Córdoba CF - Badajoz | La previa

El Córdoba CF afronta la despedida más amarga ante un Badajoz obligado a ganar

Javi Flores y De las Cuevas se pasan el balón en un entrenamiento del Córdoba CF en la Ciudad Deportiva.

Javi Flores y De las Cuevas se pasan el balón en un entrenamiento del Córdoba CF en la Ciudad Deportiva. / Juan Ayala

Llegó la hoja final del calendario para el Córdoba CF. Los blanquiverdes afrontan la última jornada de la manera más triste posible, sin objetivos en juego y con El Arcángel poblado por una afición como la del Badajoz que acompañará a su equipo en masa en la búsqueda desesperada de la permanencia. En medio de un ambiente que tendrá poco de localía despedirá el conjunto cordobesista un curso que estaba llamado a ser el de la ilusión y que ha terminado siendo el del desencanto.

Para llegar a esta situación han hecho méritos los blanquiverdes en una segunda vuelta nefasta, tan exageradamente mala que quedará marcada en la historia negra de la entidad. Las 12 semanas sin conocer la victoria han arrastrado consigo la ilusión del cordobesismo, que mira este final de curso con indiferencia y desgana, más pendiente de la revolución que se prevé en la plantilla que de un último partido del que poco positivo puede sacar ya el equipo. Si acaso, despedir la temporada con dignidad y con un triunfo que alivie la sensación de frustración de un grupo que se ha autodestruido de manera lastimosa, y de un cuerpo técnico encabezado por Manuel Mosquera que llegó con la misión de ser revulsivo y que está a punto de despedirse sin ganar un solo partido.

Claro que esa victoria que el técnico gallego insiste en buscar hasta el final no se antoja nada sencilla. Primero, por el deficiente desempeño de sus jugadores, incapaces de completar un partido sin errores de bulto y con aciertos suficientes en ataque como para desnivelar el marcador. Segundo, porque el Badajoz se juega la vida y, llegados a esta situación, ya se sabe que los puntos suelen caer para el lado del equipo más necesitado.

Los pacenses, de hecho, están inmersos en una pelea titánica que incluye a ocho equipos más. Todos ellos parten con el reto de evitar las tres plazas de descenso que todavía hay en juego, toda vez que el Talavera y el Pontevedra hace semanas que confirmaron su regreso a Segunda RFEF. Y en esa pugna, el Badajoz depende de sí mismo, pero si no gana estará prácticamente condenado a decir adiós a la categoría.

Con un rival con tanto en juego, al Córdoba habrá que pedirle al menos profesionalidad y honor, tratando de evitar que la temporada acabe peor de lo que ya lo va a hacer. Porque en el despropósito general, cualquier ligera sospecha que pudiera levantar la actitud de los blanquiverdes sería ya el colmo de los colmos.

El condicionante de las bajas

Quizás consciente de ello, Mosquera se encargó de dejar claro en la sala de prensa que lucharán por el triunfo, aunque tendrán que hacerlo de nuevo con bastantes bajas y dudas en el estado físico de su plantilla. Para empezar, en la portería estará Pablo Picón, toda vez que Carlos Marín y Felipe Ramos están lesionados. Tampoco será de la partida Carlos Puga, mientras que Alberto Jiménez y José Alonso llegan muy justos, complicando las opciones del técnico en la zona central de su defensa.

En un partido que significará también la despedida de buena parte de la plantilla del Córdoba CF, los blanquiverdes tendrán que exigirse ese mínimo de profesionalidad que todo trabajador debe poner para evitar que las ganas de empezar las vacaciones se noten antes del pitido final. A estas alturas, pedir ya una buena versión del equipo parece algo imposible, pero evitar un nuevo bochorno ya sería una manera digna de cerrar un curso tormentoso en El Arcángel.

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