Córdoba CF

El Córdoba CF de Fernández Monterrubio: pragmatismo para esquivar los recortes

El nuevo consejero delegado del Córdoba CF, Antonio Fernández Monterrubio, en El Arcángel.

El nuevo consejero delegado del Córdoba CF, Antonio Fernández Monterrubio, en El Arcángel. / Juan Ayala

Hace días, desde que se produjo un cambio significativo en la cabeza visible de Infinity en el Córdoba CF, y también debido a la falta de objetivos del primer equipo en este penoso tramo final de temporada, que la afición cordobesista ya mira al siguiente curso. Con Antonio Fernández Monterrubio a la cabeza, la entidad blanquiverde abre una nueva etapa, la segunda, bajo el control de Bahréin, pero con un nuevo CEO que llega con el reto de hacer más sostenible al club sin perder competitividad ni dejar de lado ese reto objetivo inmediato de regresar al fútbol profesional.

Javier González Calvo esbozó en su despedida de la entidad que los propietarios del club buscaban una persona que atajase el problema del déficit sostenido durante las últimas campañas. Esas palabras se interpretaron como la apertura de una etapa de recortes, aunque la intención de la propiedad no es tanto esa, como sí la de centrar los esfuerzos con más ahínco es pos de esa llegada al fútbol profesional.

Y es que el ascenso a Segunda División es la única vía que posibilitaría que un club con la compleja estructura del Córdoba CF deje de ser un lastre económico para sus dueños. Los ingresos por los derechos de televisión son los que, a día de hoy, sostienen el grueso de los presupuestos en el fútbol y esa vía de obtener dinero no es válida por debajo de la Segunda.

Es por ello que, aunque todavía no lo ha verbalizado de manera pública, Fernández Monterrubio ya desliza en privado que la idea sobre la que pivotará el próximo curso pasa por concentrar mayor cantidad de los recursos disponibles en la primera plantilla. Algo así como poner prácticamente todos los recursos sobre el césped para intentar que ese sea el motor de crecimiento del club.

¿Eso quiere decir que incluso habrá más presupuesto que en cursos anteriores? No parece que esa sea la línea a seguir, pero sí es de esperar que la cantidad de la que disponga la dirección deportiva para confeccionar la plantilla sea muy similar a la de esta temporada. Para ello, la fórmula pasa por redireccionar el empleo de recursos desde otras áreas del club. Más desde las otras patas del proyecto deportivo que desde departamentos con trabajadores con nóminas bastante alejadas de las de los deportistas y, por tanto, menos lesivas para las arcas del club.

Y en el propio apartado deportivo hay bastante margen para ello. Por ejemplo, con el equipo femenino. El Córdoba CF no tiene intención alguna de deshacerse de su estructura de féminas, pero sí es evidente que los recursos empleados tendrán que ser menos. En el curso ya cerrado, en el que las blanquiverdes descendieron a Segunda RFEF, la entidad destinó cerca de 500.000 euros para una sección que, lamentablemente, cuenta con un apoyo muy pobre por parte de los seguidores. Esa pérdida de la segunda categoría facilitará el ajuste en su presupuesto de una sección que tendrá que redefinir su modelo.

Un filial más 'local'

Pero no todo es tocar el fútbol femenino. En el propio filial, el Córdoba también encontraría margen de maniobra para el recorte, incluso aunque se produzca el deseado ascenso a Segunda RFEF. Con un equipo sin apenas jugadores de Córdoba, apostar por el talento más local ayudaría a que los costes bajasen. Además, en la propia categoría existen ejemplos de equipos que han competido muy bien con pocos recursos. En todo caso, habría que buscar fórmulas imaginativas para ello.

Porque lo que nadie duda es que Fernández Monterrubio tiene claro que la proporción de recursos destinados a la primera plantilla tiene que crecer, independientemente de en cuánto se cierre finalmente el presupuesto, que este año ha rondado finalmente los tres millones de euros si se tiene en cuenta la ventana de fichajes de enero.

Si logra acercarse a esas cifras, y acertando en la remodelación de la plantilla, el Córdoba tendrá margen para seguir siendo uno de los claros candidatos al ascenso. El reto ahora pasa por ahí, en ese ejercicio de pragmatismo que el nuevo consejero delegado tratará de implantar, consciente de que un ascenso haría al club entrar en otra dimensión en la que las cuentas ya no tendrían que ser necesariamente el quebradero de cabeza que ahora pueden parecer.

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