El Córdoba CF y el Deportivo de La Coruña estaban señalados como dos de los grandes contendientes a pelear por el ascenso en el Grupo I de Primera Federación. Ambos equipos entraron en todas las quinielas nada más conocerse la composición de los grupos de la categoría. Y lo cierto es que la pugna entre ambos empezó antes en los despachos que en los terrenos de juego. El verano fue movido en El Arcángel, con mucho trabajo para adaptar la plantilla al salto de categoría. Y en los planes de la dirección deportiva blanquiverde estaban señalados en lugar preferente dos jugadores que, por diferentes circunstancias, terminaron recalando en el Dépor.

Esos dos futbolistas son Isi Gómez y Gorka Santamaría. Ambos compartieron vestuario en el Badajoz y parecían destinados a hacerlo de nuevo en el Córdoba CF. Pero el fútbol y todo lo que se mueve alrededor de él siempre guarda lugar para la sorpresa, de modo que ambos jugadores terminaron enfilando el camino a Riazor, donde ahora tratan de mejorar un rendimiento que hasta la fecha se antoja bastante pobre.

El caso más sangrante de los dos es el de Isi Gómez. El centrocampista llegó a firmar un contrato con el Córdoba a expensas de desvincularse del Badajoz, con el que le restaba un año de vínculo. Sin embargo, las deudas del club pacense con el futbolista le abrieron la puerta de salida y el Córdoba se posicionó mejor que nadie para hacerse con su fichaje, hasta el punto de llevar a papel ese vínculo con el futbolista madrileño.

Sin embargo, en el compás de espera forzado por el Badajoz, que se negaba a dejar marchar al futbolista sin sacar algún rédito a la operación, el Deportivo apareció con fuerza y una oferta económica muy superior a la planteada por el Córdoba. El futbolista, convencido hasta ese momento de vestir la camiseta blanquiverde, decidió dar marcha atrás y creó un conflicto a tres bandas que terminó resolviéndose con un acuerdo por el que tanto el Badajoz como el CCF obtuvieron pequeñas contraprestaciones, mientras que Isi Gómez pudo cumplir su voluntad final de fichar por el club coruñés.

Un caso similar fue el de Gorka Santamaría, aunque en su caso el interés del Córdoba no llegó a plasmarse sobre el papel. Bien es cierto que el delantero bilbaíno estuvo muy cerca de recalar en El Arcángel tras tres temporadas en el Badajoz. El ariete había hecho 15 goles en su último curso en el Nuevo Vivero y Juanito lo tenía como opción prioritaria para reforzar la delantera. Pero de nuevo el Deportivo se cruzó en el camino entre el CCF y el jugador, para poner encima de la mesa otra rotunda oferta económica ante la que el conjunto cordobesista no pudo hacer oposición. Santamaría acabó firmando por el Dépor y desechando su idea, bastante encarrilada en ese momento, de ser la referencia ofensivo del equipo entrenado por Germán Crespo.

Un rendimiento muy pobre

Tras ese doble revés, el sentimiento generalizado era que el Deportivo había dado un golpe de efecto al arrebatar al Córdoba a dos de sus principales objetivos en el mercado. Los gallegos marcaron terreno en los despachos y creían haber cerrado una jugada maestra, reforzando su plantilla a la vez que dejaban tocada la planificación de un rival directo.

Sin embargo, el caprichoso fútbol ha terminado dando la espalda al Dépor en aquella apuesta, al menos por lo acontecido hasta la fecha, cuando ya se ha consumido un tercio de la competición en Primera Federación. Los números atestiguan que ni Gorka Santamaría ni Isi Gómez están siendo jugadores importantes para el conjunto gallego.

En el caso de Isi Gómez, su participación con el equipo blanquiazul ha crecido en las últimas semanas, debido a la lesión de un Diego Villares que precisamente parece listo para reaparecer ante el Córdoba. Aún así, después de 13 jornadas, solo ha disputado siete encuentros, partiendo en cuatro ocasiones como suplente y con solo tres titularidades. Sus números hasta el momento (254 minutos) hablan de poca incidencia en el juego de su equipo: cero goles y cero asistencias.

Pero más sangrante si cabe parece el caso de Gorka Santamaría. El punta aún no ha visto portería en competición oficial con el Deportivo. A la sombra de Alberto Quiles, el bilbaíno ha participado en diez partidos de liga, pero solo en dos de ellos como titular. Sus números, tras 285 minutos de juego, están aún por estrenar.