Después de meses de penar por la cuarta categoría del fútbol español, al Córdoba CF le llega el momento de rematar la faena y celebrar por fin su ascenso a la Primera RFEF. Será, si nada se tuerce, tras los dos próximos partidos cuando los blanquiverdes por fin puedan respirar con alivio y mirar hacia arriba, dejando atrás una categoría que se le ha quedado pequeña desde el inicio de la competición, por mucho que la entidad blanquiverde se la ganara con su malísima temporada pasada.

El final del túnel se atisba cada vez más cerca, aunque para ver la luz de manera plena el equipo de Germán Crespo tiene todavía que sortear un par de importantes escollos. El primero es la visita de este domingo al Cacereño, un conjunto que está cuajando una temporada sensacional y cuya única desgracia es haber sido encuadrado en el mismo grupo de competición que el CCF.

En cualquier otra liga de esta Segunda RFEF, los de Julio Cobos acariciarían el ascenso directo gracias a los 53 puntos que atesoran a falta de siete jornadas. Sin embargo, la meteórica progresión blanquiverde les ha alejado ya, de manera casi irremediable, de un salto de categoría por la vía rápida, por lo que su consuelo será el asegurar cuanto antes esa segunda plaza para afrontar con las máximas garantías el play off de ascenso.

Y es que si el Córdoba es el equipo que domina todos los registros de la categoría, el Cacereño es el segundo en la mayoría de ellos. En su feudo, el Príncipe Felipe, los extremeños son un rival temible, cuyos números solo son superados por el CCF. Una sola derrota han presenciado sus aficionados, lo que deja clara la dificultad del choque de esta tarde para el Córdoba.

Con todo, los de Germán Crespo llegan con la calma de saber que, pese a la importancia del duelo, no le va la vida en el partido, pues hasta perdiendo quedarán muchas balas en la recámara para atar el ascenso. Esa tranquilidad, sin embargo, no debe confundirse con exceso de relajación, porque los jugadores blanquiverdes están decididos a rematar la faena cuanto antes. Llegan, además, con muchas ganas de demostrar su valía en el partido más exigente de la temporada, para marcar territorio y dejar testimonio de la superioridad sobre su rival que apunta la clasificación.

Cuenta el Córdoba, además, con la ventaja de encontrarse en Cáceres un terreno de juego de dimensiones similares a El Arcángel y con un césped natural en bastante buen estado. Los de Germán Crespo han pasado dificultades prácticamente en todos los feudos angostos y de hierba sintética que han visitado y, aunque el rival es de nivel, el Príncipe Felipe se presenta como un escenario ideal para ofrecer su mejor versión.

El cansancio del rival

Esa chispa perdida en las últimas salidas de El Arcángel quiere recuperarla Crespo ante un Cacereño que comparece tras un partido intersemanal, con un largo viaje de ida y vuelta a La Palma de por medio. El técnico no contará con José Alonso y Ekaitz Jiménez, que siguen lesionados, pero tiene efectivos de sobra para plantear el partido a su antojo.

Para que la fiesta del ascenso quede servida de cara al próximo sábado, el Córdoba CF tendrá que superar al Cacereño, en lo que será la prueba definitiva para un equipo deseoso de poder gritar a los cuatro vientos que es de Primera RFEF. Y si puede hacerlo ante su gente, para qué dejar pasar la oportunidad.