Temporada de castañas en Córdoba: "Gustan a toda la familia"

En estas fechas y hasta el próximo 10 de enero hay diferentes puestos repartidos por la ciudad y sus ventas se suelen concentrar a partir de las 17:00

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Castañeros de Córdoba

Ya ha llegado el frío a Córdoba. Y no se siente en el termómetro, que puede llegar hasta muy bajas temperaturas, ni en las prendas de abrigo que han dejado de ocupar un espacio perdido en el armario para convertirse en el imprescindible de todos los días. Se sabe que ha llegado el frío a Córdoba porque la ciudad ya cuenta en sus calles con los tradicionales puestos de castañas, un manjar estacional que acaba de aterrizar en la ciudad de la Mezquita y que se prevé que se quede aquí hasta principios del nuevo año, concretamente, hasta el 10 de enero, después de las fiestas navideñas.

Varios son los puestos que se sumergen en los barrios con sus populares ollas, su olor a castaña y sus extintores más que visibles que esta vez también forman parte del paisaje de estos puestecillos. Comerciantes de toda la vida y nuevos allegados que han elegido este 2025 para vivir la aventura de esta actividad estacional cuyas ventas se suelen concentrar a partir de las 17:00.

Se pueden encontrar en diferentes ubicaciones muy bien repartidas por la ciudad para que ningún cordobés se quede sin su popular fruto. El día de Córdoba se ha acercado hasta el bulevar donde Manuel Fernández cuenta con una larga experiencia en el mundo de las castañas.

"Llevo desde el 2000 vendiendo castañas. Empecé en la avenida de Barcelona, por aquel entonces, había tres puestos de castañas en Córdoba. A partir de los siguientes años se dieron más permisos", detalla Manuel, quien dice ser el castañero actual más antiguo de la capital.

Manuel Fernández en su puesto

"Yo comencé de ayudante. Además, tengo un puesto de sombreros en la Calahorra, donde llevo también 29 años. En ese mismo puesto también tenía permiso para vender castañas. Para ser castañero hay que cogerle el punto a las castañas, deben de estar rajadas, una por una pasan por mis manos", explica.

Manuel lleva en el bulevar, esquina con Ronda de los Tejares, desde 2017. "Aquí lo que pasa es que cuando se empieza a vender es a raíz de las compras navideñas. En los barrios es diferente, la clientela suele ser siempre la misma todos los días. Aquí no hay clientela fija, es la gente de paso", diferencia. "En los sacos suelen venir cinco kilos, normalmente se venden unos 20 kilos. Cuando empiece el alumbrado navideño espero vender aún más. Cuando empecé se vendían unos 15 sacos todos los días, la gente se desplazaba más", recuerda.

Aunque las licencias también están fijadas para por las mañanas es raro ver a algún comerciante atender a esas horas, "yo nunca he visto vender castañas por las mañanas, con el paso de los años veo que no hace frío, las castañas se llevan por el calentito que deja en las manos, ahora no hace tanto frío", opina mientras reflexiona sobre vender castañas también en otros meses del año.

Es en la plaza de Andalucía donde Carlos Ruiz se estrena en este ámbito, aunque ya conocía esta zona de Córdoba "de sobra". Es el primer diciembre que el comerciante posa sus ollas en esta plaza, aunque es en verano cuando da vida al barrio con su puesto de caracoles.

“Este es nuestro primer año. Nos hemos embarcado en esta aventura porque tenemos un familiar que trabaja en ello y nos dijo que si nos animábamos a quedarnos con un puesto. Todos los años ponemos aquí nuestro puesto de caracoles”, explica Carlos mientras hace referencia a aquellas tardes de primavera donde los caracoles rebosan de popularidad.

Carlos Ruiz, en su puesto de la Plaza de Andalucía. / El Día

Aunque este puesto tan novedoso, además de tener las populares castañas, también ofrecen al cliente mazorcas de maíz, otro producto que se ha añadido al catálogo de forma reciente. “Tenemos mazorcas que las puedes pedir con mantequilla, barbacoa, con un montón de salsas diferentes”, señala.

Sobre la demanda del producto destaca que “los fines de semana podemos vender más de nueve sacos de castañas”. Y destaca las colas que se acumulan en el puesto esos días, cuando los niños no tienen clases extraescolares y la familia puede juntarse, ya que este es un manjar que une a familias enteras.

“Para preparar castañas, lo tenemos todo: chimenea, leña y unas buenas ollas que aguantan bien el calor. A la hora de calentar las castañas es algo que no se sabe cómo te va a salir, depende de como venga la castaña. Si vienen con más humedad, con menos humedad... También depende del tamaño del fruto se hace más rápido o menos rápido. Oscilan entre unos 15 minutillos”, especifica. “Aquí hasta los niños más chiquitos comen castañas, la gente dice que cuando ven el puesto saben que ha llegado una nueva estación”, concluye Carlos.

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