Córdoba CF-Real Murcia | Crónica

El pragmatismo llevado al extremo (1-0)

  • El Córdoba CF suma tres puntos más en casa pese a dar una imagen bastante discreta

  • La falta de brillantez queda compensada con la seriedad y el trabajo de todo el equipo

Los jugadores del Córdoba CF celebran el triunfo con su afición.

Los jugadores del Córdoba CF celebran el triunfo con su afición. / Álex Gallegos

Este Córdoba CF sabe sufrir y sabe hacerlo para ganar. Sin apenas brillantez, pasando algún que otro apuro y con la sensación de que aún está muy lejos de su mejor nivel, el conjunto blanquiverde tumbó al Real Murcia, un rival de nivel medio en el Grupo IV de Segunda División B, pero que dejó destellos interesantes en su paso por un campo que sigue siendo un fortín para los de Enrique Martín. Un penalti forzado por Owusu y transformado por Juanto Ortuño bastó para sumar un nuevo triunfo que refuerza los convencimientos del técnico navarro. Seis de seis puntos ha logrado el Córdoba ante su público, que sumados al logrado en Villarrubia de los Ojos catapultan al cuadro cordobesista a lo alto de clasificación. Y no hay verdad más contundente que esa, porque tan cierto es que el Córdoba aún no es un equipo brillante, como que es fiable de manera regular y que tiene una capacidad de sufrimiento que le permite superar momentos tensos y salir airoso.

Bajo el amparo de los puntos, es indudable que el conjunto cordobesista debe ir mejorando para dominar más los partidos, ser lo contundente que debe ser un equipo de su presupuesto y su calidad, y conseguir las victorias con más desahogo. Pero lo cierto es que cualquier equipo de la categoría habría firmado el arranque de los blanquiverdes, en una competición en la que la clase media abunda y cualquier rival es capaz de generarte problemas.

Enrique Martín sorprendió con su alineación inicial, dando cabida a Owusu en punta de ataque y sacrificando a José Antonio González para dibujar un 5-3-2 más claro que en las dos primeras jornadas. En su intento por buscar más mordiente en el frente de ataque, el técnico navarro generó un atasco considerable de su equipo en la medular. Sin el pontanés al lado de Imanol García, Javi Flores tuvo que jugar más retrasado y apenas hicieron falta unos minutos para ver a un equipo impreciso con el balón, mal colocado y que era incapaz de sacudirse el dominio del Real Murcia.

Los pimentoneros, todo voluntad, lo intentaron por bandas aunque con demasiada candidez. Tanto que, pese a su mal salida al campo, el Córdoba tuvo la primera ocasión a los ocho minutos, con un disparo de Juanto Ortuño que se marchó alto.

Lejos de desperezarse tras esa ocasión, el conjunto blanquiverde sufrió de lo lindo, sobre todo en la medular, donde los tres hombres del Real Murcia se hicieron fuertes y conectaron con sus extremos con facilidad. El despliegue físico visitante y sus alternancias en ataque por una banda y por la otra descolocaron a Enrique Martín y sus jugadores. Al navarro, todo nervio, se le notaba en los gestos que no le estaba gustando nada la película. El público también mostró su descontento a la media hora de juego, cuando una nueva desaplicación defensiva permitió a Peque entrar por banda derecha y disparar a puerta, obligando a Becerra a sacar el balón a córner.

Owusu encara a Peque y trata de regatearlo. Owusu encara a Peque y trata de regatearlo.

Owusu encara a Peque y trata de regatearlo. / Álex Gallegos

Dominado claramente en la primera media hora de juego, pocos eran capaces de prever la respuesta que tuvo el Córdoba, porque no pudo ser más contundente. Un balón largo que Juanto Ortuño peleó le llegó a Owusu. El ghanés tuvo el temple necesario para encarar a su par, frenar un poco la el contragolpe y levantar la cabeza buscando un compañero. Su pase al punto de penalti lo interceptó Juanra con la mano y Juanto Ortuño aprovechó el regalo para hacer su segundo tanto de la temporada, de nuevo desde los 11 metros.

El rédito a lo poco mostrado no pudo ser mayor para un Córdoba que hasta el descanso logró nivelar el encuentro. A renglón seguido del gol, Javi Flores y De las Cuevas trazaron una buena jugada colectiva, que finalizó con un remate de Jesús Álvaro que abortó Lejárraga.

Pese a todo, el Murcia siguió mostrándose dispuesto a dominar el juego y sólo la falta de concreción en el área local le impidió encontrar premio antes del descanso. Chumbi no alcanzó un buen pase atrás de Juanma a falta de diez minutos para el intermedio y Becerra tuvo que intervenir de nuevo, esta vez a pies de Juanma, para evitar un mano a mano en el que tenía todas las de perder.

Pese a dominar en el marcador, el Córdoba se fue al vestuario con el susto en el cuerpo y en el segundo acto el equipo de Enrique Martín compareció dispuesto a dar otra cara. Owusu, de largo el mejor de los blanquiverdes, generó una gran ocasión fruto de su insistencia en desbordar por banda izquierda. En una de esas internadas conectó con De las Cuevas, que sacó un potente disparo que se marchó alto por muy poco.

Javi Flores protege el balón ante Álvaro Rodríguez. Javi Flores protege el balón ante Álvaro Rodríguez.

Javi Flores protege el balón ante Álvaro Rodríguez. / Álex Gallegos

Acto seguido, un despiste de Víctor Ruiz le permitió a Peque ganar línea de fondo y centrar al punto de penalti, donde Chumbi no logró rematar entre los tres palos. El Murcia seguía llegando con soltura, pero no terminaba de exigir a Becerra al máximo.

Los cambios dan aire

Pasada la hora de juego, ya con Fernando Román en el campo por un desacertado Víctor Ruiz y el Córdoba más seguro atrás, el bajón físico golpeó al Real Murcia y provocó que bajara mucho el ritmo del partido. Con algo más de aire, el Córdoba pudo hacer el segundo en una gran jugada de Juanto Ortuño, que bajó un balón largo, cedió a Jesús Álvaro y buscó el remate en el área, aunque el balón se marchó por fuera a la red.

Martín se decidió entonces a refrescar la medular y la entrada de José Antonio González y Moyano sentó bien a su equipo, que ganó fuelle en los minutos finales para intentar sentenciar el partido al contragolpe. Los blanquiverdes llegaron a tener una superioridad de tres contra uno después de un córner en el que el Murcia se volcó, pero entre Owusu y Javi Flores no tomaron la mejor decisión y la ocasión se esfumó.

Por fortuna para los blanquiverdes, no hubo que lamentarse, pues el Murcia lo siguió intentando pero ya sin el fuelle y el convencimiento necesario para hacer daño a un Córdoba muy alejado de la brillantez pero pragmático como pocos. Desde la victoria, siempre será más fácil ir creciendo.

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