas y, sobre todo, una sangría insostenible que había llevado al CCF a encajar hasta 13 goles en cuatro viajes del torneo doméstico, traducidos todos en derrotas incontestables.

Claro está que la clave para que el guion sea bueno es cómo los actores lo lleven luego a escena. Ayudado por un Sporting horrendo, el juego sin balón visitante fue notable de principio a fin, con una nota elevada a sobresaliente por Carlos Abad y Luis Muñoz. Porque si bien es verdad que los asturianos tuvieron una actuación paupérrima en ataque, el meta resultó clave en un cabezazo de Carmona al filo del minuto 10, tras una acción de André Sousa, que también había probado fortuna antes sin hallar el camino de la portería. Apenas ambos, con la movilidad escasa de sentido de Neftalí, ofrecían alguna alternativa al mejor planteamiento con la pelota del CCF.

Sostenido en un 4-1-4-1, con Javi Lara y Aguado encontrando sostén y apoyo en Vallejo, y con pasillos por los costados, el Córdoba se sintió cómodo ya desde el comienzo a la hora de mandar. Eso dibujó por fin un perfil valiente y atrevido, dominador, sencillamente lo que mejor le sienta al perfil de futbolistas que ahora viene eligiendo Sandoval. Un primer saque de esquina que Luis Muñoz, con todo a su favor, no supo conectar a la red sirvió ya para que El Molinón mostrara su descontento con los suyos y pegara el empujón definitivo al cuadro visitante para irse arriba.

El dominio y el control del partido eran visitantes, pero faltaba un punto más de mordiente en las inmediaciones de Mariño. Javi Lara, Jaime Romero, Fernández, De las Cuevas, Aguado o Javi Galán aparecían bien por el balcón del área, pero ahí se les nublaba la vista, sin encontrar nunca la referencia de Piovaccari, peleón con los centrales, pero casi siempre muy lejos de su zona de influencia, lo que terminó por desquiciarlo y hacer que en alguna ocasión eligiera mal.

Ese panorama duró hasta el intermedio, con apenas una fase de arreones locales que, eso sí, provocó la ocasión más clara del duelo: un mal despeje de Jaime en tareas defensivas permitió a Lod empalar una volea que repelió el larguero. Fue un espejismo entre los intentos de Lara, Galán, Aguado, De las Cuevas o Piovaccari desde la frontal, todos con respuesta de Mariño para tranquilidad de su gente.

Los blanquiverdes habían merecido mucho más en un primer acto al que sólo le faltó la rúbrica del gol.Y Sandoval intentó encontrarlo en el segundo con una variante diferente: una referencia más móvil, para jugar al espacio, en la figura de Jovanovic, relevo de Piovaccari. Sobre el papel, ante la dificultad para correr a las espaldas de los centrales rojiblancos, la idea no era mala. Pero no salió, a pesar de que la puesta en escena tras pasar por los vestuarios fue parecida a la del inicio del choque: dominio de la situación y control del balón de un Córdoba con personalidad hasta para iniciar el juego en campo propio... pero sin una traducción clara en ocasiones de gol.

Es más, el comienzo del carrusel de cambios, con la entrada de Hernán por Sousa, fue poco a poco llevando el encuentro más hacia el lado rojiblanco. Porque el cansancio empezó a hacer que al Córdoba le durara menos el balón, que la lluvia de ideas en la cabeza menguara, y eso fue dibujando un ida y vuelta del que salieron beneficiados los locales, aunque su peligro apenas si llegaba con acciones de estrategia. De un córner nació una con un cabezazo de Álex Pérez que resolvió bien situado Carlos Abad, que prácticamente ya no tuvo que intervenir en la media hora final por la dificultad para hilvanar dos pases con relativo sentido de un rival partido, perdido, cada vez más pitado por su afición y sin capacidad para inquietar siquiera a pesar de la sensación de equilibrio en la que convirtió esa fase del choque.

Sobre todo porque la falta de claridad ya era común también al Córdoba, pese a que Sandoval quiso quemar las naves dando entrada a Andrés Martín, el último héroe por su gol al Deportivo. El problema estaba en que cada vez costaba más llevar el balón al área contraria, fuera en conducción o con el arma del juego directo, donde no hubo espacios suficientes para explotar la vía de Jovanovic. Aún así, el tiempo de prolongación ofreció a los blanquiverdes un par de opciones clarísimas para haber convertido su mejor juego en una victoria balsámica. Pero como en el resto del encuentro, faltó maldad. Le faltó a Jaime Romero a la hora de culminar una jugada de lado a lado con un latigazo que salió centrado, y también al equipo en general con un libre directo regalado por Mariño que Aythami terminó estrellando en la espalda de Álex Pérez tras el toque en corto de Aguado. Hubiera sido de justicia, pero de eso no se come. Y menos aún cuando la dentadura de la que se dispone no tiene la capacidad de morder haciendo daño que se necesita en esta categoría...

Microscopio

1|Por primera vez fuera de casa, el Córdoba salió valiente, dominador, y pronto acumuló ocasiones que caldearon el ambiente

2|El Sporting trató de equilibrar el partido con posesiones largas, si bien la transición ofensiva visitante fue más peligrosa

3|Tras el descanso, el CCF volvió a mostrar una versión sólida sin balón y con personalidad en la posesión, pero sin llegar

4|Los cambios dieron más aire al conjunto rojiblanco, que igualó una batalla más de ida y vuelta, aunque lejos de las áreas

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios