José Antonio Nieto, alcalde de Córdoba

"Mi proyecto aquí es para ocho años, pero si el PP-A me pide ir de candidato iré"

  • El alcalde lamenta la falta de colaboración de la Junta para los proyectos de ciudad y considera que Córdoba podrá generar empleo neto en el próximo mandato municipal.

-¿Se le han hecho largos estos dos años?

-Es curioso, ha habido momentos terribles con horas que se te hacían eternas pero que han pasado rapidísimo. De golpe te das cuenta que estás en el ecuador de tu mandato, con muchas cosas que queríamos hacer ya realizadas o en vías, con otras que ni podíamos pensar que estuvieran en esa situación y con otras que desgraciadamente se encuentran con la absoluta insensibilidad de la Junta de Andalucía, aunque no es algo exclusivo de este momento, insisto. Porque ha ocurrido también en la etapa de IU y PSOE. Todo aquello que requiere de una colaboración con la Junta está en unas dificultades enormes, incluso algunos temas que supondrían un salto de calidad notable para la ciudad y que no tienen un coste elevado, no salen porque la Junta de Andalucía no quiere implicarse con una ciudad como Córdoba, que está en situación de desventaja con otras por razones de que ignoramos. No es normal que hoy haya nueve ciudades en Andalucía con un plan turístico de grandes ciudades y Córdoba no lo tenga. O que la Junta se niegue a implicarse en un proyecto como el centro de convenciones sencillamente porque no quiere. Va a ser el primer caso en Andalucía de una infraestructura de ese tipo que se ponga en marcha sin el apoyo de la Junta. Además, tiene bloqueado el proyecto del metrotren o abandonada la mejora de los grandes viales de su titularidad, como Carlos III, o la Ronda del Marrubial. O, por ejemplo, ver como se resuelve una zona ya urbanizada como es la Cañada Real Soriana, que debería ser una avenida y es un erial. Parece que podemos empezar a desbloquear la situación del río y espero, más por la implicación de Fomento, terminar con la conexión del Puente de Andalucía con la A-4. No tengo ninguna esperanza en que la Junta haga lo que tiene que hacer en la Ronda y tampoco en la ejecución de la Ciudad de la Justicia. Esa es realidad que tenemos.

-El paro es su obsesión desde el principio.

-El paro es nuestra primera preocupación y nuestra primera ocupación. Eso no ha cambiado. Es el objetivo de cualquier administración. El balance de estos dos años es que hemos pasado el momento más duro de la crisis y en el caso de Córdoba había una hemorragia importante de paro y confío en que la tendencia del mes de marzo se vaya consolidando, ya que los tres últimos datos de empleo han sido bastante positivos. Confío en que hayamos taponado esa herida. Nosotros en campaña teníamos un análisis bastante bien hecho de la realidad económica de Córdoba y el cálculo falló porque había una parte de esa situación económica que no estaba contabilizada en ningún sitio y luego nos dimos cuenta de que la situación financiera del Ayuntamiento era bastante peor de la que habíamos previsto. La situación económica era bastante peor porque también se habían enmascarado otros datos y hemos pasado una coyuntura compleja, pero las cosas, a nivel nacional y de Córdoba, están bastante mejor que hace un año. Si se consigue que no haya un parado más que cuando llegamos al Ayuntamiento, eso será el mayor éxito de estos cuatro años y probablemente fuéramos una de las poquísimas ciudades que lo consiguiera. No va a ser lo habitual, pero sigo creyendo que se va a hacer.

-Pero ya no es una condición sine qua non para que usted vuelva a ser candidato a la Alcaldía.

-Hay una realidad que hay que analizar en su conjunto, pero yo sí me lo planteo como una condición. Ya no es una cuestión de imagen, porque yo sigo viéndolo como un reto. Esto tiene muchas formas de calcularlo, porque si hablamos de Encuesta de Población Activa (EPA), en el último dato de Córdoba comparado con el dato de cuando nosotros llegamos al gobierno, ya hay menos parados. Creo que las medidas que estamos adoptando, aunque no tenemos competencias en materia de empleo, pero estamos reordenando el papel del Ayuntamiento de cara a apoyar la actividad económica, están dando resultado. Para mí esto es muy importante para afrontar la decisión de seguir o no en la Alcaldía.

-¿Volvería a hacer esa apuesta?

