Del Cartagena al Real Murcia, un año de covid y decepciones en el Córdoba CF
Los blanquiverdes siguen fuera del objetivo marcado por el club en otros 365 días convulsos
La afición espera el momento de poder volver a El Arcángel sin restricciones de aforo
El 8 de marzo de 2020, las opciones del Córdoba CF de Raúl Agné de jugar la liguilla de ascenso a Segunda División saltaron por los aires. Aquel domingo, tras caer en El Arcángel ante el Cartagena, nadie sabía aún lo que estaba por venir, pero a la postre significaría el final de la temporada 2019-2020 y por ende el estancamiento del club blanquiverde en Segunda B. Desde entonces han pasado 365 días que parecen muchos más, con una pandemia de por medio y un verano convulso hasta que Unión Futbolística Cordobesa logró el respaldo definitivo a la inscripción del equipo a través de la Unidad Productiva. Un año más movido en El Arcángel, que finaliza con el equipo en la preocupante situación en la que estaba, aunque con la esperanza de poder revertir todavía la situación.
La crisis sanitaria cogió al Córdoba en el momento menos indicado entre todos los posibles. Antes de la derrota ante el Cartagena (0-2) del 8 de marzo de 2020, el conjunto blanquiverde era tercero y mantenía sus opciones de pelear por el ascenso hasta el final de la temporada. Ese tropiezo sacó al equipo de las cuatro primeras plazas y provocó la destitución fulminante de Raúl Agné. La situación era complicada, pero parecía reversible, cuando el coronavirus cambió los planes de todo el mundo.
De la suspensión temporal de la competición durante las semanas de confinamiento se pasó a la finalización de la temporada por la vía rápida. El Córdoba fue uno de esos equipos que tuvo que pasar el trago de verse fuera del play off de ascenso por la mínima y habiendo estado en zona de privilegio solo unos días antes de que se desataran los acontecimientos.
Aquel trance dio paso a meses de inactividad, una situación complicada que el club supo lidiar y que no impidió que la tensión de los aficionados se mantuviera durante todo el verano hasta el desenlace definitivo de la inscripción del club a través de Unión Futbolística Cordobesa. Conseguido ese paso y consolidado el proyecto de Infinity en la entidad, el Córdoba partía en el nuevo curso con la intención de ser dominador y luchar por la excelencia en busca de un ascenso rápido a Segunda División.
Las miras se pusieron altas, con un presupuesto importante y una plantilla repleta de nombres que ofrecían garantías. Desde el club se marcó un listón exigente que futbolistas y cuerpo técnico asumieron como el único posible. Pero el fútbol, siempre caprichoso, tenía otros planes.
El Córdoba no ha terminado de carburar en la temporada más extraña de su historia. Las consecuencias del coronavirus en el fútbol se han dejado notar con un cambio de sistema en Segunda B que obligaba al rendimiento inmediato, uno de los grandes males del conjunto blanquiverde. Tras solo haber jugado 16 partidos de liga, el Córdoba está al borde de enterrar su principal objetivo y ni siquiera tiene garantizado el seguir un año más en la tercera categoría del fútbol español.
El Arcángel, un año vacío (o casi)
En este duro año de pandemia, los aficionados han perdido además el mayor nexo de unión con su equipo, que no es otro que el poder acudir al estadio cada dos semanas para seguir los partidos en vivo. En lo que va de curso, las restricciones del coronavirus han vaciado El Arcángel o reducido su aforo hasta cifras casi residuales de 400 u 800 espectadores, con la salvedad del duelo de Copa del Rey ante el Getafe, que pudieron presenciar 2.000 seguidores.
El trance de perder a su afición, duro para todos los equipos, ha sido especialmente complicado para el Córdoba. Los blanquiverdes han disputado 11 encuentros oficiales en el estadio en los últimos 365 días y solo han sido capaces de ganar cinco, cosechando tres empates y tres derrotas. Si se excluyen las dos victorias de Copa del Rey y la derrota ante la Real Sociedad que costó la eliminación, los números son aún más sangrantes.
Solo tres victorias en liga ha sumado el equipo en los ocho partidos como local ya jugados. Un balance paupérrimo para un equipo que estaba llamado a marcar la diferencia en la categoría.
El 8 de marzo de 2020, en la derrota ante el Cartagena, El Arcángel registró una entrada de 9.532 espectadores. Este pasado domingo, solo 800 aficionados pudieron asistir al empate ante el Real Murcia. La decepción enorme de aquel día se ha transformado ahora en impotencia para toda esa afición que espera el momento de poder volver al estadio sin restricciones. Un día que todavía parece lejano, casi tanto como la reacción de un equipo al borde del KO.
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