Los Secretos sí que saben triunfar en Córdoba
La banda madrileña ofrece un concierto repleto de muchos de sus grandes éxitos en una Sala Impala repleta ante un público muy entregado
Álvaro Urquijo (Los Secretos): "Nunca pretendimos hacer canciones para triunfar y mucho menos aún para ganar dinero”

Córdoba/En la Sala Impala no cabe ni un alfiler. Los Secretos lo han vuelto a hacer. Han vuelto a colgar el cartel de sold out en otros de sus conciertos en Córdoba. Han vuelto a demostrar que su música trasciende generaciones al congregar a público de todas las edades. "Mi generación también sueña a vuestro lado", reza una pancarta sujetada por unos jóvenes con el fondo de una de las dos caras del disco Dos caras distintas, LP que vio la luz en 1995.
Un público en el que alguien comenta con quien tiene al lado que vivió aquel concierto del 9 de febrero de 1980 con el que nació la Movida Madrileña. Que estuvo en aquel histórico recital organizado en el salón de actos de la Escuela de Caminos de la Universidad Politécnica de Madrid como homenaje a Canito (José Enrique Cano) tras su fallecimiento en un accidente de tráfico. Canito era batería y cantante de Tos, grupo que también estaba integrado por los hermanos Javier, Enrique y Álvaro Urquijo y que fue el germen de Los Secretos.
La música de fondo previa el concierto deja de sonar en la Sala Impala. Álvaro Urquijo (voz y guitarras), Ramón Arroyo (guitarras), Jesús Redondo (teclados), Juanjo Ramos (bajo), Santi Hernández (batería) y Txetxu Altube (guitarras) aparecen en el escenario. Comienzan a interpretar a capela, con Álvaro como voz cantante, aquel ya clásico tema del repertorio de Los Secretos que aparecía como inédito en aquel LP de Grandes Éxitos que publicaron en 1996, todavía con el desaparecido Enrique Urquijo como líder de la banda.
Agárrate fuerte a mí María, agárrate fuerte a mí / Que esta noche es la más fría y no consigo dormir / Agárrate fuerte a mí María, agárrate fuerte a mí / que tengo miedo y no tengo donde ir. Sí, suena a capela el estribillo de una de las canciones que Enrique le compuso a su hija María para introducir ese tema que es un as en la manga a la hora de comenzar ganándose la entrega del público.
Un público que va a vivir un concierto repleto de clásicos de la banda, con un repertorio que abarca sus 45 años de historia. Tras Agárrate a mí, María, es el turno de Dos caras distintas, y tras esta canción, del LP de mismo nombre, suenan el clasicazo entre los clasicazos, un clasicazo con sabor a ranchera Por la calle del olvido y Mi paraíso, tema del último álbum de igual nombre publicado por la banda; salió en 2019.
De algo antes es Desapareces, incluida en el LP En este mundo raro (2011) que da paso a una gran versión, la versión de aquel gran tema que popularizó hace décadas Albert Hammond titulado Échame a mí la culpa. El público vibra, lo hizo desde el principio con esa puesta en escena y el sonido de un grupo profesional como la copa de un pino; un público que acompaña cada uno de los temas cantándolos o coreándolos.
Tras Cambio de planes es el turno de No me imagino, una canción incluida en el álbum Algo más, de 1983, que Álvaro introduce recordando que fue el motivo de que los echaran entonces de Polydor porque a la compañía discográfica no le cuadraba ese tema de aroma totalmente country en una época en la que triunfaban los grupos tecno como Vídeo u Olé-Ole.
El set list ahora dicta que interpreten Qué solo estás antes de que Álvaro presente un nuevo tema, una canción que formará parte "de nuestro nuevo disco, que no sé cuando lo terminaremos y publicaremos", informa al respetable, que escucha casi en silencio, por eso de que no la conoce, En contra dirección.
"Vamos a interpretar 12 canciones que son inevitables de incluir en todos los conciertos de Los Secretos", refiere durante el recital Álvaro. Entre esos clásicos inevitables figuran los que vienen a continuación, Buena chica y Quiero beber hasta perder el control, canciones que vuelven a levantar al público.
El concierto continúa con una espléndida Trenes perdidos, tras la que Álvaro hace una pausa para explicar la historia de la que viene a continuación, "aquella canción de la que mi hermano Enrique y Joaquín Sabina escribieron la primera estrofa y luego cada uno la acabó por su lado". Esa canción es Ojos de gata y la de Sabina, Y nos dieron las diez.
Tras Ojos de gata, Álvaro presenta "una canción que en su año de producción, en 1995, no tuvo éxito, no sonó en la radio, el disco en el que iba incluida, Dos caras distintas, no se vendió mucho. Pasó casi desapercibida y 30 años después se ha convertido en nuestro número 1 en todas las plataformas sin necesidad de ser banda sonora de una popular serie de Netflix". Se trata de Pero a tu lado, otro de los temas que Enrique le compuso a su hija María.
Tras Pero a tu lado suenan Otra tarde, Te he echado de menos, Por el bulevar de los sueños rotos (con recuerdo previo de Álvaro a que fue compuesta con Sabina) y Ojos de perdida. Para los bises quedan Aunque tú no lo sepas, ese ya clásico tema compuesto por Quique Martín y que Enrique llevaba en el repertorio del que fuera su grupo alternativo, Los Problemas; y tres canciones que formaran parte del primer disco homónimo del grupo publicado en 1981. Por este orden, Sobre un vidrio mojado, Niño mimado y la mítica Déjame, canción con la que la banda madril eña se despide de Córdoba con un "hasta luego" en otra noche triunfal. Lo han vuelto a hacer. Los Secretos sí que saben triunfar en Córdoba.
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