-Es que yo no me planteo aspirar a ser alcalde sin esa apuesta. No tiene sentido que uno gobierne una ciudad como Córdoba, con las dificultades que tiene y con la forma en que ha funcionado en los últimos años, y no me proponga que no crezca el paro. De hecho, si en las próximas elecciones yo soy candidato el objetivo no será que no haya un parado más, sino que haya un número importante de empleos netos. En los cuatro años anteriores a nosotros se destruyeron en Córdoba 15.000 puestos de trabajo y lo que estamos intentando ahora es que el salto sea neto. El salto ahora es el crecimiento.

-Entonces, ¿se ve como candidato en 2015?

-Si consigo que no haya más parados sí (sonríe). Tengo un proyecto de ocho años para Córdoba. En cuatro no da tiempo de arrancar un proyecto transformador para la ciudad y creo que en más de ocho años uno acaba siendo un lastre. Tengo claro lo que quiero hacer, pero esto es agotador. La política municipal es tremendamente exigente, no te deja tiempo para nada y para estar más de ocho años hay que ser muy loco o muy fuerte.

-¿Y eso descarta entonces su salto a Sevilla para liderar una candidatura del PP a la Junta?

-Ahora hay un presidente en el partido que ha dicho lo que yo te podría decir, que para mí hay pocas cosas más atractivas en el mundo que ser alcalde de Córdoba. Tenemos un proyecto muy potente en Andalucía que ha ganado en las últimas autonómicas, que aspira a gobernar y que tiene que elegir a un responsable para poder hacerlo. Juan Ignacio Zoido, José Luis Sanz o cualquier otro, si el partido les pide que hagan ese esfuerzo y sean el cabeza de cartel lo van a hacer, y si me lo piden a mí lo haré. Pero creo que ese hoy no es el debate. El partido tiene que estar en otra cosa, en armar una oposición solvente, ordenar la renovación en cada una de las provincias y después, a final de este año o principios del que viene, decidir quien es la persona idónea para encabezarlo. Estamos soportando una presión que no debemos. El PSOE no la sufre y Griñán no va a ser el candidato, IU no la sufre y todos sabemos que Valderas no va a ser el candidato. Cuando toque deberemos hacer la propuesta que necesita Andalucía para rematar la faena.

-Haga balance de su equipo de gobierno.

-La parte mala ya la hace la oposición, pero lo que hay que mejorar es la coordinación. Los gobiernos siempre tienen la tentación de crear reinos de taifas y ese es mi reto desde el minuto uno, que no ocurran ese tipo de situaciones. Creo que estamos mejor que en gobierno anteriores, pero hay cosas por hacer. En lo mejor, hay una sobreaportación personal admirable, todos los concejales están aportando el 150% en este proyecto y tratan de sacar iniciativas con menos recursos y en un entorno más duro. Eso es muy valioso para mí.

-¿La foto del otro día de José María Bellido y Luis Martín no suena a 'excusatio non petita'?

-Se trata de un planteamiento muy mediático. Yo no sé si lo hubiera hecho, pero he estado en muchas reuniones con ambos y en este gobierno cuando hay que discutir se discute y cuando hay que apoyar se apoya. Pero cuando se define un objetivo se es leal con él. No existe ningún problema entre José María Bellido y Luis Martín.

-Ha hablado hace poco de que quiere finiquitar la herencia recibida y retomar su proyecto. ¿Cuál es el proyecto de Nieto para Córdoba ahora mismo?

-Sigue siendo el mismo que teníamos en mente dos años antes de las elecciones. Hacer a Córdoba mucho más competitiva, eficiente, atractiva para visitarnos o invertir y salirnos de esa espiral vacía de ser una ciudad anacrónicamente atractiva. Antes se destacaba la singularidad del califato rojo, que creo que para Córdoba ha sido mucho más negativo que positivo. A lo largo de este tiempo estamos intentando hacer una reforma del Ayuntamiento, que va más lenta de lo que quisiéramos, pero que está en un punto irreversible que nos garantice que va a ser mucho más eficiente que cuando llegamos. Hemos tratado de cambiar la mentalidad de la ciudad en que lo que se dice se hace. Y no ha sido fácil. Hemos pasado momentos muy delicados y esa izquierda graciosa que tenemos en Córdoba, muy activa en redes sociales, intenta tirar por tierra proyectos que cuesta mucho sacar, los desprestigia.

