Balance sanitario

Diez semanas sin restricciones por coronavirus en Córdoba: una explosión que siembra inquietud

  • Los contagios se han disparado en los últimos días, pero las muertes continúan frenadas por efecto de la vacuna, que ralentiza también la subida de la presión hospitalaria

Varias personas caminan por el Balcón del Guadalquivir.

Varias personas caminan por el Balcón del Guadalquivir. / Juan Ayala

La provincia de Córdoba acumula diez semanas sin ningún tipo de restricciones, más allá del ya instaurado uso de las mascarillas que ha traído, tal vez para quedarse, la pandemia del coronavirus. El pasado 7 de octubre, el Área Sanitaria Sur se unió a los otros tres distritos provinciales –Córdoba, Guadalquivir y Norte– que ya llevaban siete días sin limitaciones de aforos ni horarios, dando paso a la llamada nueva normalidad que, realmente, ha resultado ser muy parecida a la anterior. ¿El gran cambio? Tener que convivir, de una u otra forma, con el virus SARS-CoV-2, que continúa latente, hasta el punto de que el próximo miércoles el Gobierno central ya ha convocado a los presidentes autonómicos para evaluar la situación actual y, quizás, recuperar algunas medidas disuasorias.

Pero, ¿en qué momento está la crisis sanitaria? En Córdoba, como en Andalucía y España, la última semana ha dejado una explosión de contagios, con reflejo directo en la tasa, los casos activos y, lo que empieza a ser algo más preocupante, la presión asistencial. Porque este último aspecto es ahora mismo el más importante en cualquier tipo de análisis, en el que entra en escena el factor diferencial instaurado hace apenas un año: la vacunación, cuyos efectos quedan patentes en el frenazo de los fallecimientos, la aparición mayoritaria de asintomáticos y la menor gravedad de la afectación que reduce la estancia en los centros hospitalarios.

Y precisamente, mirar cómo están los hospitales lanza una señal: la situación no es tan grave en esta sexta ola como lo fue en las anteriores. ¿Significa eso que no pasa nada? Todo lo contrario. Porque hay que tener en cuenta la aparición de la variante ómicrom, que aún no es la mayoritaria en España ni mucho menos en el Sur, y la incertidumbre que eso conlleva; y un punto fundamental que, tal vez, se ha echado en falta en otros momentos de la pandemia: la capacidad de anticipar. Parece clara que la explosión de la última semana –seguro que tendrá continuidad– puede estar ligada al puente de la Constitución, y ahora con la Navidad a la vuelta la esquina, con las habituales reuniones, el horizonte que se dibuja para cerrar 2021 y dar la bienvenida al nuevo año no es el mejor para experimentar.

Con todo, en las diez semanas sin restricciones, la presión asistencial se ha triplicado en Córdoba. Aquel ahora lejano 7 de octubre, había 21 personas ingresadas, de las que ocho estaban en el área de críticos; a día de hoy, según los últimos datos aportados por la consejería de Salud y Familias –hasta este lunes no se actualizarán–, son 72 los pacientes por covid, 18 de ellos en la Unidad de Cuidados Intensivos. Un salto cuantitativo que es mayor si se atiende a lo ocurrido ya avanzado octubre, con las cifras de ingresados en torno a la media decena y las UCI prácticamente liberadas de enfermos.

Y vista en perspectiva, la situación es aún más o menos llevadera. Baste algún dato: en los primeros días de febrero llegó a haber más de 450 cordobeses hospitalizados, con alrededor de un centenar muy graves, lo que obligó a Salud a disponer planes asistenciales especiales para dar la cobertura necesaria porque la mayoría de pacientes críticos eran debido a consecuencias del virus SARS-CoV-2. Cierto es que entonces el plan de inmunización aún estaba en sus primeros pasos, por lo que mejor mirar a lo ocurrido en el verano, ya con un amplísimo porcentaje de la población con la pauta completa o, al menos, una dosis. Y ahí, las cifras son muy similares, con en torno a 65 hospitalizados y una quincena en UCI. Otro dato más: en la actualidad, y según la información de El Confidencial en virtud a datos facilitados por el Ministerio de Sanidad, de las 163 camas UCI que hay en Córdoba, hay ocupadas algo más del 35%, de las que apenas el 11% es por coronavirus. Por comparar, en esos días de febrero, los peores de la tercera ola, llegó a haber ocupadas tres de cada cinco camas de críticos, de las que el 75% eran por covid-19.

Al margen de la presión asistencial, estos dos meses y medio sin restricciones sí han tenido reflejo en otros parámetros de la pandemia, con datos mucho peores, sobre todo a raíz de lo ocurrido en la última semana, con una explosión que ha recordado a otras fases de la crisis. Lo primero en cuanto a los contagios, con más de 2.500 en los últimos días de los casi 6.000 (5.994) acumulados desde el 7 de octubre. Los 632 del viernes son el tope desde el 13 de julio, en el corazón de la quinta ola, y se meten de lleno en el top 10 de la crisis sanitaria. Aunque la mayoría, como ha quedado patente, son asintomáticos, ese aumento ha tenido influencia en la situación en los centros hospitalarios.

Los ingresados se han triplicado, pero la cifra queda muy lejos de las que dejaron otras olas anteriores

También en el subidón de las personas con capacidad para la transmisión del virus. Porque si bien las altas médicas han ido creciendo a buen ritmo –2.666 en estas diez semanas–, no pueden aguantar la comparativa con las infecciones. Así, en este tiempo, los casos activos se han multiplicado por siete, pasando de 529 –el número llegó a ser más bajo ya avanzado octubre– a casi 4.000 (3.838). Una escalada que, afortunadamente, choca con el frenazo que han sufrido los fallecimientos, sin duda la peor cara de una pandemia que ha dejado ya 1.100 muertes en Córdoba, pero apenas 19 en estos dos meses y medio. De hecho, esta explosión de positivos de la última semana no ha traído ningún deceso, siendo el comunicado más reciente por Salud el 11 de diciembre.

Por último, y dado que está íntimamente ligada a los positivos, también ha sufrido un incremento sobresaliente la incidencia del covid, lo que ya provocó el pasado viernes que la provincia retrocediese al completo al nivel 1 de alerta, aunque sin restricciones. Por poner en situación, aquel 7 de octubre, Córdoba tenía en su conjunto una tasa de 22,3 casos por cada 100.000 habitantes, por los 373,5 comunicados por el Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía (IECA) el pasado viernes, en su última actualización. Por distritos, la situación es lógicamente similar: la capital anota ahora 535,2 casos, por los 26,1 de entonces, situándose en riesgo muy alto; el Área Sanitaria Norte llega a 309,6 (13,3) y queda en riesgo alto; el Guadalquivir marca 278,2 (18,6), y la Zona Sur contabiliza 231,1 (21,1), quedándose ambas en riesgo medio.

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