La crisis del coronavirus detuvo la vida del país hace casi dos meses. El mundo del deporte quedó paralizado y aún sigue esperando una resolución a muchas de sus competiciones, sobre todo en el mundo del fútbol. Pero mientras la Federación Española de Luis Rubiales decide qué hacer con las ligas domésticas, parece que con el próximo viernes como fecha tope, el Córdoba CF sigue mirando por su futuro. Y no solo en los despachos.

La entidad blanquiverde ha ofrecido este martes, a través de sus redes sociales, cómo luce la nueva Ciudad Deportiva, una vez que han culminado los trabajos de poda de las palmeras que pueblan la instalación. El antes y el después es más que significativo, con una mejora sustancial de la imagen y, sobre todo, de la salubridad de un recinto por el que, en condiciones normales, pasan cada fin de semana cientos de niños, además de todos los equipos de la entidad que realizan allí sus entrenamientos.

A pesar de que uno de los principales objetivos de Infinity desde su llegada a la entidad está en dotar a la misma de unas instalaciones propias, mientras la luz verde se enciende el primer paso ha sido adecentar el complejo actual del Camino de Carbonell. A la limpieza, con retirada de basura y broza de alrededor de los campos de juego, y la poda de las palmeras deben seguir próximamente la colocación de unos módulos portátiles a modo de vestuarios, con el objetivo de poder luego trasladarlos al nuevo recinto.

Porque el grupo bahreiní que desde diciembre tiene el control de la sociedad continúa trabajando para obtener unos terrenos en los que construir otra ciudad deportiva, y también en poner en orden la cesión del estadio para poder acometer una mejora del recinto y su entorno. Pero nada de eso será posible mientras no tenga firmeza el auto de la venta de la Unidad Productiva de la SAD, ahora en punto muerto tras la recusación del juez Antonio Fuentes Bujalance. Solo tras el visto bueno del juzgado podrán seguir dándose pasos en las instalaciones... y en el terreno de juego.