Balona - Córdoba CF | La crónica

El Córdoba CF alimenta su fe (0-5)

De las Cuevas corre junto a Jesús Álvaro y Álex Robles a celebrar el 0-4 en La Línea. De las Cuevas corre junto a Jesús Álvaro y Álex Robles a celebrar el 0-4 en La Línea.

De las Cuevas corre junto a Jesús Álvaro y Álex Robles a celebrar el 0-4 en La Línea. / Erasmo Fenoy

Escrito por

· Rafael Cano

Redactor

Habrá que seguir creyendo. El Córdoba CF aplastó a la Real Balompédica Linense y aprovechó por fin el pinchazo de sus rivales más directos, para llegar a la última jornada de la competición con opciones de alcanzar el segundo puesto y poder disputar el curso próximo la Primera RFEF. Está claro que no será fácil, pues los de Germán Crespo tendrán que ganar al Cádiz B y esperar que la Balona arañe al menos un empate del feudo del Sevilla Atlético. Una cábala para los más optimistas, pero que ya es mucho más de lo que tenía el CCF antes de viajar a La Línea de la Concepción.

Y es que el Córdoba bien pudo haber saltado al terreno de juego del Municipal linense ya sin opción alguna de alcanzar el segundo puesto. Pero la competición se empeñó en darle una nueva oportunidad al conjunto cordobesista. El Sevilla Atlético y el Tamaraceite empataron (1-1) y brindaron al equipo de Germán Crespo el resultado que mejor le resultaba, para llegar a la última jornada mirando al duelo en la Ciudad Deportiva José Ramón Cisneros Palacios, sin olvidar que habrá que ganar el duelo propio ante el Cádiz B.

Esa diferencia de tensión entre un equipo que se jugaba la vida y otro que acumulaba una semana de festejos tras su acceso a la Primera RFEF marcó decisivamente el choque ante la Balona. Los linenses apenas comparecieron sobre el césped y no tardaron ni diez minutos en entregar la cuchara con errores propios de la relajación, un estado que por otra parte se han ganado con méritos propios durante el curso.

Sin hacer una primera parte ni siquiera notable, el Córdoba masacró a su rival aprovechando las terribles facilidades que encontró en la defensa local. A los tres minutos, una falta lateral que forzó Luismi estuvo a punto de engancharla De las Cuevas en la frontal del área, en una jugada ensayada que ejecutó Javi Flores. Fue solo el preludio del primer tanto de los blanquiverdes, que a los cinco minutos se encontraron con el regalo de Williams. El meta liberiano, que debutaba en liga con la Balona, quiso alejar de su meta un servicio de Carrasco, con la mala suerte de que dejó el balón en las botas de De las Cuevas, que aprovechó para abrir el marcador a placer.

Nahuel Arroyo trata de zafarse de la presión de Coulibaly. Nahuel Arroyo trata de zafarse de la presión de Coulibaly.

Nahuel Arroyo trata de zafarse de la presión de Coulibaly. / Erasmo Fenoy

El tanto animó al CCF y fue una losa más para la escasa motivación de la Balompédica. Con muy poco, apenas ejecutando bien el balón parado, el Córdoba pudo haber hecho más daño, en sendas intentonas de Javi Flores que no encontraron rematador en el momento clave.

Pese a ello, y tras unos minutos de intrascendencia por ambos bandos, el Córdoba iba a dar otro mazazo al duelo. Una jugada larga de los blanquiverdes la finalizó Nahuel con un centro templado que Willy cabeceó a placer, ganando la posición a Víctor Mena. Sin tiempo para reaccionar, los de Germán Crespo asestaron el golpe definitivo al duelo. Un gran pase en profundidad de Willy habilitó a Luismi ante Williams, al que batió con sangre fría pese a trastabillarse en un primer momento.

Pese al ambiente festivo con el que afrontaba el partido, la afición linense empezó a enfadarse y ese desconcierto lo aprovechó el Córdoba para echar más sal sobre la herida de los albinegros. Del Moral encontró con suma facilidad a De las Cuevas a la espalda de la zaga balona y el alicantino se lució con una sutil vaselina sobre Williams.

Tratando de tapar sus vergüenzas, el cuadro entrenado por Antonio Calderón gozó de su única ocasión en la primera parte en el minuto 40, cuando Fabrizio Danese se encontró con el balón en el área chica de Edu Frías, tras un córner que no rechazó la zaga cordobesista, pero su remate se marchó alto. Al intermedio, había que frotarse los ojos para mirar al marcador. Y es que la diferencia de tensión había convertido el choque en un trámite.

De las Cuevas celebra su segundo gol a la Balona. De las Cuevas celebra su segundo gol a la Balona.

De las Cuevas celebra su segundo gol a la Balona. / Erasmo Fenoy

Y si relajados fueron los primeros 45 minutos, el segundo acto ya directamente se pareció más a una pachanga de verano que a un encuentro oficial. La Balona trató al menos de tener la pelota, aunque sin mucho acierto, y en esa tarea encontró la colaboración de un Córdoba replegado, que dejaba pasar los minutos a placer.

La propio inercia del choque llevó al Córdoba a golpear de nuevo, casi sin buscarlo. En una falta lateral que botó De las Cuevas, Farrando peinó el balón en el primer palo y el esférico le cayó a Djetei, que tuvo tiempo de controlar y definir con calma en el área pequeña de la Balona.

A la confirmación del festival en ataque de los blanquiverdes le siguió un carrusel de cambios en ambos conjuntos que acabaron con el poco ritmo que le quedaba al partido. Germán Crespo no dudó en retirar del terreno de juego a sus piezas más codiciadas, para evitar cualquier contratiempo físico, mientras que Antonio Calderón trató de ganar algo de mordiente en ataque con la entrada de Loren y Koroma. Sin embargo, fue Fabrizio el que volvió a tener la ocasión más clara para los locales, en un nuevo córner que remató de cabeza, esta vez contra el larguero de la meta de Edu Frías.

De ahí al final, minutos de la basura que el técnico local aprovechó para hacer debutar a un cadete, el linense Javi Méndez, que cumplió el sueño de todo jugador en un partido que sin historia que otorga una semana más de vida al Córdoba. El próximo domingo, a las 12:00, tocará vivir una nueva jornada de transistores y pulsos acelerados. Y aunque lo tiene complicado, el CCF se ha ganado la oportunidad de creer hasta el final.

Xavi Molina despeja el balón, en pugna con Iván Martín. Xavi Molina despeja el balón, en pugna con Iván Martín.

Xavi Molina despeja el balón, en pugna con Iván Martín. / Erasmo Fenoy

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