-¿Le agota entonces la tendencia cainita cordobesa?

-En todo. Al final es un debate en el que ganan los que quieren que no se haga nada. Eso se vence poco a poco. Estamos próximos a licitar el centro de convenciones y el objetivo ahora es bombardearlo. Los ciudadanos decidirán si les gusta o no, pero no podrán decir que no se va a hacer. No quiero que a todo el mundo le guste lo que hagamos, pero sí que diga "esto sí me gusta y esto no", pero viéndolo. Y eso, en una época en la que no hay dinero para nada, no es por ponernos medallas, tiene su mérito. Además, hoy la opinión de Córdoba fuera de ella es mucho mejor que hace dos años. Queda mucho por hacer, pero se ha hecho gran parte.

-Usted se ha encontrado con una oposición muy fragmentada en el Ayuntamiento. ¿Eso es una ventaja o un inconveniente?

-Lo triste de la oposición es que quiere el cuanto peor mejor, que está esperando que los proyectos fracasen. Es una oposición que está influyendo para que algunos proyectos fracasen, que no aporta nada en positivo y que cuando hace una propuesta la plantea desde el desconocimiento y con debilidades incluso legales. Eso es lo triste. Yo he estado en la oposición y le digo que la oposición que destruye nunca llega al gobierno, se puede cargar gobiernos, pero no llega. Los tres grupos -UCOR, IU y PSOE- están en esa línea de la destrucción y acabarán autodestruyéndose. Se trata además de una oposición muy visceral, con muy mala baba y unos planteamientos radicales, casi de odio. Eso no pega en una ciudad como Córdoba.

-Por lo que dice, la oposición más fuerte al Ayuntamiento es la Junta de Andalucía.

-Es que la Junta nos está haciendo la oposición en el Ayuntamiento. Cuando se plantea un proyecto, los grupos de la oposición defienden a la Junta. No es normal que en los dos años que yo llevo como alcalde, los más terrible en materia de empleo, la Junta haya dejado de invertir seis millones en esa materia. No es justo y no tiene lógica que los partidos de la oposición justifiquen a la Junta. Lo triste es que ese vacío que hay en la oposición en Córdoba lo ocupa la Junta bloqueándonos sistemáticamente lo que queremos hacer.

-Y Griñán no contesta a sus cartas...

-Es difícil asumir políticamente cuando oigo en el Parlamento que Griñán exige a Rajoy que le reciba porque es el presidente de una comunidad autónoma y el descaro con el que desprecia cualquier reunión lógica que se le pide. Me parece lamentable y no por una cuestión personal, sino por lealtad institucional.

-La Junta de Andalucía ha aprobado hace muy poco un decreto de vivienda que está siendo muy polémico, ¿le sorprende?

-A mí no me llama a la atención, porque en Córdoba han sido muy habituales este tipo de propuestas efectistas, llamativas y bastante vacías en el fondo. Era una propuesta para provocar al Gobierno de España y lo peor que le puede pasar a la Junta es que este no la recurra; porque entonces tendrá que entrar en vigor y demostrar que es eficaz y me temo que no lo es. Cuando hagan eso, esa parte de la sociedad que se denomina indignados y les hacen caso se va a dar cuenta de que los discursos incendiarios no llevan aparejados la solución a un problema. Me parece muy bien si a partir de la aprobación del decreto no hay un desahucio más. Si funciona tendremos que decir enhorabuena, pero creo que no va a resolver nada más allá de lo que ya resuelve la reforma que ha hecho el Gobierno central.

-Tras esta medida está la consejera Elena Cortés, a quien muchos colocan como rival suyo en las municipales. ¿La ve?

-Ella sí se ve como candidata, esa es la sensación que tengo y lo que me transmiten muchos de sus compañeros. IU sabrá a quien elige. El problema de estar en un puesto buscando un escaparate para otro es que al final tu política no está orientada a resolver problemas si no a servirte de trampolín. A mi me da la sensación de que muchas de las medidas de Elena desde su Consejería van en esa línea. Me da la sensación de que el poco apoyo en materia de vivienda, el nulo apoyo al metro tren puede responder a entender que debilitando al gobierno municipal, que es lo mismo que perjudicar a Córdoba, se le puede derribar. Y eso esta mal porque el PSOE lo lleva intentando muchos años y mire el resultado que le ha dado.

