El acuerdo alcanzado por el Córdoba CF con Silbon para que la marca textil cordobesa se convierta en su patrocinador principal y luzca en el frontal de su camiseta desde este próximo domingo supone la recuperación para la entidad de un espónsor privado tras un lustro en el que las diferentes elásticas del conjunto blanquiverde o bien lucieron sin publicidad, o bien lo hicieron con el respaldo público del Ayuntamiento de la ciudad.

Y es que, conseguir manchar esa parte frontal de la camiseta a través del respaldo económico de una empresa privada era uno de esos objetivos que al Córdoba CF de Infinity todavía se le resistían. La entidad, eso sí, consiguió el apoyo del Ayuntamiento de Córdoba por una importante cantidad económica durante las temporadas 2021-22 y 2022-23, lo que le permitió promover la marca turística de la ciudad bajo el sello Córdoba Patrimonio de la Humanidad.

Para encontrar una empresa privada, cordobesa además, que apostase por dar su refrendo al club y lucir en el espacio más visible de las camisetas del Córdoba CF hay que remontarse unos años atrás. Y hasta a etapas pasadas de las que poco o nada quiere recordar el cordobesismo.

Fue en el verano de 2018, antes de arrancar la nefasta temporada 2018-19 que acabaría con el club blanquiverde de vuelta a la Segunda División B, cuando el Córdoba CF consiguió cerrar su último patrocinio privado equiparable al concretado ahora. En aquella ocasión fue la empresa cordobesa Electrocosto la que apostó por unir su marca a la de la entidad blanquiverde, aunque con un resultado para nada deseable, hasta el punto de que el equipo terminó aquel curso sin lucir ya el logo de esta empresa de distribución de electrodomésticos.

Electrocosto había cogido el relevo como patrocinador principal de Tango Fruit, otra empresa cordobesa, en este caso del sector de la agricultura y alimentación, cuya imagen lució en el frontal de la camiseta del Córdoba CF durante las temporadas 2016-17 y 2017-18.

Con ese acuerdo, el club recuperó cierta identidad, a la que ahora apela Antonio Fernández Monterrubio para firmar con una marca cordobesa. Y es que anteriormente, con Carlos González al mando de la entidad, el Córdoba CF llevó en su pecho el logo de RD Impagos, una empresa que poco o nada tenía que ver con Córdoba y que estuvo presente en el tramo final del curso 2013-14, completando posteriormente las temporadas 2014-15 y 2015-16.

La clásica paloma de Cajasur

Aquel fue el primer patrocinio principal que el Córdoba CF vistió en sus indumentarias después de unos años en blanco y como relevo del clásico logo de Cajasur que durante tantos años se mantuvo asociado al equipo blanquiverde. La conocida paloma, imagen de la entidad bancaria radicada en Córdoba, se estrenó en la temporada 1994-95 y fue santo y seña del club hasta la temporada 2010-11, la última en la que la alianza entre ambas partes fue un hecho. Antes incluso, Cajasur ya había aparecido en el frontal de las camisetas del CCF bajo su nombre comercial.

Con Silbon, el Córdoba CF ha cerrado un acuerdo atípico, como asumen desde el propio club, al producirse en el tramo final de una temporada a la que apenas le restan ocho partidos (o un máximo de 12 si el equipo llegase a disputar el play off por el ascenso hasta las últimas consecuencias). Pese a ello, en el club de El Arcángel mostraron una satisfacción enorme por afianzar los vínculos con una reconocida empresa cordobesa que ya se encargaba de diseñar una línea de ropa no deportiva con la imagen de la entidad. Esa identificación con la ciudad y la inyección económica que el acuerdo trae consigo han sido motivos más que suficientes para que el Córdoba CF se vuelva a decidir por manchar sus camisetas con la imagen de una empresa privada un lustro después de hacerlo por última vez.