Roberto Manuel Peluqueros: herencia, artesanía y cambios desde hace casi 50 años

Comercios con historia

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El equipo de Roberto Manuel peluqueros

Roberto Manuel Peluqueros (calle El Nogal, número 16) es un comercio que lleva casi 50 años atendiendo a su clientela y creciendo de la mano de los cambios experimentados por el sector. Hoy, Paqui Romero y Roberto Manuel Pérez suben su persiana cada día con una sonrisa, aunque llevan sobre sus espaldas muchos retos y vivencias que no pasan de moda.

Este negocio comenzó su andadura para seguir la tradición de una gran referente, ya que como cuenta Roberto Manuel, su madre era muy conocida en la ciudad de la Mezquita. “Soy hijo de una gran peluquera, Carmen Marcos, pero yo me formé en Madrid, porque en Córdoba aún no tenían Formación Profesional de peluquería", señala Pérez antes de matizar que "era una escuela solo para hijos de profesionales, la única que había en España de peluquería; me fui en 1973 y volví a Córdoba con 16 años". "Participé en el campeonato nacional de peluquería de juveniles, en Madrid, y más adelante, en el de Córdoba, y ya luego me marché a Las Palmas de Gran Canaria y monté mi peluquería particular", narra el peluquero con añoranza.

"Ahora la peluquería la han integrado, antiguamente no. Ahora hay mucho corte automatizado, y eso con tres meses estudiando... lo más complicado era el corte clásico", apunta en referencia al auge de barberías. También destaca que han vuelto muchos cortes y estilos que parecían olvidados, como las ondas al agua, aunque puntualiza que ahora no se suelen hacer como antiguamente, sino que son una reinterpretación.

Aprender junto a su madre, además de otorgarle una maestría y experiencia, también otorgó a Roberto Manuel la capacidad de crear su comunidad de clientes, que le ha acompañado de manera fiel en su aventura en solitario. "Yo ya tenía la clientela hecha. Mi madre tenía dos salones de peluquería, uno en el Parque Figueroa y otro en El Naranjo, y como yo había trabajo ya con ella...", subraya Pérez, que recuerda que ya entonces tenía sus "adeptos".

Paqui Romero y Roberto Manuel Pérez, en su peluquería. / El Día

El peluquero empezó su andadura a una edad muy temprana, lo que lo ha convertido no sólo en un referente en la ciudad, sino también en maestro de diferentes profesionales. "Roberto Manuel Peluqueros nació en la calle El Almendro, en el año 1977. En el momento que cumplí los 18 me hice autónomo. Me cambié de local, aunque en aquel entonces tenía otra entrada y era sólo para señoras. Pero traspasaron el negocio de al lado, que era una droguería, y me lo quedé, y ahora tenemos esta entrada", explica Pérez en referencia a un salón de unos 95 metros cuadrados en el que han llegado a tener hasta a nueve empleados.

Con tantos años al frente de un negocio como este, de servicios dedicados a la moda o belleza, también ha vivido en primera persona etapas de todos los colores, unas más buenas y otras más malas. "Los años dorados de la peluquería son desde el 1982 hasta los 90, pues en 1993 vino una crisis que luego se repitió en el 2008, después de que un par de años antes fuera estupendamente por el boom de la construcción", señala Paqui.

"En esos tiempos, se llevaba muchísimo el moldeador, la permanente, el pelo rizado", señala la peluquera, que añade que "el moldeador ha tomado un retroceso, aunque el rizo ya no se queda tan bonito; sin embargo, el tinte ha tenido un avance en un pelo largo con mechas y la mayoría de la gente joven no se pone tanto tinte". "La peluquería era mucho más artesana que ahora, era artesanía pura, era un arte, y hoy en día está en que cualquiera puede hacérselo sola en casa", matiza Roberto Manuel.

Respecto a las modas, tanto de hombres como de mujeres, ambos profesionales subrayan que las plataformas también han empujado algunos cambios: "Ahora los chicos llegan para ponerse moldeador, y les queda espectacular, si bien aún no han entrado en el grado de tintes y mechas". "Ahora, siguen mucha moda, antes no había tanta información y los chicos piden mucho de lo que ven en los futbolistas", puntualizan.

Y añaden que entre su clientela joven hay muchos más hombres que mujeres. "Nosotros tenemos un grupo de 16 a 27 años que vienen a hacerse moldeador, luego caballeros que se ponen tinte... Nosotros somos profesionales y queremos que los trabajos queden bien. Tenemos una amplia gama de clientes, algunos de nuestra misma edad", resaltan mientras nombran a algunos de los que conocen desde hace décadas.

"Yo me jubilo en febrero del año que viene, cumplo los 65 años, queremos traspasar la peluquería y encontrar a alguien que siga con un salón que lleva abierto más de 45 años", finaliza Roberto Manuel Pérez, que apunta que "donde no puede uno, se pueden juntar varios, porque aquí tenemos también salón de belleza". Todo sea por dar continuidad a un negocio que lleva casi medio siglo en el corazón del barrio de Santa Rosa.

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