-Habló antes del centro de congresos, ¿fue un error presentar el proyecto en plena campaña de las elecciones andaluzas?

-Probablemente fue un error, hubiéramos dado una excusa menos. Fue una decisión fruto de una coyuntura, ya que sobre un proyecto complicado yo no quería filtraciones. Podía haberse hecho en otra época, aunque creo que la respuesta de la Junta y de los partidos sería la misma, para oponerse.

-Si este proyecto no sale. ¿Será una losa para usted?

-Es que va a salir. Lo van a ver dentro de muy poco.

-La remodelación del centro de la calle Torrijos o la propuesta de San Carlos también están ahí.

-Lo de la calle Torrijos nos parece bien, es una decisión de la Junta de Andalucía que apoyamos y que se tenía que haber adaptado incluso antes y hubiera evitado muchos debates. A mi me sorprende escuchar a un consejero de IU, que ha gobernado aquí durante mucho tiempo, que con lo que van a hacer en Torrijos se cubre el 97% de la demanda de congresos y me sorprende que IU plantee que se gasten 79 millones para el 3% que falta. Nosotros no conocemos el proyecto aún, pero esperemos que salga bien. Lo que queremos hacer es el complemento a eso y que Córdoba pueda tener cubierta toda la oferta congresual o ferial como cualquier otra ciudad andaluza.

-¿Y San Carlos?

-Eso no es serio. Hablar de recinto ferial y meter en la misma frase San Carlos es una agresión. Es ofensivo. La prueba es que hemos tenido abierto San Carlos y ha habido ferias que han querido irse al recinto ferial del Parque Joyero.

-Todas estas infraestructuras son claves para el turismo, principal industria de la ciudad. ¿Se impica lo suficiente el sector?

-Hay falta de corresponsabilidad. Se implican, pero para pedirle cosas al Ayuntamiento. Las ciudades con un sector turístico fuerte cuentan con órganos mixtos de gestión. Nosotros, tenemos el órgano, que es el Consorcio de Turismo, pero en el que sólo pone el Ayuntamiento. Córdoba, porejemplo, es puntera para recibir congresos médicos, pero perdemos terreno por falta de espacio y porque exigen una gestión muy integral, con precios y atenciones de ocio que dependen de la actividad privada.

-Para eso hay que ampliar el número de actores que participen en la gestión del turismo.

-En una de las cosas que echamos de menos el apoyo del sector es un plan director del turismo, pero para ejecutarlo, no para tenerlo. Que sea una herramienta que nos consolide y nos haga ganar espacios. Para hacer cosas importantes hace falta corresponsabilidad y que el sector se la juegue también.

-En estos dos años sus relaciones con la patronal cordobesa han sido muy tensas y esta misma semana le han tumbado sus propuestas en el Consorcio de Turismo. ¿Es una cuestión personal? ¿Tiene arreglo?

-La relación nunca ha sido mala. Ha habido un problema probablemente de comunicación y en algunos puntos a lo mejor la línea del Ayuntamiento no va en la de la Confederación de Empresarios. Nosotros creemos profundamente en el emprendedor y queremos abrirnos a esa aportación que hacen los emprendedores. Lo que cuesta trabajo entender es que la resistencia a esa entrada de la iniciativa privada provenga de la propia CECO. En el Consorcio de Turismo se ha votado todo en contra, ellos sabrán por qué lo hacen. Son cuestiones colaterales y no sabemos cuál es la situación de fondo. Tenemos que buscar acuerdos para sumar en lugar de dividir.

-Modelo Mercado Victoria...

-Un equipamiento como ese es hoy día una referencia de alto valor, donde la iniciativa privada ha asumido un riesgo y creo que va a tener un beneficio. El Ayuntamiento lo que ha hecho es proteger el inmueble, establecer las condiciones, definir el proyecto que queríamos que fuera allí y establecer un canon, porque tampoco podemos regalar las cosas. Esa experiencia va a animar a mucha gente a creer en lo que propone el Ayuntamiento. Algo parecido ha pasado con el bus turístico. Hemos tenido una economía muy cerrada y por qué lo que funciona en otros sitios no puede funcinar aquí.

-¿Y el centro de recepción de visitantes?

