El artículo de hoy va dedicada a la divulgación de dos proyectos artísticos generados y llevados a cabo por un docente del Conservatorio Profesional Músico Ziryab de Córdoba, que a su vez desea incentivar y servir de ejemplo a sus alumnos acerca de la necesidad de mantenerse activo profesionalmente hablando.

Me refiero a Francisco Herrador Pino, violonchelista, nacido de una familia de raigambre musical en nuestra ciudad. Francisco, Paco para sus conocidos y Curro para los más afines, se inició en los estudios de este bello instrumento que es el cello a los seis años, a instancias de su padre, trompista de la antigua Orquesta de la ciudad y luthier de instrumentos de cuerda. Junto a sus hermanos mayores, violinistas de la ORTVE, y el más pequeño, violista y trompetista, docente en el Conservatorio Superior de Música de la ciudad, conforman una unida familia musical.

Se hace evidente en su formación el ascendente que sobre él han ejercido profesores como Álvaro Campos y Pedro Corostola, entre otros, ambos grandes referentes del violonchelo en España en los últimos 40 años. En ciudades como Jaén, Valencia, Sevilla, Madrid y Córdoba, entre otras, ha desarrollado su carrera instrumental tanto en orquestas como en grupos en de cámara y, por supuesto, la docente.

Los dos proyectos a los que hacía mención al inicio son el libro La Escuela Provincial de Música de Córdoba. Fundación y primera etapa de desarrollo (1902-1923), de la editorial Litopress 2019 y el doble compact disc de las Sechs Suiten für Violoncello Solo BWV 1007-1012 de Johann Sebastian Bach.

Homenajear a su centro de enseñanza, sentimiento de pertenencia y servir de motivación a sus alumnos, son las razones fundamentales que lo llevaron a sacar adelante ambas ideas.

Fue una investigación sustentada en la búsqueda de los inicios del hoy reconocido por todos como Conservatorio Superior de Música Rafael Orozco de Córdoba, profundizando en la bibliografía ya editada acerca de Córdoba y específicamente en textos del catedrático de Piano, exdirector del Conservatorio Superior y exconcejal de Cultura del Ayuntamiento de Córdoba, Juan Miguel Moreno Calderón.

También fueron muy útiles los textos encontrados en bibliotecas de Córdoba y Madrid, todo ello con un esfuerzo propio en todos los sentidos que ha provocado un descubrimiento personal, histórico y social para sus conciudadanos y un homenaje a su centro de enseñanza. El libro, debido al confinamiento, está a la espera de una mejor ocasión social para su lanzamiento.

La idea de la producción fonográfica y la motivación surgieron de su maestro Álvaro Campos, reconocido cellista cordobés y homenajeado en estas páginas en meses pasados. Entre las novedades más importantes de este Cd está que, al parecer, nunca antes se habían grabado estas piezas por parte de ningún intérprete cordobés.

Obviamente, no es un hecho relevante para la historia de la música mundial, pero sin duda es un gran hito para nuestra ciudad y provincia, pues quedará para la posteridad y servirá, espero, de referente a intérpretes de cualquier instrumento nacidos o asentados en estas tierras del Guadalquivir a emprender proyectos magnos que pongan en el mapa musical a Córdoba.

Como curiosidad extra, y es digno de reseñar, Francisco utilizó la afinación propia de la época, que es muy diferente a la que hoy se utiliza normalmente. Esto conlleva un esfuerzo añadido por las dificultades sonoras y de grabación, que han sido solventadas tanto por el intérprete como por el técnico grabador de forma loable.

Posiblemente, la utilización de un instrumento de calidad contrastada de la escuela de luthiería francesa de principios del siglo XIX y el uso de un arco Bernardelle, hayan ayudado a la calidad conseguida en esta producción.

El proceso fue largo, años de estudio, apoyo moral de amigos, familiares y de alumnos, a los cuales ha pretendido motivar mostrando la doble faceta que se le presupone a un docente/interprete, que es tocar en público, realizar grabaciones, en definitiva, estar activo musicalmente con el esfuerzo que ello supone.

Es de reseñar que durante la grabación, el intérprete estaba pasando por una situación familiar delicada, que por suerte no demeritó para nada la calidad contrastada de la producción, lo cual eleva la valía del intérprete por su profesionalidad y madurez.

La grabación fue realizada en diciembre del año pasado en los Estudios Arión Alonso, del productor Rafael García Alonso, quien le motivó definitivamente a grabar el disco tras escucharle en vivo estas maravillosas partituras del genio de Eisenach que son la Seis Suites para Violonchelo Solo de J. S. Bach.

Es importante reseñar que estos proyectos, al parecer, serán el inicio de una serie de propuestas tanto discográficas como literarias que pueden ser un punto de partida para conseguir una mayor atención por parte de las instituciones, si cabe, para divulgar los proyectos nacidos y generados desde y por artistas cordobeses.