Córdoba CF - UD Montijo | La crónica

Una máquina de ganar (3-1)

Christian Delgado abraza a De las Cuevas tras el segundo gol del Córdoba CF al Montijo. Christian Delgado abraza a De las Cuevas tras el segundo gol del Córdoba CF al Montijo.

Christian Delgado abraza a De las Cuevas tras el segundo gol del Córdoba CF al Montijo. / Juan Ayala

Escrito por

· Rafael Cano

Redactor

Hay muchas formas de definir a este Córdoba CF superlativo, que no se cansa de ganar partido tras partido en pos de estar pronto en una categoría más acorde a su entidad. Pero quizás la más sencilla y directa sea decir que este Córdoba es una máquina de ganar. Un equipo engrasado, valiente y ambicioso que no se desespera ni siquiera ante un rival ordenado y trabajador que le complicó la vida en la primera media hora. El Arcángel es territorio vedado para cualquiera que lo pise y en esta ocasión se encargó de recordarlo Miguel de las Cuevas, con dos tantos que desequilibraron el duelo en el momento decisivo.

Antes de eso, una indefinición a la hora de defender un balón parado costó el tanto de los extremeños, que obligó al equipo de Germán Crespo a batallar, encontrando el premio con el tanto de Willy. Poco importó al final del partido, porque con el tremendo poderío ofensivo de los blanquiverdes hasta los errores atrás quedan minimizados.

Pronto, muy pronto, el partido se definió en cuanto a estilo. El Montijo no dudó un segundo en plantar dos férreas líneas de cuatro delante de su portería, con los puntas iniciando la presión en campo propio. Los extremeños tenían claro que su misión era empantanar el juego del Córdoba en tres cuartos de campo. Y los blanquiverdes, conscientes de ello, arrancaron con brío, monopolizando el balón y buscando con paciencia el pase que fuese capaz de romper la ordenada defensa rival.

Simo y Puga se encargaron de activar a su equipo en los primeros compases, pero el Montijo mantuvo su guion sin dudar un instante. A los seis minutos, José Ruiz ganó la línea de fondo y su centro raso desde la derecha lo tocó Puga de espuela, pero el balón se marchó fuera por muy poco. Fue un aviso que hizo al Montijo despertar y redoblar su esfuerzo defensivo.

Los de Juan Marrero lograron pronto asentarse y al Córdoba le empezó a costar la circulación de balón rápida. Los blanquiverdes, intensos para recuperar después de cada presión, se perdieron en exceso en pases horizontales que no movían al rival, cómodo en las basculaciones. La falta de espacios dificultó la tarea. Y cuando aparecían, el último pase no terminaba de ser preciso. Todo ello pese al empeño de Simo, que moviéndose por todo el frente de ataque dificultó la tarea al rival.

Puga observa como su remate se pierde por poco. Puga observa como su remate se pierde por poco.

Puga observa como su remate se pierde por poco. / Juan Ayala

Si el Montijo ya planteaba dificultades para ser superado, el partido se puso aún más cuesta arriba para los blanquiverdes cuando el cuadro extremeño se adelantó antes del cuarto de hora de juego. Fue en un balón parado colgado sin mucho peligro que la zaga local rechazó sin contundencia. La pelota bajó con parsimonia y Gabri, aprovechando la pasividad defensiva, batió a Felipe Ramos con un tiro potente y cruzado. De nuevo un desajuste en las acciones a balón parado costaba caro al conjunto cordobesista.

Si la idea del Montijo estaba clara desde el inicio, la ventaja en el marcador no hizo más que alimentar ese convencimiento. Los de Juan Marrero, además, no dudaron un instante en parar el juego con faltas cuando fue necesario. Esas interrupciones lastraron a un Córdoba voluntarioso, que perseveró buscando el espacio, ya con el balón monopolizado por completo.

Fruto de esa paciencia fue el gol del empate. No se había cumplido la media hora de juego cuando José Ruiz ganó la banda por enésima vez. En esta ocasión el balón circuló rápido y el lateral sacó un centro a media altura que Willy remató a la primera para mandar el balón a la red. El tanto reforzó la moral de los blanquiverdes, que buscaron el segundo sin cesar, agobiando a un Montijo que aguantó vivo hasta el descanso, pero pasando muchos apuros para contener a los de Germán Crespo.

Al segundo tiempo compareció el Córdoba con una novedad. De las Cuevas cogió el sitio de Luismi, para empezar a explotar esa posición de mediapunta clave para hacer daño a las dos líneas defensivas del Montijo. Y el efecto del cambio no pudo ser más inmediato y efervescente. El alicantino y Simo tuvieron sendas ocasiones que provocaron la zozobra en el rival. La grada vio la debilidad en el cuadro extremeño y achuchó de lo lindo, dando a los suyos el empujón definitivo.

El Córdoba fue un torbellino, metido casi al completo en campo rival y sin dejar que los de Juan Marrero supieran siquiera por donde le venían los golpes. Con los laterales volcados y De las Cuevas apareciendo por todos los espacios el Montijo se vio superado. Javi Flores se encontró con la cruceta en un colocado y lejano disparo. Pero acto seguido, en el córner que esa acción generó, Simo sirvió en corto a De las Cuevas, para que el alicantino dejara patente su categoría con un recorte en seco que le acomodó el balón a la derecha para soltar un trallazo que superó a Fedotov.

José Ruiz aguanta la entrada de Hoyos. José Ruiz aguanta la entrada de Hoyos.

José Ruiz aguanta la entrada de Hoyos. / Juan Ayala

El Córdoba más ambicioso ya estaba por delante y en ese momento la mejor decisión fue mantener la actitud valiente, sin especular. Porque así, el Córdoba evitó cualquier amago de reacción del Montijo, que a esas alturas ya acusaba también el desgaste de correr tanto minutos detrás del balón. A partir de entonces, los espacios se agrandaron y el Córdoba ya encontró más facilidades para proyectarse. En una pelota que Ekaitz Jiménez rescató, Puga se vio ante el meta tras driblar a dos defensas, pero su disparo lo repelió a córner Fedotov.

El duelo lo pudo abrochar Willy, que no acertó a elevar lo suficiente el balón tras un gran pase de Javi Flores, que lo dejó solo ante el meta rival. Esa sentencia llegó en el 67' cuando De las Cuevas remató a placer en el punto de penalti otro medido centro de un excelso José Ruiz. Dos goles del alicantino en 20 minutos para marcar territorio en su regreso al equipo.

Con el partido ya descosido, Juan Marrero trató con los cambios de que su equipo diera un paso adelante, pero los riesgos del Montijo solo provocaron más ocasiones para el Córdoba. Adrián Fuentes, recién ingresado, se marcó una cabalgada espectacular que un zaguero desvió en última instancia. El potente atacante blanquiverde no acertó a remachar un balón suelto tras trallazo de Casas poco después. Con el trabajo hecho y el rival descompuesto, el Córdoba se divertía. Casas y Adrián Fuentes pudieron ampliar la renta, pero no acertaron en los metros finales. Poco importó ya, porque la fiesta hacía tiempo que estaba garantizada.

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