La fácil solución a la hiperhidrosis, la enfermedad del sudor intenso que condiciona la vida
Sanidad
Un cirujano torácico del Hospital Cruz Roja explica el origen y cómo curar esta molesta patología que interfiere en el ámbito social y laboral de quien la padece
Una sudoración tan intensa que causa angustia, perturba la rutina diaria e incluso provoca vergüenza; esa es la hiperhidrosis, una enfermedad que interfiere en el ámbito social y laboral de quien la padece. No se da en verano, sino que está presente durante todo el año porque el origen está en una alteración del nervio simpático y los síntomas pueden aparecer desde el nacimiento.
Normalmente afecta a las plantas de las manos, de los pies y a las axilas, aunque puede darse también en la cara. "Desde la infancia, incluso desde que son lactantes, sus padres notan que tienen las palmas empapadas", explica el cirujano torácico del Hospital Cruz Roja Javier González.
Esta patología, que en los últimos meses se ha hecho más conocida por la visibilidad que le ha dado el cómico y presentador David Broncano, condiciona la vida del que la padece. Sin embargo, tiene una fácil solución ya que se puede corregir con una operación rápida y "bastante segura".
El doctor González señala que, cuando son niños y adolescentes, estas personas incluso tienen problemas académicos porque "no pueden casi ni coger apuntes o tocar los libros porque la tinta se difumina por el sudor". Aparte, a nivel personal les afecta a la hora de relacionarse y jugar con sus compañeros hasta el punto de que "sienten vergüenza por su enfermedad".
La demanda de la operación para atajar la hiperhidrosis suele llegar con la incorporación al mundo laboral, sobre todo en determinadas profesiones porque "no pueden hacer prácticamente nada" y les cuesta relacionarse con sus amigos, clientes o compañeros.
El cirujano del Hospital Cruz Roja señala que la gran mayoría de los pacientes que acuden a este centro sanitario "se quieren operar porque van a empezar algún trabajo que requiere de actividad manual o directamente su vida está bastante afectada por esto".
El perfil del paciente que llega a la consulta de Cruz Roja es el de una persona entre 18 y 25 años que, aunque tiene esta enfermedad desde su nacimiento, está en un momento fundamental de su vida a nivel personal y profesional y decide dar el paso adelante para solucionar el problema. Respecto a los sexos, no hay una tendencia clara y afecta por igual a hombres y mujeres. En un porcentaje alto, en torno al 60%, suele haber antecedentes familiares, según el cirujano.
El doctor González puntualiza que "en agosto, en una ciudad como Córdoba es normal que sude la axila, pero esta enfermedad no tiene nada que ver con eso, es algo patológico". "El olor, sin embargo, no llega a ser la gran molestia, pero mientras más sudor haya, peor será el olor", apunta. Tal es la cantidad de sudoración que incluso pueden llegar a empapar su ropa.
Esta patología está producida por un fallo del sistema nervioso simpático que origina que el organismo produzca más sudor del que necesita para regular la temperatura corporal. En concreto, el nervio simpático es el que inerva (transmite estímulos) todas las glándulas del cuerpo y las estimula para que produzcan sudor, pero estas lo hacen de forma excesiva.
El citado nervio discurre por el interior del tórax, entre las costillas y la columna vertebral, por eso son los cirujanos torácicos los encargados de esta intervención. La operación consiste en abordar el nervio haciendo un pequeño corte en dos zonas concretas de la columna. De esta forma, cortan la vía por la que el nervio llega a las glándulas de la mano, la axila y la planta del pie.
Esta es una cirugía "bastante segura" por varios motivos. En primer lugar, según apunta el doctor González, los pacientes son jóvenes y sin patologías. En segundo, la duración es de media hora como máximo y, por último, en más del 90% de los casos se llega a la curación de la sudoración excesiva. "Las complicaciones en esta intervención son algo excepcional"; de hecho, la recuperación es muy rápida: en torno a seis horas después, el paciente se puede ir a casa.
El cambio es "radical" porque desde que se corta el nervio, las manos, las plantas de los pies y las axilas dejan de sudar. Los pacientes quedan "muy contentos" porque además "no lo hacen por capricho, es por necesidad ya que mejoran su calidad de vida en todos los ámbitos".
Este tipo de intervención, la simpatectomía bilateral torácica, se realiza desde hace años, "pero como todo en la cirugía, ha avanzado". Antes eran operaciones "mucho más agresivas, más largas y con un posoperatorio peor", y ahora se hace a través de una incisión en las dos axilas de menos de un centímetro, por la que se introduce una cámara con un utensilio para seccionar (toracoscopia). "Es rápido, estético y poco doloroso", asegura el doctor.
Esta es una intervención "bastante demandada" y normalmente los afectados llegan derivados del dermatólogo ya que suelen creer que lo que tienen está relacionado con la piel. "Es verdad que hay una serie de fármacos que se prescriben para esta patología, pero suelen tener mal resultado", apunta. Por eso, al final todos acaban en el cirujano torácico.
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