Córdoba CF - CD Castellón | La Crónica

Un Córdoba CF portentoso tumba al Castellón y se permite soñar (2-0)

Simo celebra el 2-0 en el Córdoba CF - Castellón. Simo celebra el 2-0 en el Córdoba CF - Castellón.

Simo celebra el 2-0 en el Córdoba CF - Castellón. / Juan Ayala

Escrito por

· Rafael Cano

Redactor

Portentoso, espectacular, irreductible. Se agotan los calificativos para definir el partido que el Córdoba CF cuajó ante el Castellón, haciendo hincar la rodilla a un equipo que está haciendo historia en la Primera Federación y que en su paso por El Arcángel dejó la impronta de conjunto sólido y serio aspirante, por más que se marchó de vacío y superado por un conjunto blanquiverde que cuajó el mejor partido de la temporada. En una muestra de lo que puede ser este Córdoba cuando es capaz de mantener la concentración defensiva y pone valentía para irse al ataque, los hombres de Iván Ania desplegaron un juego inteligente que logró hacer daño en las escasas vías de agua que se le pueden observar al equipo de Schreuder.

Y es que el verdadero valor del triunfo del Córdoba CF hay que buscarlo en el altísimo nivel que mostró un Castellón imponente, que bien es cierto que amargó más que golpear, pero que fue una prueba de fuego para un conjunto blanquiverde en plena inspiración, que se siente capaz de superar cualquier dificultad en un momento de la temporada mágico que ha vuelto a hacer que la afición cordobesista se ilusione de veras con el devenir de esta temporada.

Fue un partido memorable, épico por momentos y jugado con el corazón en la mano y el incansable aliento de un estadio volcado con los suyos que recordó al de las mejores tardes. Con esos ingredientes, nada podía salir mal y los tres puntos dan un refrendo tremendo a un equipo que va lanzado en este tramo final del 2023.

Sin sorpresas en el once inicial de ambos técnicos, el duelo entre el tercer clasificado del Grupo 2 y el líder se planteó como una apasionante batalla táctica desde el primer balón. No era un partido más, ni para uno ni para otro equipo, y eso se notaba en cada balón, en cada disputa, en las precauciones que ambos equipos se tomaban para medir cada internada al ataque, pese a la vocación ofensiva de ambas escuadras.

Con un Castellón acostumbrado a amasar la posesión de balón y someter a su rival a través de ese dominio, la batalla quedaba marcada para la medular. Y ahí el Córdoba logró hacerse fuerte pese a la precisión a la hora de mover el balón que mostró el equipo de Schreuder, lo que hizo que por momentos los de Iván Ania tuvieran que correr en exceso tras la bola. El trabajo en la presión de Diarra y la buena colocación de Isma Ruiz para ofrecer siempre un apoyo en corto a sus compañeros permitió al Córdoba nivelar la contienda ante el poderoso trío de mediocampistas del conjunto castellonense.

Ante un rival atrevido y que se expone, la clave para hacer daño en ataque estaba el superar esa línea de resistencia en el centro del campo. Y el conjunto cordobesista lo logró en un par de ocasiones en los diez primeros minutos. En la primera, Carracedo ganó el uno contra uno a su par y se plantó en el área, pero su disparo no salió del todo limpio ante la salida de Gonzalo. Un minuto después, Diarra ganó una pugna en la medular, condujo con decisión y su disparo lo sacó a córner el meta visitante con muchos apuros.

Diarra lanza un contragolpe en el primer tiempo del Córdoba CF - Castellón. Diarra lanza un contragolpe en el primer tiempo del Córdoba CF - Castellón.

Diarra lanza un contragolpe en el primer tiempo del Córdoba CF - Castellón. / Juan Ayala

Ese arranque valiente y corajudo inyectó a El Arcángel la chispa necesaria para que los más de 14.000 espectadores pusieran la guinda a un ambiente espectacular, propio de una categoría superior. Emoción en la grada e igualdad en el césped, con el Castellón atravesando fases de mayor dominio y un Córdoba tratando de ser vertical tras la recuperación.

Con la meta de Carlos Marín más o menos protegida sin excesivos problemas, el Córdoba lo siguió intentando en ataque, sin encontrar la finura necesaria para dar ese último pase o el disparo final en condiciones. Así sucedió pasada la media hora de juego, cuando Adilson Mendes recibió tras una buena internada de Carracedo pero sacó un disparo excesivamente flojo.

En ese tramo final del primer acto, la batalla en el centro del campo se recrudeció y el Córdoba acabó mejor que el Castellón el primer tiempo, gozando de una clarísima ocasión en las botas de Kike Márquez, que robó otro balón en la presión adelantada y buscó la portería con un potente derechazo que se le marchó fuera por muy poco. Al descanso, pese al 0-0, la sensación era de partido vibrante e igualado a más no poder.

Con ese primer tiempo, no cabía esperar más que fuegos de artificio en el segundo. Y así fue, porque ambos equipos, lejos de cejar en su empeño, dieron un paso adelante en busca del triunfo. Asustó el Castellón al principio con un remate de Manu Sánchez en un córner que logró ganarle a Carlos Marín. Pero lejos de achicarse, el Córdoba respondió golpeando, manteniendo su presión adelantada y la ambición por buscar la portería de Gonzalo.

Fue así como llegó el primer golpe al marcador. Un despeje de un agobiado Gonzalo lo ganó poderoso Albarrán, lo prolongó Carracedo y lo acunó Kike Márquez con un control orientado definitivo que le permitió quedarse solo ante el meta riva, al que batió con un tiro ajustado al palo. Golazo para hacer que la caldera de El Arcángel explotase por completo.

Ese tanto no hizo más que acrecentar el ritmo del partido y el intercambio de golpes. El Castellón mostró su carácter de equipo grande y buscó la réplica con decisión, hilvanando rápidas transiciones que generaron una sensación de peligro importante a un Córdoba que supo cubrir sus deficiencias en el repliegue con el pundonor y la determinación de sus centrales, ambos a un nivel espectacular.

A ello se sumó el trabajo imponente de Isma Ruiz, que en el 64 cortó una acción de ataque del Castellón tan meritoria como el gol de Kike Márquez, haciendo crecer a su equipo en la sensación de solidez defensiva. Los de Schreuder dominaron el balón en ese tramo final, pero el Córdoba fue inteligente y supo insistir en la búsqueda de un balón largo que hiciese daño a un contrario ya volcado.

Para tratar de pertrechar mejor a sus hombres, Ania dio entrada a Recio, que fue capaz de bajar las revoluciones al partido y ensució de manera fundamental la salida de balón de los castellonenses. En ese difícil tarea de no dar un paso atrás pero siendo prudente, el Córdoba fue capaz de sostener el partido en el filo de la navaja, con acciones defensivas que enloquecieron a su afición, hasta que el Castellón acabó por colapsar en el enésimo intento de volcarse sobre la meta de Carlos Marín.

Fue un nuevo despeje defectuoso de Gonzalo el que permitió a Álex Sala habilitar a Simo, que entró en el área con una insultante tranquilidad, encaró a Alberto Jiménez y sacó un derechazo raso que puso el 2-0. Una definición sobresaliente para poner el broche a un partido de los que dejan huella y que, más allá de la importancia de los tres puntos, puede significar un punto de inflexión por los que los blanquiverdes se demostraron a sí mismos que son capaces de hacer. Rival más exigente no existe y el Córdoba CF lo doblegó sosteniendo un pulso trepidante. ¡Qué bonita se pone la temporada!

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