Seguridad ciudadana

Los vecinos del casco histórico de Córdoba denuncian las "fiestas sin fin" y piden que se declare Zona Acústicamente Saturada

  • La asociación La Axerquía recrimina que a las molestias por ruidos, suciedad y malos olores se ha sumado también la inseguridad

Protesta de los vecinos de la Axerquía.

Protesta de los vecinos de la Axerquía. / Miguel Ángel Salas

La secuencia es la siguiente. Madrugada del miércoles 7 de septiembre. Calle Lineros, en el casco histórico de Córdoba. Un grupo que sale de un restaurante de la zona sigue con la fiesta en la calle. Un vecino se asoma por un balcón y les pide silencio y respeto. Hay personas que intentan dormir para trabajar al día siguiente y una de las vecinas del bloque intenta recuperarse de una grave enfermedad.

En la calle, los jóvenes reaccionan con violencia: estampan vasos y botellas contra la pared e, incluso, uno trepa por las rejas de las ventanas para verse cara a cara con quien le ha llamado la atención. Los vecinos, impotentes, graban el incidente y llaman a la Policía.

La situación, denuncian los residentes, no es nueva. "Vivimos en un escenario turístico y aquí no se respeta nada. El casco antiguo se ha puesto de moda y parece que no hay normas", ha denunciado este lunes una integrante de la asociación de vecinos La Axerquía, Blanca Toscano, durante la concentración que ha reunido a una treintena de residentes en la plaza del Potro. En la zona se amontonan restaurantes, pubes, cafeterías y discotecas donde se organizan celebraciones de todo tipo.

A las molestas despedidas de soltero se han sumado recientemente las puestas de largo, a las que asisten jóvenes de mucha menor edad. "Cuando cierran los restaurantes se quedan en la calle. Hay botellón y nadie lo disuelve", ha denunciado Toscano, que en nombre de los vecinos de la zona ha exigido al Ayuntamiento que intervenga para poner orden. Porque, según los residentes, a los comportamientos incívicos de algunos grupos se une que determinados hosteleros tampoco cumplen las ordenanzas. Incumplen los horarios, hay establecimientos mal aislados y las terrazas ocupan todo el espacio público, enumeran.

Los vecinos han recordado que llevan siete años pidiendo al Ayuntamiento que declare estas calles como Zona Acústicamente Saturada (ZAS), pues "cada vez hay más bares". "Solo exigimos un mínimo de respeto", ha incidido Toscano, quien ha agradecido que Bodegas Campos ya se ha comprometido a ejercer un mayor control tras el incidente del miércoles, que para los vecinos ha sido la gota que ha colmado el vaso.

Al-Zahara tilda la situación de "inaceptable"

La Federación de Asociaciones Vecinales Al-Zahara, que se ha sumado a la concentración, ha considerado que “la situación a la que se ha llegado en el Casco Histórico es inaceptable”, más aún tras desoírse “numerosas llamadas de atención de colectivos”, y especialmente tras conocerse los "graves incidentes recientes". El organismo que preside Antonio Toledano ha denunciado que a la habitual “incomodidad (ruidos, falta de limpieza, inseguridad, etcétera) se ha pasado a mayores y la gravedad de los hechos recientes transcienden a situaciones de verdadero peligro personal”.

Así, “ya no hablamos solo de defender la declaración de Patrimonio de la Humanidad de la Unesco, sino de preservar la pacífica convivencia de unas vecinas y vecinos que están abocados a huir de su barrio, ya que ven que no existen las mínimas condiciones para mantener una vida normal y segura”.

Para Al-Zahara, “parece inaudito que las múltiples denuncias y llamadas de atención que se han hecho hayan caído en saco roto y los problemas acuciantes que asolan al Casco Histórico no hayan tenido la contundente respuesta de las administraciones”, especialmente sabiendo que “a los problemas inherentes del turismo en la ciudad (gentrificación, pisos turísticos sin regulación, etcétera) se unen ahora más problemas causados por "botellones, fiestas sin control y una larga serie de eventos incívicos que en el mejor de los casos acaban con suciedad y ruido, pero que en demasiadas ocasiones últimamente están acabando en verdaderas situaciones de peligro para el residente”.

El Movimiento Ciudadano llama a "pasar a la acción"

Por otra parte, el Consejo del Movimiento Ciudadano ha considerado que el Ayuntamiento de Córdoba tiene "que pasar ya a la acción", con "actuaciones fundamentales y de calado sobre el Casco Histórico y el Patrimonio de la Ciudad", entendiendo el primero como un espacio vivo, con habitantes y con barrios que son los que le dan singularidad y no como un escenario turístico; y entendiendo el patrimonio como el "gran valor de esta ciudad que no debe pervertirse como espacio para el negocio y el mercantilismo más simple".

Para el Movimiento Ciudadano, la comisión de usos del Casco acordó una serie de actuaciones "que ya eran urgentes hace tres años y que ahora son perentorias". Esas conclusiones ahondaban en un Casco donde prime su aspecto residencial y de convivencia por delante del lucrativo. La experiencia de una "Judería fantasmal" durante el tiempo de confinamiento reforzó dicha visión, aunque, lamentablemente, una vez retomada el ritmo vital "se ha vuelto a ahondar en los mismos errores".

"El Casco necesita que se acometan actuaciones que mejoren su adaptación al cambio climático (espacios verdes, paneles solares, pavimentos que transpiren, sombras…), potenciación de la movilidad sostenibles y de las zonas de bajas emisiones; usos lucrativos compatibles con la vida residencial y que no monopolicen la vía pública ni generen ruidos o suciedad de forma desaforada, así como "negocios de comercio, hostelería, artesanía y de servicios a la comunidad que sean respetuosos con el entorno donde desarrollan su actividad".

Para el Movimiento Ciudadano, "no tiene sentido tener una Concejalía del Casco Histórico convertida en una segunda Concejalía de Turismo".

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