El conflicto bélico provocado por la invasión de Rusia sobre Ucrania agita, y cada día con mayor virulencia, la economía del mundo. No hasta el punto de ser considerado como el culpable de todo, como ha manifestado recientemente Pedro Sánchez en esa búsqueda continua de contextos que expliquen el ahogamiento financiero del país, pero sí lo suficiente como para marcar las agendas más allá del enfrentamiento militar propiamente dicho. Porque esta guerra silenciosa, como todas, amenaza con provocar -si no lo ha hecho ya- un caos en el orden mundial de magnitud incalculable.

El incremento diario del precio de la luz, la subida incesante de los carburantes, la falta de materias primas... empieza a ser un problema que causa nerviosismo. Sobre todo en sitios como España cuya estructura es más delicada, principalmente tras el golpetazo recibido en los dos últimos años por la pandemia del coronavirus, que ha tenido un rápido y cruento relevo sin dar lugar a respiro alguno. Y así ya hay sectores como el campo o el transporte, más allá de algunas plataformas ciudadanas que echan de menos a los sindicatos, preparando movilizaciones para garantizar en lo posible su futuro.

Una agitación social de la que no está ajena Córdoba, donde el reflejo de la crisis que ha provocado la guerra de Ucrania viene motivada más por efectos colaterales que por relación directa con los dos países protagonistas del conflicto. De hecho, según los datos que maneja la Cámara de Comercio, las operaciones realizadas por las empresas de la provincia -como origen o destino- con el invasor y el invadido han supuesto en el pasado 2021 una aportación ínfima, tanto en términos globales como porcentuales, a la economía cordobesa, dejando en todo caso un saldo positivo.

La balanza comercial entre las exportaciones y las importaciones con Rusia y Ucrania es favorable en casi 10 millones de euros. De ellos, el gigante ruso aporta 5,83, mientras que el país ucraniano se queda en 3,85, para hacer un total de 9,68 millones. Una cantidad que se pierde en el global -apenas representa el 0,86%-, pues en el pasado año la provincia tuvo un saldo positivo de 1.118,3 millones de euros, al finalizar con unas cifras récord de ventas a todos los destinos (2.550,8) y un valor total de compras desde todos los orígenes de 1.432,5 millones.

Pero, ¿cuál es la relación particular de Córdoba con cada uno de los países implicados en la guerra? Empezando por Ucrania, que es quien está sufriendo los ataques indiscriminados de su opresor, las exportaciones desde la provincia durante el pasado año alcanzaron los 6,5 millones de euros, lo que supone el 0,26% del total y sitúa a la república ucraniana en el puesto 39 del ranking de países a los que venden las empresas cordobesas.

Prácticamente la totalidad de las exportaciones, hasta el 95,3%, hacen referencia a cuatro productos, ocupando un papel destacado dos que tienen su origen en el campo: las semillas oleaginosas, que se van a un valor de 3 millones, y las aceitunas, que ascienden a los 1,5; además, también es reseñable la aportación a la balanza comercial del frío industrial (0,87) y los productos cárnicos (0,76).

El campo tira de las exportaciones

Para alcanzar ese saldo positivo al cierre de 2021 de 3,85 millones de euros, hay que restar a las ventas lo que suponen las importaciones, que en este caso se quedaron en 2,66 millones. Al igual que en el apartado anterior, Ucrania se sitúa en el puesto 39 del ranking, si bien ahora su influencia solo es del 0,19%. Los dos productos de más valor adquiridos son maquinaria (1,2) y manufacturas de vidrio (0,85), si bien hay que puntualizar que en el registro no tienen cabida otros consumidos en la provincia, pero que entran por otras, como el aceite de Mercadona, que entra por Valencia).

En cuanto a Rusia, las relaciones comerciales son ligeramente más importantes, de ahí que arrojen un balance positivo de 5,83 millones. Para llegar a esa cifra, hay que matizar que las exportaciones totales durante 2021 desde la provincia cordobesa con el gigante del Este de Europa alcanzaron un valor de 7,5 millones, compensados ligeramente por los solo 1,65 que arrojaron las importaciones.

En el apartado de transacciones de mercancías al extranjero, éstas suponen el 0,29% del total, lo que deja a la nación más grande del mundo en el puesto 37 del ranking de países a los que exportan las compañías de Córdoba. Al igual que ocurre con Ucrania, apenas cuatro productos, y de nuevo con la agricultura como motor, concentran el 95,4% del total: aceitunas (3,6 millones), aceite de oliva (2), maquinaria y frío industrial (0,8) y semillas oleaginosas (0,7).

Para completar el balance, las compras dejan a Rusia en el puesto 52 del ranking, pues la aportación solo llega al 0,11% del total. Los dos productos más demandados desde la provincia son la madera y sus manufacturas (0,7 millones) y fundición, hierro y acero (0,6). Como en el caso ya referido con el participante indirecto del conflicto bélico iniciado por Vladimir Putin, hay que destacar que en los datos que maneja la Cámara de Comercio de Córdoba no hay lugar para otros bienes que entran a la provincia por otros lugares, caso del petróleo, que se importa desde los polos químicos.