El duelo entre el Córdoba CF y el Real Murcia dejó una situación curiosa más allá de lo vivido en el terreno de juego. Carlos García, central del conjunto blanquiverde, forzó una cartulina amarilla que le condena a un partido de sanción, en una situación totalmente buscada para encontrarse liberado de ese apercibimiento cuando pueda estar de vuelta.

Al margen del once inicial que planteó Iván Ania, lo más llamativo de la convocatoria del conjunto blanquiverde fue la presencia de Carlos García, solo una semana después de haber caído lesionado en Huelva y con un pronóstico que se acerca al mes de convalecencia. Estaba claro que el joven defensa no iba a poder ayudar a sus compañeros, pero su presencia en la lista tenía otra justificación.

A ese partido de la jornada 20 ante el Recreativo llegó Carlos García apercibido de sanción. Su sustitución tuvo que realizarse al descanso, por problemas físicos, y el cuerpo técnico del Córdoba no tuvo tiempo de manejar la situación de haber pedido al futbolista que forzase una tarjeta amarilla para así ser sancionado durante su periodo de convalecencia y queda limpio de cara a su regreso. Es una situación de pillería que en el mundo del fútbol no es nada extraña y que permite sacar cierta ventaja de una situación adversa como es una lesión.

Como en Huelva no se pudo dar esa situación, el cuerpo técnico del Córdoba CF tenía claro que el partido ante el Real Murcia era el momento de provocarla. Carlos García se mantuvo en un discreto segundo plano, dentro del banquillo en todo momento, pero al final del partido el acta de Ruipérez Marín recogía una tarjeta amarilla al central barcelonés por, escribió el árbitro, "realizar observaciones de carácter técnico a una de mis decisiones". Una protesta que debió producirse camino del túnel de vestuarios, pues sobre el césped no se pudo apreciar como el central era amonestado.

De esa forma, la presencia de Carlos García en la convocatoria cobró el sentido del que en un primer momento parecía carecer. Ahora, el central será sancionado para la visita de su equipo al Linares, en un partido que no iba a poder jugar por su problema muscular. A su regreso, eso sí, el Córdoba CF tendrá la tranquilidad de saber que el zaguero ya no tiene esa amenaza de las cuatro tarjetas amarillas, algo fundamental vistos los problemas que está teniendo el equipo en defensa con tanta ausencia.

El equipo mantiene dos apercibidos

Tras esa sanción, el panorama disciplinario para el Córdoba se despeja un poco, aunque hay dos jugadores que se mantienen a una amarilla de ser castigados con un partido. Son Kike Márquez y Adilson Mendes, futbolistas que suman ya varias semanas en esa situación y que de momento han podido esquivar esa cartulina que les deje una semana en la grada.