Queso fresco, yogures, rúcula, ratas y pollitos: el menú de los animales del Zoo de Córdoba

Medio Ambiente

El presupuesto de la alimentación para los ejemplares del recinto hasta 2027 se eleva a los 691.196 euros

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Un leopardo come un helado de sangre en el Zoo de Córdoba. / Salas / Efe

Desde luego, los animales que viven en el Centro de Conservación Zoo Córdoba tienen una alimentación de lo más saludable. Queso fresco, yogures naturales sin azúcar o rúcula forman parte de su menú diario, al que también se incorpora ratas y pollitos de un día de vida. Así queda constancia en la memoria justificativa para la contratación del suministro alimenticio para los animales del centro y que la última junta de gobierno local del Ayuntamiento de Córdoba aprobó por valor de casi 700.000 euros para los dos próximos años.

Dividido en siete lotes, es el primero, el correspondiente a las carnes, el que tiene mayor presupuesto, al cifrarse en 198.954 euros para los dos próximos años. Dentro de este lote, se incluyen, según los cálculos de consumo anual, hasta seis toneladas y media de carne bovina -a 8,5 euros el kilo-, 600 kilos de corazón de ternera; 60 de patas de ovino y caprino; 850 kilos de conejo fresco; 2.500 kilos de conejo congelado; 6.500 kilos de pollo; y 700 kilos de codorniz.

El segundo lote es el correspondiente al pescado congelado, aunque también se incluyen otro de los alimentos de los animales del zoo, y con un coste bianual de 44.526 euros. Entre otros productos, aparecen 1.200 kilos de pescado embalado; 650 kilos de truchas; 150 kilos de ratas medianas de entre 100 y 250 gramos de peso; 170 kilos de ratones adultos de 25 gramos de peso; una tonelada de pollitos de un día; 60 kilos de conejos de presa piel; 25 kilos de insectos, como gusanos o tenebrio; y 15 kilos de grillos congelados.

9,1 toneladas de manzanas

Las frutas, hortalizas y verduras también están presentes en el menú de los más de 500 ejemplares que viven en el zoo de Córdoba y que pertenecen a más de 100 especies diferentes entre de mamíferos, aves y reptiles. Pues bien, el presupuesto bianual que tiene su alimentación en este caso aparece recogido en el tercer lote y su presupuesto asciende a los 227.716 euros.

Unos lemures comen un helado de frutas en el Zoo de Córdoba. / Salas / Efe

La oferta es muy variada tanto de verduras como de frutas. En el caso de las primeras, está previsto el consumo anual de 6.240 kilos de acelgas; 1.300 kilos de patio, 200 unidades de cien gramos cada una de rúcula, más de 2.000 kilos de pepinos o 19,5 toneladas de zanahorias, entre otras.

En el caso de las frutas, se incluyen 2,6 toneladas de sandías anuales, la misma cantidad de peras, 9,1 toneladas de manzanas, 5,2 toneladas de melón o algo más de cuatro toneladas de plátanos.

El cuarto lote de alimentos, por su parte, corresponde a productos de granos, cereales y forrajes y su coste se eleva a los 90.840 euros bianuales. La partida más elevada es la correspondiente al maíz, con un consumo anual de ocho toneladas, seguido de las 4,5 toneladas de maíz y las 2,5 de avena. Alfalfa, heno, paja o forraje raygrass también están incluidos en la alimentación diaria de los animales del zoo cordobés.

El pienso de ganadería extensiva es el correspondiente al quinto lote, valorado en más de 47.000 euros, mientras que el sexto lote recoge piensos específicos y alimentos preparados para animales de granja y otros animales, como los peces. Su coste bianual es de 59.495 euros. Dentro de este apartado, entre otros, aparecen productos como pienso para tortugas terrestres y acuáticas y también para ratas, ratones, cobayas y para primates, además de para patos.

El séptimo y último lote, por su parte, agrupa alimentos domésticos varios, como yogur natural sin azúcar -7.500 unidades- aceite de oliva, huevos -600 unidades-, queso, gelatina, crema de verduras, frutos secos como almendras, avellanas o nueces, pasta o miel, y su presupuesto bianual se eleva a los 22.488 euros.

Desde 1968

Entrada principal al Zoo de Córdoba. / Juan Ayala

El zoo de Córdoba abrió sus puertas a principios del año 1968, aunque no se inauguró de manera oficial hasta el 15 de mayo de 1968, haciéndolo coincidir con el I Congreso de la Unión Ibérica de Zoos, que se celebró en Córdoba en esas fechas.

En un principio, la instalación se ubicó en la parte baja del Parque Cruz Conde, con una superficie de unos 8.000 metros cuadrados y con apenas unos cuantos ejemplares, la mayor parte donados por Juan Barasona, hecho que provocó que el parque tuviese en sus primeros momentos el nombre de su benefactor.

A lo largo de su historia, la participación de la ciudadanía cordobesa con su zoo ha sido constante y, buena prueba de ello fue la puesta en marcha de una encuesta voluntaria para la compra de un ejemplar de elefante. Así llegó Flavia, con apenas cinco años. El paquidermo se convirtió en el símbolo del parque, donde vivió sola durante más de cuatro décadas, al morir en marzo de 2019.

A lo largo de su existencia, el recinto ha pasado por diferentes etapas, incluido la de quedar desfasado por las nuevas normativas. En todos estos años, ha registrado remodelaciones hasta que a principios del año 2000 se realizó la gran reforma para adaptarse a la nueva ley de zoológicos, aprobada en octubre del 2003.

No fue hasta el 4 de junio de 2006 cuando terminó una de las intervenciones más largas que ha vivido el Zoo de Córdoba. No en vano, el parque estuvo siete años cerrados mientras se llevaban a cabo sus obras de modernización hasta que abrió sus puertas como Centro de Conservación Zoo de Córdoba con una superficie de cerca de 4,5 hectáreas en la avenida del Linneo.

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