La riada se ceba otra vez con cerca de 300 parcelas desiertas
El Ayuntamiento da por perdidos casi todos los trabajos de limpieza del entorno del aeropuerto, en todo Guadalvalle y en una parte de la zona de La Altea
La crecida del Guadalquivir afectó ayer de nuevo a las 300 mismas viviendas que hace dos semanas y que en el mes de febrero, en lo que parece haberse convertido en un año horrible de las relaciones de la ciudad con el río. En esta ocasión, ya no existen las urgencias ni los planes de emergencias. El Ayuntamiento ya expresa con cierta normalidad que la situación entra dentro del caos de todos los días de la riada. Tres centenares de casas afectadas en la misma zona de siempre, bien es verdad que en menor medida. Guadalvalle es la zona que sale más dañada por los 1.700 metros cúbicos por segundo que lleva el río por la zona de Villafranca más lo que aporta el desembalse de San Rafael de Navallana, 242 metros cúbicos por segundo, así como los distintos afluentes del río que embocan en el cauce principal en el entorno del término municipal de Córdoba.
Las instituciones que están trabajando en la limpieza de las zonas dañadas han ordenado la retirada de las máquinas. En estos momentos, es inviable trabajar en algunas zonas donde no es posible entrar. Buena parte del trabajo realizado hasta el momento se ha perdido debido a la crecida del Guadalquivir que ha vuelto a llenar de agua las zonas por las que han pasado las máquinas enviadas por el Ministerio de Medio Ambiente para ayudar en la normalidad de la zona.
En estos momentos, explicó el edil de Seguridad, José Joaquín Cuadra, el dispositivo de la zona se limita a las patrullas de Policía Loca, fijas o móviles, que trabajan en el entorno del aeropuerto o las barriadas de Encinarejo y El Higuerón. "Sólo podemos esperar", afirma. Efectivamente, el Ayuntamiento asegura que hasta que no bajen las aguas es inviable plantearse cualquier otra cosa que no sea garantizar que las viviendas siguen vacías y que nadie se aventura a una zona de riesgo. Queda, pues, quedarse en manos de que deje de llover y los pantanos acaben el proceso de desembalse, que en estos momentos afecta a la práctica totalidad de los embalses, ubicados aguas arriba y abajo de Córdoba. Según el último parte conocido de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, el pantano de la Breña II, con más 800 hectómetros cúbicos de capacidad, habría desembalsado por primera vez en su corta historia 2,7 hectómetros cúbicos en 24 horas. Se encuentra, oficialmente, a un 80% de su capacidad culminando anticipadamente, año y medio antes de lo previsto, su proceso de llenado.
La predicción meteorológica no es que augure nada bueno, precisamente. Según Aemet, hoy y mañana existen bajas probabilidades de que se produzcan nuevas preciptaciones. Sin embargo, volverá a caer agua desde el sábado hasta el martes, según las previsiones disponibles en la web del organismo público. De momento, está en marcha el plan de emergencias de Córdoba capital aunque la Junta de Andalucía no tiene decretado el programa provincial contra este tipo de catástrofes.
El Ayuntamiento aseguró ayer que, aparte de las zonas más castigadas ubicadas de forma anexa al aeropuerto, se produjeron otro tipo de daños de menor consideración en Fontanar de Quintos o en la barriada de Alcolea, que sufre de forma particularmente grave los problemas de reflujo de un afluente del Guadalquivir cuando el río va particularmente alto. En el caso de Fontanar de Quintos, sí se advirtió a los vecinos que se prepararan para salir de las viviendas. En Alcolea, se trata de casas que ya sufrieron el rigor del agua hace dos semanas por lo que se encuentran vacías.
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