Los sultanes de la cerveza toman el mercado
La marca cordobesa Califa aspira a ser un icono en España y ya está entre los diez primeros fabricantes de bebidas artesenales
Cuando la empresa de Alejandro Díaz le notificó su traslado al País Vasco, este informático de banca comprendió que era el momento de poner en marcha su sueño: crear una marca de cervezas que pudiera llegar algún día a convertirse en un referente a nivel nacional al igual que otras marcas en Andalucía. De este modo, un 11 de abril de 2013 nació la marca de bebidas Califa, un proyecto que Alejandro inició junto a su amigo y socio en este negocio Rafael Serrano, que en aquel entonces vio como su negocio de productos eléctricos entraba en decadencia. Así, estos amantes de la cerveza hacían de su sueño una herramienta con la que ganarse la vida y abrían su primera fábrica en la calle Juan Valera.
Recientemente, cervezas Califa ha inaugurado un nuevo local en la zona del Vial, donde se ha incrementado el número de alambiques para la producción de esta bebida. Con esta ampliación se espera poder alcanzar los 1.600 litros diarios, más del doble de lo que se fabricaba hasta ahora en el taller de la calle Juan Valera, con una producción de 600 litros en cada jornada.
"Quisimos montar este proyecto como auto empleo, no como otra cosa", recuerda el antiguo informático de banca, quien entre risas comenta que la idea "se nos ha ido de las manos". Un proyecto que comenzó con la intención de convertir en negocio una afición y que a día de hoy se trata de una de las marcas de bebidas artesanales más demandadas en Córdoba. "De ser un hobby a poder vivir de ello es un paso que nunca imaginé", comenta Díaz.
Sin embargo el incremento de la clientela que acudía a su negocio y demandaba su cerveza les hizo valorar dar un nuevo rumbo a su negocio y encaminarlo hacia el mundo de la hostelería. Díaz recuerda que principalmente los consumidores en los inicios estaba compuesta por turistas, especialmente extranjeros, ya que fuera de España el mercado de la cerveza artesanal tiene un recorrido más largo. Sin embargo, el público cordobés sintió cierto rechazo en los primeros momentos por esta bebida desconocida para ellos y optaba por otras marcas más populares en Andalucía.
El local de la calle Juan Valera puso un par de grifos, abrió una pequeña cocina y comenzó a servir Califa a un público que iba en aumento y entre la que cada vez más se podía ver a clientes locales que descubrían una bebida que satisfacía sus gustos y que era fabricada en su misma ciudad. "Nos convertimos en un negocio de hostelería sin darnos cuenta", explica Díaz el paso que dio su negocio entonces y que ha seguido hasta la fecha con la apertura de un segundo local, donde se sirve la cerveza directamente desde el grifo. El toque personal del negocio hace que incluso sean ellos mismos quienes distribuyan la bebida, un aspecto que también ha ayudado al despegue del negocio, pues les ha supuesto un importante ahorro de costes. "Todo esto es muy personal: nosotros hacemos la cerveza, la servimos e incluso la distribuimos", apunta el responsable de la firma.
Tras la barra de su nuevo local en el Vial, el empresario explica que el secreto para llegar hasta aquí ha sido mucha simpatía y cercanía con el público, ya que las personas que acuden a tomarse una cerveza pueden ver frente a ellos el taller donde se fabrica lo que bebe. Díaz también resalta lo importante que ha sido que los cordobeses sientan que tienen una bebida propia y de referencia en el mercado nacional. Califa ya está presente en muchos mercados fuera de Córdoba, especialmente en País Vasco y Cataluña, donde parece que esta cerveza se ha hecho un hueco entre otras marcas.
El antiguo informático de banca también resalta la importancia de hacer un buen producto y lo necesario que resulta situar la marca con una buena imagen, ya que hay que "cuidar lo que se ofrece al público". "Hay mucho cervecero artesano que ha fracasado por no dedicar tiempo a saber qué le estaba ofreciendo al público", apunta Díaz sobre el riesgo que puede suponer el descuidar la marca.
A día de hoy Califa ofrece al público cinco variedades de cerveza: la Rubia con un sabor limpio y seco con toques cítricos, la Morenacon notas de caramelo, la Sultana con un ligero sabor a café, la Trigo Limpiola más refrescante de todas y la IPA, que se inspira en las bebidas indias. "Esto es como las lentejas, a cada uno les gusta unas y hay que saber cómo preparárselas", apunta Díaz. En cuanto a la receta de su producto, el empresario reconoce que es una fórmula que "no tiene mucho pero que hay que saber hacerla bien". De hecho, esta marca ofrece en su web los ingredientes que contienen todos los tipos de bebidas que ofertan.
El plan de Díaz ahora es convertirse en distribuidor de cerveza a nivel nacional, para lo que tiene en mente instalarse en una superficie más grande como una nave industrial y así poder facturar un volumen mayor y convertir a Califa en el referente de Córdoba en este mercado.
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