Tercera edad

Las residencias de mayores de Córdoba suman 99 muertes

  • Llegar al centenar suele ser motivo de satisfacción, pero la nueva normalidad lo ha cambiado todo

  • La segunda ola vuelve a llevar a los geriátricos al borde del abismo con una alta tasa de contagios

Un profesional sanitario coge la mano a una persona mayor.

Un profesional sanitario coge la mano a una persona mayor. / Efe

Alcanzar el centenar suele ser motivo de satisfacción, o al menos antes lo era, pero la nueva normalidad lo ha cambiado todo y las residencias de mayores de Córdoba suman 99 muertes a 8 de octubre. La estadística oficial de la Consejería de Salud y Familias sobre la pandemia, un revoltijo de datos y tasas, esconde la verdad incuestionable de que los geriátricos vuelven a asomarse al abismo y están a punto de alcanzar el centenar de vidas perdidas -algo que, probablemente, ya haya sucedido-. A estas alturas, no se espera que ninguna administración vaya a decir nada.

La mayoría de estas 99 personas, con nombres, apellidos y recuerdos, se han ido sin necrológicas y muchos de los fallecimientos, los que ocurrieron durante la primera ola, ni siquiera tuvieron una despedida digna. Las residencias se han llenado de historias desgarradoras, una detrás de cada uno de estos adioses; son demasiadas las personas que se han ido sin dejarse nada sin ver. "Cuando pase todo esto, tendremos que revisar el modelo entero, de arriba a abajo. Las ratios, la estructura de los centros, los deberes y obligaciones de las propias familias, que parecen un tema tabú", expone Rafael Peinado, el portavoz del Círculo Empresarial de Cuidados a Personas (Cecua) o, en otras palabras, la patronal de las residencias de mayores.

El sector está integrado en Córdoba por 87 centros, que disponen de 5.482 plazas asistenciales, según los datos que aporta el Mapa de Servicios Sociales de la Junta. Son instituciones que, desde el mes de marzo, se escrutan con lupa como el eslabón más débil en la cadena de efectos de la crisis sanitaria, social y económica que ha provocado el SARS-CoV-2. Cecua gestiona aproximadamente el 30% de las camas.

La sensación general durante la primera ola fue que algo falló en los centros geriátricos, y en esta segunda la percepción es similar. En Orpea Centro, en Córdoba capital, ha habido esta semana tres nuevos fallecimientos, lo que eleva el total de decesos en esta residencia a cuatro; en la de Santa Eufemia se han notificado dos más, lo que hace un total de cuatro; en El Yate, otros dos, por lo que los fallecimientos aquí suman una decena, y en Orpea Sierra se contabilizan 11.

Desde el inicio de la crisis sanitaria, 619 residentes se han infectado en Córdoba, 60 de ellos en los últimos 14 días, y 332 constan como curados. Las muertes son 99, lo que supone el 53% de las 189 que soporta la provincia desde marzo. La gran diferencia entre este otoño y lo ocurrido en la primera ola es que los hospitales tienen capacidad para atender a los enfermos graves, valora Peinado. Tampoco se puede equipar la barrera preventiva que está suponiendo el hecho de disponer "a la velocidad del rayo" pruebas de detección para los casos sospechosos, lo que permite actuar con prontitud, valora.

Pero las grietas, como es evidente a la luz de la estadística, existen. "Hay que seguir abundando en la coordinación sociosanitaria, porque la Consejería de Salud no está dedicando medidas específicas a las residencias. Las enfermeras que nos atienden asumen muchas otras competencias", advierte el portavoz de Cecua. 

El sector de la asistencia a mayores está integrado en Córdoba por una red muy heterogénea de centros, en su mayoría de pequeño tamaño, sin grandes mastodontes. Son excepción los que superan el centenar de usuarios, con las residencias de Pedroche o del Parque Figueroa, en Córdoba capital, como grandes referentes. Una parte está gestionada por comunidades religiosas, patronatos y fundaciones vinculadas a la Iglesia, herencia de los antiguos hogares parroquiales, como son los casos de Rute, Montilla o Villanueva del Rey, escenario de tragedias en la primera ola; otras han sido impulsadas por los propios ayuntamientos con un doble objetivo -crear empleo y atender a sus ancianos- y el tercer grupo, en los últimos tiempos, responden a la iniciativa privada. En Andalucía, y por extensión en Córdoba, son habituales los conciertos y la colaboración público-privada. 

Si para algo ha servido esta crisis sanitaria, si es que es posible analizar la situación con algo de optimismo, es para abrir un debate sobre el sector. "La pandemia del covid-19 ha planteado un futuro totalmente distinto y habrá que analizar hacia dónde debemos ir cuando se superen todas estas dificultades", dice Peinado. Llegará entonces el momento de analizar "cuáles han sido las medidas de éxito y cuáles no, qué ha funcionado y qué no". "Ese debe ser el futuro y por ahí deben ir las residencias en el siglo XXI", anima a reflexionar.

Mientras llega ese momento, se van implementando pequeñas mejoras para facilitar la vida de los mayores, muchos de los cuales tienen prohibidas las salidas a la calle y las visitas. Así, una gran mayoría de centros ha habilitado recursos tecnológicos para contactar con los familiares y abrir ventanas virtuales. También se está avanzando en los planes de humanización, valora el portavoz de Cecua, quien apunta no obstante que este es otro de los aspectos que hay que mejorar.

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