A falta de diez jornadas para que la Primera Federación alcance el final de su fase regular, los nervios siguen a flor de piel en varios equipos. Y no es algo exclusivo de los que corren serio peligro de descenso, pues hasta en la zona noble se producen movimientos sorprendentes. El último es el despido de Íñigo Vélez como entrenador de la Ponferradina, pese a tener a su equipo en cuarta posición en el Grupo 1 y a solo dos puntos de distancia del liderato.

El conjunto de El Bierzo ha anunciado este lunes la salida de su entrenador y la próxima contratación de otro técnico, con vistas a apurar en las diez jornadas finales sus opciones de ascenso directo o, en el peor de los casos, asegurar con solvencia una plaza en el play off, objetivo que tienen bastante bien encarrilado al contar con seis puntos de diferencia respecto al sexto clasificado.

El desencadenante del despido de Íñigo Vélez es el empate cosechado este pasado fin de semana en El Toralín ante el Lugo (0-0). Un resultado que ha hecho a los blanquiazules encadenar tres jornadas sin conocer la victoria (una derrota y dos empates), lo que ha llevado a la directiva a buscar un revulsivo en el banquillo, a pesar del enorme riesgo que entraña esa apuesta a estas alturas de la temporada.

El despido de Vélez en la Ponferradina confirma la exigencia que los entrenadores encuentran en una categoría que ya ha triturado a 21 técnicos en el presente curso, en el que hasta seis equipos van ya por su tercer entrenador de la temporada.

La Ponferradina, que aspira a recuperar por la vía rápida la plaza en Segunda División que perdió el curso pasado, es cuarta en el Grupo 1 de Primera Federación con 50 puntos y únicamente tiene dos puntos de desventaja respecto al Deportivo de La Coruña, que es el líder y máximo candidato a hacerse con el ascenso directo en estas diez jornadas finales.