Córdoba CF - Deportivo de la Coruña | La Crónica

El coraje no basta al Córdoba CF ante el Deportivo (1-1)

Ekaitz Jiménez, desesperado, en el ataque final del Córdoba CF ante el Deportivo. Ekaitz Jiménez, desesperado, en el ataque final del Córdoba CF ante el Deportivo.

Ekaitz Jiménez, desesperado, en el ataque final del Córdoba CF ante el Deportivo. / Miguel Ángel Salas

Escrito por

· Rafael Cano

Redactor

El Córdoba CF sigue sin ganar. Pese al coraje y la emoción que provocó en sus aficionados ante el Deportivo de La Coruña, sobre todo en los minutos finales del partido, el conjunto blanquiverde fue incapaz de cuajar la remontada después de sobreponerse al mazazo inicial del cuadro gallego. Los de Mosquera, negados en ataque, acabaron encerrando a su rival en el área de Mackay, pero la ansiedad y la falta de clarividencia pesó en un equipo que sigue pagando cara su desesperante incapacidad para dejar la portería propia a cero.

Ante el Deportivo, se vio por momento a un Córdoba merecedor de más, pero tampoco deben pasar por alto los demás tramos del partido en los que el conjunto blanquiverde fue totalmente inoperante. Y es que como se intuía tras el despido de Germán Crespo, el daño ya estaba hecho y la reacción pintaba a imposible. El miércoles el Córdoba recupera el partido suspendido ante el Racing Ferrol. Será una última bala para pelear por un objetivo que ya solo sostienen las matemáticas, pese a la voluntad de un equipo impotente.

Mosquera recuperó el esquema que ya dibujó en su estreno en El Arcángel, en el duelo ante el Alcorcón. Con Javi Flores ocupando el lugar del sancionado Diarra y Casas ganándole la partida a Simo, el Córdoba volvió a jugar con dos referencias en ataque y Kike Márquez tirado a la banda izquierda, apostando todo al juego directo y a las apariciones de su capitán -Flores- en la medular para poner algo de criterio. El Deportivo, por su parte, suplió la ausencia de Lucas Pérez colocando a Arturo de referencia ofensiva y dando a Quiles la libertad con la que tanto está brillando de la mano de Óscar Cano.

Los gallegos tardaron poco en demostrar que en ataque tienen mucha dinamita. No habían transcurrido ni cinco minutos cuando Quiles intentó una pared que no le salió, pero el onubense lanzó un globo tras recoger el rechace y obligó a Carlos Marín a estirarse para sacar el balón a córner. El Córdoba trató de responder dos minutos después con un centro de Carracedo desde el costado derecho que Willy malgastó con un deficiente remate después de un buen control. Esas dos acciones respondían perfectamente al guion de partido, con el Córdoba tratando de contragolpear y el Deportivo amasando el balón y creando inquietud en la zona de los  mediapuntas.

El cuadro de Óscar Cano sabía a la perfección que la llave del partido estaba a la espalda de los mediocentros del Córdoba. Desde ahí, aunque escorado a la izquierda, sacó Raúl Carnero un centro que hizo dudar a Carlos Marín, que luego tuvo que lucirse ante el cabezazo de Quiles. Con poco esfuerzo, el Dépor había hecho ya daño a la zaga blanquiverde.

Carracedo gira con el balón ante Mario Soriano en el Córdoba CF - Deportivo. Carracedo gira con el balón ante Mario Soriano en el Córdoba CF - Deportivo.

Carracedo gira con el balón ante Mario Soriano en el Córdoba CF - Deportivo. / Miguel Ángel Salas

El Córdoba trató de equilibrar el duelo llevando al límite cada disputa. Ahí, los de Mosquera empezaron a ganar duelos individuales y el partido se equilibró. Tanto fue así que por fin se vio con regularidad al conjunto cordobesista merodear el área de Mackay. Un córner botado por Kike Márquez en el minuto 23 lo peinó Alberto y no lo alcanzó Caballero por poco en el segundo palo. Con sus armas, el CCF obligó a los coruñeses a sufrir, en un tramo de partido en el que el Dépor estuvo sometido y relegado a jugar en campo propio.

Sin embargo, cuando mejor parecía estar el Córdoba, llegó el mazazo del rival. Mario Soriano recibió escorado a la izquierda después de una larga jugada combinativa del equipo de Óscar Cano, que logró anestesiar la presión blanquiverde. Y el futbolista cedido por el Atlético de Madrid demostró que no se le puede dar espacio. Un toque preciso por encima de la defensa bastó para que Quiles apareciese en el punto de penalti y batiera de certero cabezazo a Carlos Marín.

Era el minuto 26 y el gol de los blanquiazules dejó muy tocado al Córdoba, incapaz ya de salir de campo propio hasta los estertores de la primera parte. Fue un tramo de partido muy cómodo para el Deportivo, que manejó la pelota y solo sufrió con un centro de Javi Flores que se envenenó y que Mackay se vio forzado a despejar a córner. El Córdoba, impotente, se marchó al vestuario con una bronca de sus aficionados, fruto de la desesperación de ver a su equipo de nuevo superado.

La segunda parte sí fue claramente del Córdoba. Y eso que el segundo acto arrancó con un ritmo bajo y el Deportivo bastante cómodo, consiguiendo que nada pasara sobre el césped para tener a buen recaudo su renta en el marcador. Mosquera buscó variantes y tiró de De las Cuevas, que cogió el sitio de Casas. La fortuna se alió con el CCF después de darle la espalda durante muchas semanas. Una falta lateral que botó Javi Flores al punto de penalti la repelió de manera blanda Mackay y el balón golpeó a De las Cuevas sin que el alicantino quisiera hasta colarse en el arco visitante.

El tanto, pese a ser un churro, encendió a la grada y a los jugadores. Tanto que nada más sacar de centro el Deportivo perdió la pelota y Ekaitz condujo como un rayo una contra que Carracedo finalizó con un remate tibio que Mackay despejó con apuros. La atmósfera en El Arcángel se tornó en frenética y los de Mosquera trataron de aprovechar el desconcierto de su rival, pero un golpe de Ekaitz a Quiles paró el partido y bajó el ritmo durante unos minutos.

La acción en el área del Deportivo que terminó con el gol del Córdoba CF. La acción en el área del Deportivo que terminó con el gol del Córdoba CF.

La acción en el área del Deportivo que terminó con el gol del Córdoba CF. / Miguel Ángel Salas

Ese parón dio vida al Deportivo, muy tocado, y enfrió los ánimos. Con todo, el Córdoba buscó el triunfo sin tantos miedos como había exhibido hasta el momento. En una de sus internadas, Ekaitz Jiménez sacó un buen centro desde la izquierda que José Ruiz finalizó en el otro costado con un chut duro que complicó a Mackay. El lateral valenciano puso la siguiente, para que De las Cuevas rematase de manera acrobática y Simo no lograra dirigir hacia portería el balón.

Muchos acercamientos, pero poca tranquilidad en el último momento mostró el Córdoba, lo que le impidió acabar con un rival atenazado, quizás por la responsabilidad de ver que el ascenso directo se le complicaba sobremanera sin ganar en El Arcángel. Esa fue la constante hasta el tramo final, gracias a que Mosquera agotó los cambios con acierto para dar aire a su equipo. Pero ni así fue posible que los blanquiverdes hilaran una jugada con calma para finalizar con acierto. El pitido final pinchó el globo y devolvió a los blanquiverdes a la cruda realidad. Pese a acabar acosando a todo un Deportivo, el Córdoba sigue sin ganar y el play off es ya una quimera que solo las matemáticas sostienen.

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