Navidad

El tradicional roscón de Reyes vence a la pandemia en Córdoba

Repostero elabora varios roscones de Reyes.

Repostero elabora varios roscones de Reyes. / Salas

Las fiestas de Navidad llegan a su recta final y todavía queda una fecha muy especial por celebrar, el día de Reyes. Sobre la mesa, habrá un nuevo manjar con la última remesa de calorías de estas fechas, el indispensable roscón de Reyes.

Un año más, Córdoba no falla a la tradición y, pese a la pandemia, las múltiples y variadas pastelerías de la ciudad ofrecen los mejores roscones de reyes artesanales. Son muchos los negocios que durante años se han convertido en fijos en las comidas del día de Reyes. Uno de los más populares, la pastelería Roldán, lleva 35 años vendiendo este bollo navideño a los cordobeses desde que abrió el primer negocio en 1985.

La empresa vende todos los años “en torno a 12.000 y 14.000 roscones”, como confirma Mari Carmen, encargada del Roldán de la calle José María Martorell. Y es que este dulce es sin duda el protagonista en estas fechas pese a la gran variedad de pasteles que existen.  Desde el roscón relleno de nata, crema o trufa, hasta la masa sin relleno o los roscones adaptados a los celíacos que no tienen gluten. Pero, sin duda, “el producto estrella de la pastelería Roldán es la nata, que es la causante de que los roscones sean especiales por su textura, aparte de la masa, cuya receta tradicional es secreto profesional del maestro pastelero Francisco Roldán”, explica la encargada.

Roscones de Reyes preparados para la venta. Roscones de Reyes preparados para la venta.

Roscones de Reyes preparados para la venta. / Salas

Otro negocio que ha acompañado durante años a la tradicional venta de roscones de Navidad en Córdoba es la pastelería El Portillo, en la barriada de El Higuerón. Desde 1945, este negocio familiar es conocido por vender estos dulces tan populares. Jesús Herrerías, uno de los dueños del negocio, explica que la clave de estos roscones está en la esponjosidad de su masa, pues ya los vendían en grandes cantidades cuando hace décadas no se rellenaban de “nata, crema u otros sabores”.

Los ingredientes, además, son sencillos: huevos, harina, azúcar, mantequilla, aceite de oliva, agua de azahar, zumo de limón y de naranja. Todos cotidianos en repostería, salvo el ingrediente especial, que “no se puede desvelar porque es lo que caracteriza a los roscones de este negocio familiar”, aclara Jesús Herrerías.

En la avenida de la Arruzafa, la pastelería El Brillante es conocida por “hacer la vida más dulce a los cordobeses” desde 1934, como el propio eslogan del negocio indica. Este obrador, además de los tradicionales roscones de reyes de nata, merengue, crema o chocolate, destaca por los roscones de cabello de ángel conocidos por el éxito del típico pastel cordobés de esta pastelería.

En el barrio de Ciudad Jardín, la pastelería Cañadú Artesanos lleva 18 años vendiendo roscones de Reyes. Antonio Robles, propietario del negocio, explica que “el toque que hace especial el roscón de Cañadú es cuidar mucho la elaboración marcando bien las pautas”. Esta técnica es la causante de que todos los años vendan más de 400 roscones y que esta Navidad, pese a la pandemia, su dueño espere “que las ventas no decaigan”.

Entrega de un roscón de Reyes en la pastelería Cañadú Entrega de un roscón de Reyes en la pastelería Cañadú

Entrega de un roscón de Reyes en la pastelería Cañadú / Salas

Precisamente ese es uno de los grandes peligros de este comienzo de 2021 golpeado por el covid-19. La crisis no solo afecta al bolsillo de los cordobeses, sino que las familias tienen limitadas las reuniones para poder celebrar las fiestas navideñas. “Posiblemente la venta disminuya levemente, aunque nosotros nos hemos adaptado haciendo un tamaño de roscón más pequeño para que las reuniones de este año, que serán de menos personas, tengan esta opción”, añade Mari Carmen, encargada de la pastelería Roldán de Poniente.

En el caso del Portillo, vende unos 2.000 roscones de Reyes y este año, “si los clientes habituales no fallan”, el número de ventas va a continuar en esa cifra como prevé uno de sus dueños. Sin embargo, “está previsto que las ventas disminuyan un poco en todo el sector”, según el administrador de la pastelería El Brillante, que todos los años vende entre 1.500 y 2.000 roscones.

Pese a que no es una Navidad tan ilusionante como acostumbra, los regalos dentro del roscón seguirán sorprendiendo a más de uno. La pastelería Roldán trae juguetes de burros y perros de dibujos animados como sorpresa para los niños además de las típicas figuritas en el interior, mientras que otros más tradicionales como la pastelería Cañadú, añadirán chapas de unicornios y muñecos de Star Wars para los más pequeños.

La sorpresa más destacable, sin duda, la ofrece la pastelería San Rafael, en la calle Cardenal Portocarrero. Esta confitería fundada en 1920, esconde entre los aproximadamente 2.000 roscones de reyes que fabrica cuatro anillos de oro y varias piedras preciosas.

Está siendo una Navidad confusa y poco habitual, pero, pese a la situación desconcertante, la tradición del roscón de Reyes permanece y los cordobeses se resisten a perdérsela. Eso sí, con el objetivo de evitar la haba de su interior que “al que le toque paga”.

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