El Córdoba CF cerró en Mérida sus viajes en esta nefasta segunda vuelta del campeonato en Primera Federación con una nueva decepción. Los blanquiverdes no pasaron del empate ante el Mérida, enterrando sus opciones de jugar la próxima Copa del Rey, y logrando otro récord negativo que sumar a la pesada mochila que arrastran desde que arrancó la parte definitiva del curso. Y es que tras nueve partidos a domicilio en ese segunda mitad de la campaña, el conjunto cordobesista no ha sido capaz de marcar.

Es más, el paupérrimo bagaje del Córdoba en esas nueve salida es de solo cinco puntos sumados de 27 posibles, con un registro desolador de solo dos goles a favor en todos esos encuentros, habiendo encajado siete. Números que hablan de un equipo que habría perdido la categoría de no ser por el fulgurante arranque que protagonizó y que a la postre le ha servido para evitar una catástrofe, vista la peligrosa tendencia que cogió la temporada una vez llegado el mes de enero.

Los datos, descorazonadores, dibujan a la perfección lo que ha sido el Córdoba en los últimos cuatro meses del curso, un equipo sin alma, incapaz de batir a sus rivales y vulnerable tanto en casa como, especialmente, actuando lejos de El Arcángel. El CCF cerrará el curso habiendo cosechado empates en feudos poco exigentes como el del Sanse (0-0) o el Talavera (0-0), y otros como el del Algeciras (1-1), el Unionistas de Salamanca (0-0) y el Mérida (0-0). A ello hay que sumar dolorosas derrotas ante el Fuenlabrada (2-0), el Linares (2-1), el Rayo Majadahonda (1-0) y la Real Balompédica Linense (1-0).

En esa lenta agonía entre kilómetros de carretera, el Córdoba encontró en el Romano José Fouto de Mérida a un puñado de aficionados que no quisieron dejar solo a su equipo, ni siquiera en la situación más complicada de los últimos años. Ya ni siquiera hubo reproches, lo que al menos permitió a los jugadores sentirse algo más cómodos que en sus últimas comparecencias en El Arcángel.

En un estadio en el que el año pasado los seguidores blanquiverdes coparon un fondo para celebrar el ascenso de su equipo a Primera Federación, el Córdoba cerró 12 meses después su ronda de desplazamientos de la manera más triste. Y es que así es el fútbol, para bien o para mal, porque tanto las alegrías como las tristezas se renuevan cada año.

Tanto ha llovido en este año que dista entre las dos visitas del conjunto cordobesista al Mérida que hasta ha habido tiempo para un cambio en la cúpula ejecutiva del club, con la salida de Javier González Calvo fruto de la decepción en que se ha convertido esta temporada. El que fuese consejero delegado hasta esta misma semana, natural de Almendralejo, quiso acercarse para estar con el equipo en el último viaje del año, completando así los 19 desplazamientos de la temporada. Antes de que arrancase el encuentro, se pudo ver a González Calvo departiendo con los seguidores blanquiverdes desplazados.