Sanidad

Un trasplante hepático en el Reina Sofía, el mejor regalo de año nuevo para la niña Sara

Los padres de Sara besan a la pequeña en una de las puertas del Hospital Reina Sofía de Córdoba.

Los padres de Sara besan a la pequeña en una de las puertas del Hospital Reina Sofía de Córdoba. / Juan Ayala

Desde que nació, algo no iba bien en el hígado de Sara. Con tan solo dos meses, esta niña malagueña fue sometida a una intervención quirúrgica en el Hospital Regional de Málaga. Después, tuvo visitas continuas a este centro hasta que con nueve meses la derivaron al Reina Sofía de Córdoba, hospital de referencia en trasplante hepático infantil.

En la madrugada del pasado 1 de enero, a sus cinco años Sara tuvo el regalo más bonito que alguien le hará jamás, ya que recibió un injerto de hígado que ha mejorado de forma considerable su calidad de vida. La pequeña padecía una ictericia (color amarillo en piel y ojos) causada por una patología poco frecuente, la enfermedad de Caroli, que solo se puede curar con un trasplante.

El hepatólogo Juan José Gilbert ha explicado este martes en la presentación del balance anual de donaciones y trasplantes que esta enfermedad es una malformación congénita de las vías biliares, que provoca que no se elimine bien la bilirrubina. Al no eliminarse, se va acumulando en el cuerpo, en la piel, en los ojos, y "es peligroso porque la bilirrubina es un tóxico y va dañando poco a poco las células del hígado hasta generar una cirrosis hepática".

El doctor Gilbert ha señalado que desde los nueve meses, los profesionales del hospital han realizado un "seguimiento estrecho e intentando calcular el momento óptimo para el trasplante". Finalmente, en diciembre de 2022, Sara entraba a formar parte de las personas que esperan recibir un órgano para mejorar su calidad de vida y, pocos días después, sonó el móvil de su madre.

El nuevo año acababa de empezar y Sara estaba junto a su familia en Sevilla, de donde es su madre, Laura. La llamada fue sobre las 02:00 y en seguida despertaron a la pequeña ya que había que salir rápidamente para Córdoba

"Fue un jarro de agua fría porque teníamos que traerla al hospital, pero es el mejor regalo que nos han hecho para empezar el año", ha contado Laura. Así, ha explicado que, desde el trasplante, su hija "está genial, juega con sus dos hermanas y pronto volverá al colegio".

El camino hasta llegar al hospital fue "horrible" porque Sara preguntaba "¿mamá, qué me van a hacer?". Tanto los padres como el resto de la familia estaban "nerviosos" y cuando la metieron en quirófano, "lo pasamos muy mal, pero a la vez todo el mundo nos felicitaba porque era un regalo", ha destacado Laura.

Cuando terminó la operación, el cirujano Pedro López Cillero les explicó de forma detallada cómo había sido y "nos transmitió tal tranquilidad...". "Yo sabía que mi niña había estado en buenas manos, suspiré", ha confesado emocionada la madre de Sara.

Así, ha apuntado que su hija era "una niña feliz, pero ahora va a tener una mejor calidad de vida". De hecho, iba al colegio y "ha tenido una vida más o menos normal"; eso sí, "por fuera parecía que estaba bien, pero por dentro no lo estaba".

Después del cambio que ha visto en su niña, Laura asegura que "donar es vida: por desgracia se pierden vidas, pero se ganan otras". Por su parte, el padre de la pequeña ha dado las gracias a la Asociación de Trasplantados Hepáticos de Córdoba, que les cedió de forma altruista un alojamiento. 

Esta familia ha agradecido la generosidad de los donantes, el trabajo de todos los profesionales del Reina Sofía y la labor de todas las personas que cada día recorren las habitaciones del Hospital Infantil para sacar una sonrisa a los niños, como por ejemplo magos.

El doctor López Cillero ha manifestado que "el trasplante hepático infantil es de los más complicados y sensibles e implica a un gran número de profesionales de diferentes categorías y especialidades". En esta línea, ha explicado que desde que se iniciara este programa en el hospital cordobés se han realizado 226 injertos, lo que supone unos ocho trasplantes infantiles al año.

"Somos centro de referencia nacional, junto a los Hospitales de La Paz y Vall D’Hebrón. Se trata de una técnica quirúrgica para la que el hospital es referente al ser uno de los primeros centros del país en los que se realiza desde 1991 y, nuestra comunidad, Andalucía es pionera en la implantación del protocolo de distribución de este tipo de órganos", ha añadido.

El cirujano ha incidido en la dificultad de encontrar un donante infantil, por lo que antes los niños que necesitaban un hígado esperaban más de 100 días, lo que suponía mucho deterioro para su salud. Ahora, cuando un donante adulto cumple una serie de características, se analiza si su hígado es óptimo para un niño. Si lo es, los cirujanos acomodan el órgano al paciente, lo que "permite tener unos resultados maravillosos". En concreto, ahora la lista de espera ha bajado a unos 30 días y la supervivencia es del 98% a los cinco años.

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