-La licitación se hará rápido y creo que en septiembre estará funcionando. Esperamos que con un modelo parecido. Suponía un gasto anual de 700.000 euros, algo que no se puede ni quiere asumir. ¿Por qué? Es una lugar muy atractivo para otra cosa y que puede generar un ingreso. Esa es nuestra línea.

-Tras la decepción de 2016 se avanzó un programación cultural potente. ¿Cual es la situación ahora mismo?

-En estos momentos hay mucho de eso. Tenemos un compromiso de los miembros de Córdoba Ciudad Cultural de implicarse en el desarrollo de eventos de gran nivel que nos permitan cerrar una programación cultural no como nos hubiera gustado con la Capitalidad pero sí importante. Estamos intentando que haya tres grandes exposiciones en torno a la cultura judía, cristiana y musulmana sobre la base del origen romano de Córdoba. Son proyectos atractivos, pero la complejidad está en la financiación. Tratamos de implicar a más actores que ayuden y en función de eso dimensionarlos.

-La política vive un enorme descrédito, ¿hasta qué punto son responsables los partidos?

-Creo que vivimos un momento en el que la sociedad lo está pasando mal, nadie asume que tiene parte de culpa y lo más facil, y con cierta logica, es culpar a la política. Ha habido una realidad que ha contribuido a caer en la crisis en la que estamos. No le quito responsabilidad a los políticos, pero no ha sido un hecho aislado en el que el resto de las personas han sido ajenas a esa situación. La política es un reflejo de la sociedad, creo que igual que en este momento hay una revisión social de las cosas también lo hay en la política. Creo que de la política saldrán las soluciones y cuando estas lleguen, que será más temprano que tarde, se recuperará el crédito. Yo no conozco ninguna alternativa a la política que no sea el caos o el poder absoluto o dictatorial. Entre la mala política y eso me quedo con lo primero y aspiro a la buena política.

-En esa búqueda de soluciones hay un clamor para que Rajoy y Rubalcaba alcancen pactos...

-Seguro, pero este afán pactista de Rubalcaba sólo se explica en su certeza de que los datos económicos y de empleo van a ir a mejor y él no quiere quedarse fuera. Y probablemente el acuerdo del que estamos hablando es bueno hoy pero habría sido mejor hace un año, cuando nos iban a intervenir. Entonces él no quería ser parte del desastre y por eso igual tiró más para hundir al Gobierno. Hoy sabe que las cosas van a ir a mejor y se quiere apuntar al bando ganador. Si se puede llegar a un pacto mejor, lo que no es lógico es que se busque obligando al Gobierno a ir al terreno de la oposición y no al revés. Lo normal es que cedan las dos partes. Creo que lo que se plantea más es un acuerdo al estilo Rosa Aguilar, en el que el pacto es el fin y no el medio y eso no puede ser.

-La ciudadanía reclama pactos y acuerdos y el Gobierno se mete en polémicas reformas legales como la del aborto...

-El PP llevaba una reforma de la ley del aborto en su programa. La ley actual me parece una barbaridad, como a muchos españoles. Hay leyes en las que hay que buscar estabilidad, que no pueden estar sujetas a cambiar con cada gobierno. Eso nos lleva a Machado y a las dos españas irreconciliables. Habría que buscar un punto de encuentro entorno a la reforma. A mi no me parece el aborto la solución para nada. Se ha hablado con naturalidad del derecho a abortar por el indicio de malformación en el feto de cualquier tipo y eso es muy duro desde el punto de vista humano. No creo que tengamos que hacer de la ley del aborto un elemento de confrontación, pero sí creo que la izquierda tiene que asumir que su discurso no es el único. No quiero una ley que permita el aborto como anticonceptivo.

-Tampoco se ha visto mucho acuerdo en torno a la Lomce.

-Que se movilice la gente para que las cosas sigan igual me parece lamentable. Los datos están ahí. Tenemos un sistema educativo caro, y muy ineficiente. No conozco en profundiad la propuesta, pero tiene que haber una reforma.

-Quizás el Gobierno habría solucionado muchos de estos problemas cuidando las formas, comunicando mejor.

-Nunca ha sido una virtud del PP tener una buena estrategia de comunicación. No es nuestra habilidad. El PP gestiona bien y comunica mal. Confío en que en un tiempo la cosa va a estar mucho mejor, y a lo mejor incluso conseguimos que el Gobierno comunique bien.

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