Taberna Sociedad de Plateros San Francisco: un refugio atemporal que cautivó a Romero de Torres y Anguita
Gastronomía
El establecimiento ha sido identificado como unas de las Tabernas Históricas de Córdoba
Lograr que los jóvenes vuelvan a pisar estos establecimientos, es una de las misiones que tiene en mente su gerente
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Córdoba/Donde el salmorejo se toma en una vasija de barro y donde Julio Anguita tiene una sala que lleva su nombre. La Taberna Sociedad de Plateros San Francisco ha sido distinguida recientemente con el sello de Taberna Histórica en Córdoba, siendo además, "la más antigua fundada" por este colectivo, que cuenta con otros establecimientos en la capital.
Como es bien sabido, el nacimiento de estos establecimientos se remonta a 1868, cuando Córdoba había vivido una época de crisis que afectaba a sus habitantes. Esta etapa culminó con la Batalla de Alcolea y con el posterior exilio de Isabel II. Tras esto, se permitió la constitución de asociaciones laborales. Así fue como una serie de plateros decidió crear una de las primeras mutuas existentes.
En esta agrupación se recogían una serie de cuotas, por si en algún momento se necesitaba por parte de estos trabajadores. Para seguir reuniendo dinero, la asociación decidió invertir en locales y comenzar a vender vinos. Ese fue el inicio de estas tabernas que, a día de hoy, reciben a mayores y jóvenes con los brazos abiertos. En concreto la Sociedad de Plateros San Francisco fue fundada en 1872, por lo que es una de las más antiguas de Córdoba, "manteniendo su operación continua y preservando el encanto de las tabernas tradicionales", como reza en su propia página web.
El prestigio de una familia
Cuando en los años 60 -concretamente en 1968- la familia López Sicilia se hizo cargo de ella, seguía haciendo uso de la parte de arriba, donde durante décadas los taberneros han desarrollado su vida familiar, mientras se hacían cargo del establecimiento. Aquí, esta familia crio a sus ocho hijos, los cuales han ido pasando "de una manera u otra" por la taberna. La suegra del actual gerente, que pertenecía a esta familia, estuvo trabajando en la cocina hasta los 80 años. Como no podía ser de otra forma y a modo de reconocimiento, Rafaela Sicilia Carmona fue nombrada Señora de las Tabernas, "por su prestigio profesional y el alto nivel conseguido en su taberna", tal y como se puede leer en un marco de esta casa.
De esta manera, durante más de medio siglo fueron los López Sicilia los que estuvieron al frente de la taberna. Ahora, desde hace un par de años, ya pasada la resaca de la pandemia de Covid, es la tercera generación la que está al frente del negocio, concretamente en manos de Rafael Serrano y Pepa López Sicilia.
Julio Romero de Torres y Julio Anguita
Cuentan que personajes históricos de la ciudad como Julio Romero de Torres frecuentaba el lugar, ya que era vecino de la zona. También artistas flamencos que pasaban por Córdoba se han dejado cautivar por los encantos de esta taberna. "Paco de Lucía, Paco Peña, Juanito Valderrama. Este salón precisamente fue durante 25 años la sede de la Peña Flamenca de Córdoba", indica su actual gerente, mientras describe los rincones del lugar. "Todo flamenco que se preciaba ha pasado por aquí también", continúa.
Serrano confiesa que la esencia, sin lugar a dudas, de esta casa son sus paredes, ya que como hacen notar "guardan mucha historia, desde 1872 hasta el día de hoy". Cabe especial mención a "la transición política, porque aquí, teniendo en frente a Juan XXIII, había reuniones en la clandestinidad sobre temas políticos". Viajando por la era comtemporánea, como uno de sus grandes clientes, destaca Julio Anguita, que tiene una sala dedicada: "Todo lo que hice fue por la taberna, y por Córdoba, por supuesto".
Tener como misión llegar a los más jóvenes
Hoy en día, el público que entra por la puerta de este establecimiento es muy diverso. Una de las misiones que verbaliza Serrano es el interés que existe por lograr que los más jóvenes vuelvan a pisar y vivir la esencia de las tabernas. Que intenten hacer por disfrutar de la comida típica que durante tantos años han protagonizado las sobremesas de los vecinos cordobeses. Actualmente, esta taberna es visitada por los clientes de toda la vida, unos ya bien entrados en años y otros, mayoritarios, que oscilan entre los 50-60 años.
Como comenta el gerente del local, el turismo internacional también se deja ver por la casa, recomendados casi siempre por "las guías europeas". Como apunta, los fines de semana suelen recibir a más clientela local, que disfruta de sus descansos visitando y disfrutando de la esencia de la comida tradicional.
El menú casi obligatorio de la Sociedad de Plateros San Francisco se fundamenta en "todo lo que sea cordobés, porque tenemos flamenquín, berenjenas a la miel, salmorejo... Tenemos una extensa carta en pescados, sobre todo el bacalao, o gambas rebozadas y fritsa". Como afirma Serrano, poseen la misma cocina que ya sus suegros llevaban a cabo. Así, hacen un mejor uso de este relevo familiar y los comensales pueden seguir disfrutando de ese salmorejo que se come en una vasija de barro y hace a mano.
Un refugio atemporal
Respecto a la responsabilidad de estar al mando de una taberna histórica, Rafael Serrano es claro: "La responsabilidad recae en haber tenido la taberna abierta desde entonces, porque aquí se ha cerrado la taberna solo en la pandemia y en los meses de verano. Han pasado las guerras y aquí se ha mantenido abierto, han pasado muchas desgracias y se ha mantenido abierta. Demostrar que durante estos 75 años sigue abierta, manteniendo el patrimonio, es la responsabilidad".
Las anécdotas más importante que duermen bajo estas paredes son las que te cuenta el público, reconoce el gerente, que con sorna recuerda que "hay veces que en una mesa de cuatro quieren sentarse 18". Con todo, entre los detalles que más enorgullecen a Serrano es el hecho de que "a personas que han desaparecido de nuestra vida, a título póstumo le hemos dado un rincón dentro de la taberna", como son los casos, recuerda, de José Luis Villegas o a Juan Carlos Limia.
Sobre la profesión del tabernero, Serrano señala que el único ingrediente que no puede faltar en la cocina es "la ilusión, todos los días que se abre, hasta que se cierra". Desde su perspectiva más personal, destaca "el orgullo de pertenecer a un círculo muy cerrado", pues "por cincunstancias llevo aqui 17 años trabajando, la gente viene y nos están felicitando". "Posiblemente, el día que nos den la placa hagamos un acto para homenajear al cliente que ha mantenido la taberna abierta", sentencia. Porque si algo tiene claro, es que sin ellos, no hubiera sido posible tener tantos años, tanta historia y tantas anécdotas que contar.
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