No es momento para bajar el ritmo. Es más, llega la hora de acelerar. El Córdoba CF quiere seguir liderando en solitario el Grupo I de Primera Federación y llegar con esa condición al duelo de la próxima semana en Riazor, una cita marcada en rojo en el calendario que está precedida por la visita al Nuevo Vivero de Badajoz. Los blanquiverdes aspiran a dar continuidad a su magnífica dinámica ante un rival que escapa de la zona baja y que, aunque sigue con dificultades, ha mejorado mucho después de su mal arranque de temporada.

Para el Córdoba, el duelo de este sábado ante el Badajoz es mucho más importante de lo que pudiera parecer a simple vista. El equipo logró levantarse del varapalo en la Copa del Rey con una convincente victoria ante el Linares que le sirvió para reforzar su liderato. Y ahora, conseguido ese primer resultado que enterró la decepción copera, la idea es darle continuidad para encarar el final de 2022 con la confianza por las nubes y esa fortaleza mental que acompañe al buen desempeño de los blanquiverdes sobre el césped.

En la mente de todos, jugadores y aficionados, empieza a asomar ya el duelo de la próxima semana ante el Deportivo de La Coruña. Algo totalmente lógico, por otra parte, al tratarse de un rival histórico. El cuadro coruñés es además obligado rival por el ascenso directo y la posibilidad de asaltar su feudo y distanciarlo aún más en la clasificación es algo que enciende la mente del cordobesista más calmado.

Pero por mucho que suene a tópico, lo cierto es que los tres puntos de Riazor tienen el mismo valor que los que este sábado se ponen en juego en el Nuevo Vivero. Por eso, los blanquiverdes deben centrar las miras en un partido que podría verse como un escollo asequible pero que reúne los ingredientes para ser una batalla exigente y compleja para los hombres entrenados por Germán Crespo.

Y es que el Badajoz no tiene unos números descollantes como local. Es evidente que el cuadro pacense –acuciado por problemas económicos que van más allá de su déficit de puntos en la tabla– no es un rival directo de los blanquiverdes. Pero nadie debe pasar por alto que cuenta con jugadores para ganar a cualquier equipo de la categoría.

Los albinegros, además, llegan en buena dinámica. Desde que José María Salmerón se puso al frente del equipo han mejorado sus registros. Siguen sin ser un equipo plenamente fiable, pero ya encajan menos goles y son capaces de hacer más que en el primer tramo de la competición. Su entrenador sabe además que la portería a cero es el camino para crecer y desde un planteamiento conservador tratará de atascar el tremendo caudal ofensivo con el que cuenta el Córdoba en su plantilla.

Las ausencias blanquiverdes

Los blanquiverdes comparecen en Badajoz con la notable ausencia de José Ruiz, su lateral derecho más fiable, que está sancionado por acumulación de amarillas. Tampoco estará Ramón Bueno, apurando su proeso de recuperación, así como Ekaitz Jiménez, al que se espera en enero.

Germán Crespo sí tendrá a Gudelj y Adrián Fuentes, que empezaron la semana renqueantes pero que han trabajado en los últimos días junto a sus compañeros con normalidad. Pese a contar con muchas variantes, sería lógico pensar que el técnico apuesta por dar cierta continuidad a su once inicial ahora que se acerca un tramo clave de la temporada.

Con todo, no sería descabellado el regreso de José Cruz al centro de la zaga o la aparición de Kike Márquez en la mediapunta después de varias suplencias consecutivas en liga. Con el granadino al mando, cualquier cambio es posible, pero sea con unos u otros, el Córdoba CF debe acelerar para seguir sumando y poder viajar a Riazor henchido de moral.